CARMEN ESCOBAR Revista Somos
Ante la oscuridad, uno teme. Por qué sino buscamos el interruptor de la luz cuando entramos a un cuarto oscuro a tientas. Por qué apurarnos en encender velas cuando la luz se va. ¿Recuerda esa sensación al ingresar a una sala de cine cuando la película ya empezó y andar tambaleantes y con las manos al frente? La oscuridad nos vuelve (más) vulnerables. Y quienes viven en ella lo saben. Quienes han perdido la vista se enfrentan a diario a una ciudad que les da la espalda y prefiere cerrarles las puertas antes que ponerse en sus zapatos (empatía que le dicen). Sin embargo, existen afortunadas alternativas para liberarlos de la incertidumbre de la oscuridad. Los perros guías son una de ellas.
Jane Cosar (43) es mamá y abogada. Como usted, se levanta muy temprano y se alista para salir a trabajar. Y mientras en la calle, usted solo debe alzar la mano para que un bus o taxi se detenga y lo lleve a su destino, Jane tiene que explicar. Explicarle al cobrador que Cubbe, la perrita de 3 años que la acompaña no es mascota sino perra guía. Y enseñarle la ley 29830 [descárgala en PDF] que siempre lleva enmicada en su bolso y decirle que gracias a esta, ella y Cubbe pueden subir al bus sin problema y que no hacerlo está sancionado con multas que van desde media UIT hasta 12 (esto es entre S/.1.850 y S/.44.400). Y quedarse hablando sola porque la combi indolente, ignorante, ya arrancó. “El transporte es lo más difícil para un invidente. Es terrible. A veces hasta ganas de llorar te dan”, cuenta Jane sobre incidentes como este. “Con los taxis es igual. Quieren que les pagues más por subir con tu perro guía”.
En el Perú existen tres perros guías acreditados y registrados internacionalmente. Jane tiene uno que vino hace dos años desde Estados Unidos proveniente de la fundación Leader Dog. Esta institución dona canes entrenados para asistir a invidentes en todo el mundo, pero se trata de un proceso que puede demorar hasta un año. Uno debe postular, enviar un video sobre su rutina diaria, referencias, certificados médicos y esperar. Una vez que es aceptado, toca viajar a Estados Unidos para capacitarse en el trato con el animal. “Leader Dog nunca había donado un perro a Perú porque aquí no teníamos una ley de perros guías”, explica. Con la aprobación de la 29830 en el 2012 las cosas, esperemos, empiecen a cambiar en nuestro país. (ver recuadro)
NUEVA VIDA Si usted ha escuchado aquello de que un animalito nos cambia la vida, pero no termina de creérselo, tal vez sea momento de dejar el escepticismo. Eloy Aranda, especialista en perros guías e instructor formador de la fundación Bocalán de España (institución especializada en terapia asistida con animales y perros de asistencia con 20 años de experiencia), lo grafica así: Un perro guía va a facilitar la movilidad de una persona (invidente) con mayor dignidad. Usando un bastón, puede moverse a no más de 2 km por hora. Con un perro guía, va a ganar agilidad y podrá andar hasta 7 km por hora. La independencia y autonomía que alcanza es mucho mayor.
Eloy estuvo en nuestro país a fines de enero para dar a conocer en qué consiste el trabajo de formación en educación canina y las especializaciones que esta incluye (perros guías para ciegos, de servicio para gente con discapacidad motora, para sordos y de terapia). Junto con la Asociación Bocalán Perú buscan crear consciencia en nuestro medio sobre la importancia de contar con este tipo de profesionales para la integración social de personas con algún tipo de discapacidad. “Esta es una profesión que implica tres o cuatro años de formación. Tan solo el entrenamiento de los canes puede durar dos años. En Perú, este movimiento está comenzando. En España por ejemplo, contamos con una escuela de formación que produce hasta 116 perros de asistencia al año”, afirma.
Y sí, el perro guía le cambia la vida a su usuario. Jane puede dar fe de aquello. Cubbe le avisa si hay un obstáculo en su camino, cruzan juntas la pista, la lleva siempre por la sombra y la acompaña a su oficina en donde permanece tranquilita hasta que le toque salir. Cubbe la acompaña al baño, sube escaleras y ascensores como si nada. Además está entrenadísima para no molestar y se comporta mejor que muchos humanos cuando le toca estar en un restaurante o en un centro comercial. Cubbe hace de sus ojos. Y Jane confía, de corazón, en su mirada.
5 DATOS SOBRE PERROS GUÍAS
- Cuando un perro guía está con el arnés puesto está trabajando. Si usted quiere acercársele para acariciarlo, pídale permiso a su dueño. No lo distraiga pues su amo depende de él para movilizarse. Tampoco lo coja del arnés.
- No ofrezca comida al perro guía. Este tiene su propia dieta. Si algo le cae mal al animal, el invidente se queda sin movilidad mientras el perro esté enfermo y deberá volver a usar el bastón, lo cual implica un retroceso para su movilidad.
- No toda la responsabilidad recae sobre el perro. El dueño también debe comprometerse a realizar entrenamiento con el animal y velar por su alimentación para mantenerlo siempre apto.
- El tiempo de vida útil de un perro guía es de 11 años. Luego se jubila y la familia puede quedárselo como mascota, pero ya no como guía.
- Al perro guía se le selecciona incluso antes de nacer: se elige qué machos y hembras reproductoras son las ideales para cruzar y obtener cachorros ideales para el trabajo. Su entrenamiento inicia a los cincuenta días de nacido y dura hasta los 2 años.
LA LEY QUE PROTEGE A LOS PERROS GUÍA
- La Ley 29830 promueve y regula el uso de perros guías. Garantiza el libre acceso de gente con discapacidad visual con estos animales a lugares públicos o privados, incluyendo medios de transporte y centros de trabajo.
- Está prohibido pedir un pago adicional por el ingreso de perros guías a cualquier recinto, incluidos medios de transporte.
- No se puede limitar la permanencia del perro guía en un local.
- El centro de labores de la persona invidente está en la obligación de dar licencia con goce de haber, hasta por treinta días, al personal con discapacidad visual que deba ausentarse de sus labores para capacitarse en el uso de perros guías.
- Si usted es testigo del incumplimiento de esta ley o del maltrato hacia un invidente y su perro guía puede hacer una denuncia ante la Defensoría del Pueblo (www.defensoria.gob.pe) o al Consejo Nacional para la Integración de la Persona con Discapacidad, Conadis (conadisperu.gob.pe).