César Villanueva, durante su presentación ante el pleno del Congreso, confirmó el pedido de facultades legislativas por un plazo de 60 días. (Andina)
César Villanueva, durante su presentación ante el pleno del Congreso, confirmó el pedido de facultades legislativas por un plazo de 60 días. (Andina)
Redacción EC

Por Roger Hernandez y Mauricio Chereque


"Señor presidente del Consejo de Ministros, esta bancada le dice ¡no a la incapacidad, no a la falta de liderazgo, no a la improvisación, no a la corrupción!", exclamó Héctor Becerril en noviembre del 2013 durante el debate por el voto de investidura al Gabinete Ministerial que encabezaba quien había dejado su cargo como gobernador regional de San Martín para responder al llamado del entonces presidente Ollanta Humala.

Como deja entrever Becerril, Fuerza Popular decidió aquella vez no darle el voto de confianza a Villanueva cuando este ejercía como jefe de la PCM durante el Gobierno de Ollanta Humala.

Sin embargo, a más de cuatro años de dicho escenario, el ahora vocero alterno de la bancada naranja respaldó, al igual que su grupo, el mensaje y los planes liderados por el tarapotino, el mismo que tendrá la oportunidad de librar una revancha personal con la venia del mandatario Martín Vizcarra.

“Estamos seguros de que quieren hacer la cosas bien. Da la impresión de que este Gabinete será del pueblo y estará en contacto con el Perú profundo”, destacó Héctor Becerril el último miércoles.

Más allá de la diferencia de las coyunturas, el último discurso comparte ciertos rasgos con el mensaje que presentó en el 2013.

En contraste, queda en evidencia que las prioridades del nuevo Ejecutivo -y las del propio Villanueva- dieron un viro. ¿Qué se mantiene y qué cambió?

1. Principales preocupaciones
César Villanueva nunca arribó a la Presidencia del Consejo de Ministros en momentos cómodos para Palacio de Gobierno. Si en 2013 lo hizo en medio del escándalo por el descubrimiento del resguardo policial que se le asignó a Óscar López Meneses, ex operador de Vladimiro Montesinos, esta vez lo hace luego de la renuncia de Pedro Pablo Kuczynski a la presidencia de la República luego de escasos 19 meses de gestión.

La magnitud de las crisis, por lo tanto, explicarían la extensión de los discursos de investidura: la primera vez su ponencia duró poco más de una hora, mientras que hace dos días leyó un mensaje de más de hora y media.

No obstante, donde sí se puede hallar cierta familiaridad es en los términos empleados por el primer ministro.

En noviembre del 2013 mencionó en más ocasiones las palabras “desarrollo”, “gobierno”, “política”, “regionales” y “crecimiento”.

En esta última oportunidad, Villanueva citó más veces “país”, “peruanos”, “desarrollo”, “inversión”, “proyectos” y “servicios”.

2. ¿Un solo estilo?
No hay mayor discusión sobre la esencia de César Villanueva al hacer política. Tanto en el gobierno de Ollanta Humala como en las últimas semanas, el primer ministro pidió la confianza de los parlamentarios, de las regiones y de la ciudadanía. Para el legislador de Alianza para el Progreso siempre deben primar las formas convocantes.

Sin embargo, el mensaje ofrecido en 2013 mostró tintes más enérgicos que el leído el último miércoles, lo cual evoca el recuerdo de los continuos enfrentamientos de Humala con las bancadas de Fuerza Popular y el Partido Aprista Peruano.

Para el analista político Pedro Tenorio, esto responde a que en el quinquenio pasado el oficialismo tenía una presencia importante en el Congreso, lo que le permitía cierto margen para la confrontación.“Eso hoy no existe.

Ahora, incluso, la propia bancada de Peruanos por el Kambio está mucho más disminuida a cómo llegó, además de las posiciones divergentes manifestadas respecto al Ejecutivo.

El Gobierno que lidera Vizcarra y Villanueva se enfrenta a un escenario bastante singular”, dijo a El Comercio.

“El que no haya eso obliga a un discurso con las características del visto el miércoles: abierto y sin confrontaciones. Subrayó, incluso, el tema de que no se podía persistir en el camino del enfrentamiento o de los odios, que es una frase que utiliza el fujimorismo para justificar el antikeikismo, que hay un odio detrás”, añadió.

Por su lado, el director de Vox Populi, Luis Benavente, opina que César Villanueva puede haber aprendido un poco más sobre mensajes, sin pasar por alto el panorama que tiene por delante.

“Este estilo llevadero, conciliador, corresponde a una relación armónica con el Congreso, el mismo que le habilitó el terreno para la PCM luego de la renuncia de PPK.

