Dentro de su celda en el penal San Pedro, ex Lurigancho, Juan Aguilar Chacón, quien fuera el delincuente más temido de los años 90, parece morir lentamente a causa de una enfermedad pulmonar. No recibe visitas y se alimenta gracias a las limosnas que recibe de otros presos. Su vida ha tocado fondo y reconoce que este infierno actual es causa del consumo excesivo de drogas así como los robos indiscriminados y esa serie de brutales asesinatos con los que paralizaba Lima.
Desde ahí ‘Canebo’ marca distancia con el sicario juvenil ‘Gringasho’, trujillano que hoy por hoy abarca las páginas policiales de todos los diarios del país. Según dijo, en diálogo con el programa de TV ‘Domingo al día’, él mató “durante balaceras o asaltando”.
“El chiquillo no roba, mata por matar, él cree que se ve bonito pero eso no es nada bueno. Si yo he matado que Dios me perdone, pero no ha sido por la espalda. A mi lado (‘Gringasho’) no es nada, qué hace él, mata por las puras a la gente de su barrio”, expresó.
Aguilar Chacón dedicó un momento de la entrevista para dar consejos al adolescente que fugó en la noche de año nuevo del centro de menores Maranguita: “Que cambie su vida porque no logrará nada bueno. Yo llevo 18 años acá y no tengo nada, hasta enfermo estoy por haberme metido tanta droga. A ‘Gringasho’ le digo que se dedique a algo bueno, va a estar refugiado en un penal, va a acabar muerto”.
Por inaudito que parezca, ‘Canebo’, incluso, dirigió unas palabras a la juventud peruana para que no vean un modelo en la forma de vida que él o Gringasho tomaron. No lo miren como algo bueno, estudien y salgan adelante, nada que Canebo o Gringasho, eso de ser algo bueno como asaltantes es mentira, pura publicidad nomás, señaló.
Juan Aguilar Chacón empezó robando fruta y otros alimentos en el mercado de La Parada. Después pasó al hurto de autopartes y grandes asaltos en banda. En su historial delictivo tiene registradas siete fugas de Maranguita e igual número de asesinatos, así como violaciones y secuestros. Todavía le restan tres años tras las rejas para que termine su condena.