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Oscar García

Un estudio hecho la semana pasada para la revista Somos por el Instituto Daniel Alcides Carrión encontró un panorama de terror que se esconde en el agua de . “Hemos hallado solo en la zona de bañistas más de 10 mil coliformes termotolerantes [bacterias de origen fecal] por 100 mililitros, cuando la norma indica que la presencia de más de 4 mil coliformes en ese parámetro ya deberá ser considerada como algo muy malo”, dice Jorge Samamé, el director del laboratorio de la institución. 

La norma establece que, para considerar un agua apta para los bañistas, ésta no debe tener una mayor concentración de 500 coliformes termotolerantes por cada 100 ml. Se considera regular si tiene máximo 1000, mala si tiene un máximo más de 4000 y muy mala si excede ese límite. 

Otras zonas contaminadas son el área de las bolicheras (7 mil/100ml) y la zona de Naplo (3 mil/100ml). 

Estas presencias originan enfermedades como enterocolitis e infecciones intestinales y son una amenaza invisible para los bañistas que pueden confiar en la eventual claridad de su agua. 

La semana pasada la revista Somos reveló el descuido y la poca higiene en el balneario sureño, alguna vez considerado un paraíso para los bañistas. Los vecinos demandan que el Estado atienda el problema.

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