En el 2013 el discurso era para un Gobierno enfrentado con el Congreso, ahora es para un Ejecutivo y primer ministro en relaciones cordiales con la Representación Nacional”, destacó.

3. Los objetivos del ayer
“Como hemos anunciado desde nuestras primeras declaraciones, la seguridad ciudadana será nuestra prioridad fundamental”. Así, César Villanueva iniciaba la presentación de las líneas maestras de su gestión al mando de la PCM en noviembre del 2013.

Ciertamente, la lucha contra la inseguridad ciudadana tiene un extenso desarrollo en el primer discurso del amazónico en búsqueda del voto de investidura.

A los anuncios sobre la recuperación y fortalecimiento de la Policía Nacional, sumó los de la recuperación de espacios públicos y la revalorización de la cultura de la prevención y la denuncia.

“Mi compromiso, como ex gobernador regional ahora a cargo del Consejo de Ministros, y con la experiencia del narcotráfico, es que el Perú note un antes y un después cuando intervengamos con fortaleza, con energía en un territorio que tiene que ser liberado de toda esa lacra que hay en el país”, señaló, por ejemplo, sobre el narcoterrorismo.

Asimismo, en línea con la premisa recurrente de la gestión de Humala Tasso sobre los programas sociales, dicho tema también tuvo un rol estelar en el mensaje que ofreció César Villanueva.

“Así como las inversiones, es importante para todos nosotros, y es una condición fundamental para el desarrollo, en la misma medida, con la misma importancia o quizás más, el acceso de nuestra gente a servicios públicos de calidad”, remarcó.

4. Nuevos propósitos
Villanueva ha dado cuenta de un profundo cambio en las prioridades del Ejecutivo respecto a hace cuatro años.

Frente a la coyuntura planteada por el Caso Lava Jato -y que ha ocasionado un serio desprestigio de la clase política, según los sondeos- la principal preocupación expresada el último miércoles fue la lucha contra la corrupción.

 El primer ministro anunció cinco medidas en este punto, las mismas que están alineadas con el Acuerdo Nacional, las recomendaciones de la OCDE, el informe de la Comisión Presidencial de Integridad, así como el Compromiso de Lima de la Cumbre de las Américas.

En el mencionado ítem, como en los subsiguientes, hay precisión sobre las acciones que se adoptarán, lo que también denota una diferencia con el mensaje anterior, donde hubo algunos anuncios nebulosos.

El motivo principal de esto sería que, en días previos a la presentación, la oposición había referido que esperaba escuchar propuestas concretas por parte del Ejecutivo. Otros temas mencionados por Villanueva fueron el proceso de reactivación económica y la descentralización.

“¿Quién va a querer invertir en un país con incertidumbre y confrontaciones políticas?”, preguntó tras mencionar que el déficit fiscal se ha ido deteriorando hasta alcanzar niveles equivalentes al 3% del PBI.

Sobe la descentralización, conocido tema de la agenda de Vizcarra y Villanueva, el titular de la PCM dijo que el objetivo de este proceso es doble: “asegurar la provisión de servicios esenciales de calidad para todos los peruanos y crear las condiciones para el desarrollo del potencial productivo de cada una de nuestras regiones, que, a su vez, debe permitirnos crear oportunidades de empleo e ingresos para más peruanos”.

5. Cierres y resultados

Las mayores coincidencias de los mensajes de Villanueva se encuentran en el epílogo. Incluso hay dos párrafos similares.

En 2013, el primer ministro señaló que su presencia en el Gabinete tenía el objetivo de “colaborar con la construcción de un país que incluya y que no divida, que integre a todas nuestras fuerzas, que dialogue, que tienda puentes y caminos para que los jóvenes de la generación del Bicentenario reciban de nuestras manos un Perú con compromiso”.

El último miércoles, el legislador de APP señaló:

“Nuestra tarea es construir un país que incluya y no que divida, que dialogue e integre, que facilite los puentes y los caminos para que, al llegar a nuestro Bicentenario, seamos capaces, todos juntos, de entregar un Perú mejor”.

En cuestión de resultados, Villanueva puede sentirse mejor que hace poco más de cuatro años. En su primera presentación ante el pleno del Congreso, su Gabinete Ministerial consiguió el voto de investidura por 73 votos a favor, 39 en contra y una abstención, principalmente por la oposición de las bancadas de Fuerza Popular y el Partido Aprista Peruano.

Esta vez, alcanzó 94 votos a favor, 19 en contra y dos abstenciones. Los discrepantes fueron el Frente Amplio y Nuevo Perú.

Con este preámbulo, César Villanueva ha de tener en mente otra marca suya por quebrar: los cuatro meses que duró su gestión la primera vez que se desempeñó como jefe del Gabinete Ministerial. Para lograrlo, sin embargo, necesitará más que discursos.