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Ted Bunny: La historia del asesino serial que aterro a USA y ahora llega a Netflix

Han pasado 30 años de la ejecución de , un asesino serial y necrófilo que aterró a todo Estados Unidos en la década del 70. Por esta razón es que decidió estrenar una serie documental de uno de los criminales más macabros de la historia.

“Conversaciones con asesinos: Las cintas de Ted Bundy” es el documental de Joe Berlinger. En esta serie se presentará el retrato del asesino a través de archivos, grabaciones de audios y entrevistas con personas relacionadas con la investigación. La serie ya se encuentra disponible en Netflix

fue condenado a la pena capital tras comprobarse que asesinó a 36 mujeres entre 1974 y 1977, pero los investigadores creen que la cifra pudo llegar a la centena ¿qué llevó a este hombre a cometer estos terribles actos? En esta nota contaremos la vida de este asesino serial, su modus operandi, sentencia y ejecución de este hombre.

Biografía de Ted Bundy

Theodore Robert Cowell nació en Burlington en Vermont, el 24 de noviembre de 1946. Thed Bundy no tuvo una vida normal, ya que siempre vivió en medio de violencia. Su padre era un veterano de la fuerza aérea estadounidense que abandonó a su madre antes de que él naciera. Louise, la madre del pequeño, le hizo creer que ella era su hermana mayor y que sus abuelos maternos eran en realidad sus padres. Hasta la adolescencia no descubrió el engaño de su madre, y en ese momento empezó a generar odio contra el mundo.

En 1950 se mudó con su madre a Washington, la cual un año más tarde contrajo matrimonio con John Bundy y desde ahí recibió el apellido de su padrastro y se llamaría Ted Bundy.

Formación académica

Ted Bundy se inscribió en la Universidad de Puget Sound y empezó a estudiar psicología y siempre se le conoció como un excelente estudiante. En 1967 se enamoró y empezó una relación con Stephanie Brooks. Dos años después, su novia se licenció y terminó la relación que tenía con Bundy.

Él quedó muy destrozado por esto y a pesar de eso en 1969 empezó una nueva relación con Elizabeth Kloepfer que duraría cinco años a pesar de seguir en enamorado de su ex pareja.

Tiempo después terminaría por graduarse, y en 1973 se inscribe en la Universidad de Washington para estudiar Derecho. Se interesa también y empieza a participar en el mundo de la política por el partido republicano y vincularse a diferentes actividades comunitarias, llegando a ser voluntario en un servicio telefónico de ayuda a mujeres sexualmente agredidas e incluso a ser condecorado por salvar a un menor de ahogarse. Volvería a encontrarse con Stephanie Brooks y a tener una breve relación con ella, que esta vez terminaría él tras volverse extremadamente frío.

Empiezan los asesinatos

En 1974, aún en la universidad, Ted Bundy entró a la habitación de Joni Lenz, de 18 años, una estudiante a la que asaltó en la habitación de su residencia. Bundy la golpeó con un objeto contundente y la violó con la pata de la cama. Lenz logró sobrevivir, pero con daños neurológicos irreversibles.

El asesino llevaría a cabo el mismo procedimiento con Lynda Ann Healy, a quien en este caso mataría. Su cadáver descuartizado apareció un año más tarde en un bosque cercano a la residencia universitaria. El primer crimen lo dejó con ganas de más, y elegía siempre víctimas similares: jóvenes estudiantes, blancas, guapas y de pelo negro. Todas parecidas a Stephanie Brooks.

Entre sus víctimas se encontraron los cadáveres de Carol Valenzuela, Nancy Wilcox, Susan Rancourt, Donna Mason, Laura Aimee, Brenda Ball, Georgann Hawkins, Melissa Smith o Caryn Campbell entre otras muchas.

Modus operandi

El modus operandi de Bundy se basaba inicialmente en seguir y secuestrar a sus víctimas hasta su casa para allí estrangularlas. Sin embargo con el tiempo y viendo que tenía facilidad para manipular debido a su carisma y resultaba atractivo para muchas féminas, fue cogiendo confianza y empezó a buscar víctimas durante el día, siendo usual que simulara tener un brazo roto para pedir ayuda para llevar cosas a su coche.

Las víctimas eran a menudo violadas y descuartizadas, Ted acostumbraba a conservar partes de sus cuerpos como la cabeza como trofeos de sus crímenes. No era raro que mantuviera relaciones con los cuerpos una vez muerta la víctima.

Para no llamar la atención de la policía, Bundy decidió cambiar el escenario de sus crímenes e inició una macabra gira por Estados Unidos que le llevó a Idaho, Utah, Colorado y Florida, dejando tras de sí un rastro de asesinatos.

Primeras pistas y detención

En 1974, Bundy fingió ser un oficial de la policía para acercarse a Carol DaRonch y hacerla subir a su auto. La joven accedió pensando que si dirigiría a la comisaria, pero se encontró con un monstruo, ya que paró el auto e intento esposarla y afortunadamente la mujer consiguió zafarse antes de ser inmovilizada y huir, tras lo cual acudió a la policía. Ello condujo al primer retrato robot del sospechoso.

Dicho retrato hizo que diversos testigos pensaran en Bundy como posible autor de los hechos y las autoridades comenzaron a investigar más sobre este personaje.

Ted Bundy siguió secuestrando y matando a numerosas jóvenes, variando su aspecto y viajando a diferentes estados con el fin de no levantar sospechas.

Pero en 1975 un patrullero paró el auto de Bundy y terminó por encontrar elementos indicativos como palancas, esposas y cinta con el que inmovilizar a las víctimas. Ted Bundy fue detenido. En este caso, sería identificado por DaRonch como el autor de su secuestro.

Juicios y fugas

En 1976 se da el primero de los diversos juicios a los que sería sometido Ted Bundy. En este caso se le juzgaba por el secuestro de DaRonch, resultando en una condena de quince años de prisión.

Sin embargo, el análisis del auto en donde fue detenido el asesino, se hallaron evidencias que implicaban a Bundy en la desaparición y asesinato de Melissa Sith, Caryn Campbell y esto lo condujo a un segundo juicio y en este caso el hombre decidió representarse a sí mismo como abogado, motivo por el cual se le permitió visitar la biblioteca de la prisión para preparar su defensa, pero aprovechó esta situación para escaparse, pero fue atrapado seis días después.

Volvió a fugarse en 1977, en este caso consiguiendo huir hasta Chicago y adoptando una identidad diferente. Durante esta fuga volvió a matar, en esta ocasión atacando a tres jóvenes en una fraternidad univesitaria (Chi Omega), de las cuales una logró sobrevivir. Asimismo, también secuestró y mató a Kimberly Leach, una niña de doce años de edad.
Finalmente fue detenido en un hotel de Florida, después de que la matrícula de su auto fuera reconocida. Tras ser detenido por segunda vez, sería juzgado el 25 de junio de 1979 por asesinato.

Se le permitió ejercer su propia defensa, pero las pruebas existentes en su contra lo llevaron a que fuera declarado culpable y condenado a morir en la silla eléctrica.

Bundy, que ejerció como abogado de sí mismo durante el juicio, logro postergar en tres ocasiones la aplicación de la pena. En un intento desesperado por salvar su vida confesó dónde había ocultado los cuerpos de varias de sus víctimas, pero nada le libró de morir electrocutado el 24 de enero de 1989.

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