Handmade by inmates, se lee en un diseo estampado con gruesas letras sobre una camiseta color hueso. Y no es broma. Son prendas de alta calidad hechas por reclusos que se venden en Nueva York y Pars, bajo la gua de un francs que trabaj en Chanel para afincarse en Per. Las prendas de estilo urbano como camisetas, chaquetas y pantalones, las confeccionan 30 internos en las prisiones limeas San Pedro (varones) y Santa Mnica (mujeres), bajo la marca Piet (Piedad), una iniciativa social que busca rescatar la dignidad y promover la reinsercin social de quienes estn tras las rejas, a travs de la costura. La AFP ingres a San Pedro, en el populoso distrito limeo de Lurigancho, para conocer las condiciones en que se confecciona esta ropa, cuyo logo son cuatro barras verticales atravesadas por una diagonal: el smbolo que el imaginario popular relaciona con el conteo de das que, sobre un muro, realizan los presos. El facttum de Piet es Thomas Jacob, un bretn nacido hace 29 aos en la pequea Locoal-Mendon (noroeste de Francia) y formado en la escuela de negocios del Inseec en Pars. Tuvo una epifana cuando visit por vez primera San Pedro en 2012 acompaando a una amiga que daba cursos a los presos en la lengua de Voltaire. En 2012 propuse a las autoridades penitenciarias montar un taller de confeccin de ropa de moda en la crcel como parte de un proyecto laboral que potencialice y rentabilice las horas de ocio de los internos, dijo Jacob a la AFP, en un espaol casi perfecto. Renunci a su trabajo para la casa Chanel y le tom un ao conseguir con los internos un producto de alta calidad y competitivo. El nombre de Piet se inspira en la escultura de Miguel ngel, una pieza que representa el ltimo paso antes de la resurreccin, un renacimiento del hombre que no se rinde. Esa es la esperanza de los internos, dice Jacob. - Constructivismo en la tela Jacob hace los diseos y los presos confeccionan la ropa. La idea es que todo se hace dentro de la crcel, acota, mientras un grupo de internos viste y muestra la coleccin 2016 que ser lanzada al mercado va internet. Me inspira la crcel, el lado oscuro del ser humano, explica. Son diseos vanguardistas con una esttica que por momentos hace recordar el constructivismo ruso y a Aleksandr Rodchenko. Es un concepto autntico, con diseos diferentes, no hay nada falso. Usamos algodn orgnico, algodn Pima y materias naturales. Piet coloca sus prendas desde 2013 en Nueva York y Pars aplicando una estrategia de ventas y difusin basada en el ciberespacio y en los medios de comunicacin, sin auspicios. Producen en promedio 100 camisetas a la semana y han enviado hasta el momento ms de 12.394 rdenes de compra en ms de tres aos, bajo la bandera del comercio justo y la defensa del medio ambiente. Seguiremos creciendo de manera zen: avanzar poco a poco, sin riesgos desmesurados. Es la mejor forma de prosperar, cree Thomas Jacob. Manos de tijeras, versin local - Hay buena vibra (empata) entre los detenidos, y Thomas se ha sabido ganar el aprecio. Nos deja decidir. Eso se aprecia mucho, dice a la AFP Santos Arce Ramos, de 46 aos y condenado a 18 aos por robo agravado, quien se encarga del corte de las telas. Es como armar un rompecabezas, agrega a medida que recorta y pega los moldes de los diseos sobre una rstica mesa dentro de el laboratorio, un taller de 50m2 ubicado en una zona de la crcel llamada pabelln industrial. Este sector de ocio creativo hace 30 aos fue escenario de una de las mayores matanzas carcelarias en Amrica Latina, cuando se amotinaron y murieron ms de un centenar de presos del grupo armado Sendero Luminoso, en un enfrentamiento con la polica. En ese espacio enrejado se apia ms de media docena de mquinas de coser y remalladoras, y dos improvisadas mesas para armar los moldes de las prendas, con los materiales que dos veces por semana les lleva Thomas. Cada preso recibe un porcentaje de las ventas que sirve para ayudar a sus familias, seal a la AFP Carlos Uribe (67), responsable de los estampados y quien ya ha cumplido 12 de los 15 aos que le dieron por trfico de drogas, luego que descubrieron cuatro toneladas de cocana en un barco que le pertenece. Necesitamos gente como Thomas, que apueste por nosotros. Somos una mano de obra potencial. Trabajar ayuda a reivindicarnos, aporta dinero a nuestras familias y nos hace sentir tiles. No somos improductivos, destaca.
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