La Municipalidad de San Miguel instaló esculturas del entrenador Ricardo Gareca y del delantero Paolo Guerrero en el Parque Argentina
La Municipalidad de San Miguel instaló esculturas del entrenador Ricardo Gareca y del delantero Paolo Guerrero en el Parque Argentina
Jaime Bedoya

1. En una medida discriminatoria que combatiremos sin desmayo, la FIFA aún no autoriza la participación de las mamás de futbolistas en las copas mundiales.

2. La próxima vez que un idiota viendo fútbol pregunte por qué hay negros en Suiza, musulmanes en Alemania o brasileños en Rusia, hay que responderle —remedando su desconcierto— preguntándole con alarma: ¿por qué hay blancos en el Perú?

3. Luego del VAR, la trampa encubierta encontrará nostálgico refugio, cuando no trinchera combativa, en la inimputable y ventajista pichanguita callejera.

4. “Los equipos se arman de atrás para adelante” es una máxima consagrada como legado de este Mundial: cuatro finalistas, cuatro arquerazos. Esta moraleja tributaria del refranero popular, glosada líricamente por Rafael Pombo cuando dice: “Gobiernos dignos y timoratos: donde haya queso no mandéis gatos” se aplica a poderes judiciales.

5. El antihigiénico entrenador Joachim Löw sigue siendo entrenador de Alemania a pesar del pésimo rendimiento de la ex campeona del mundo.

Queda demostrado que la mucofagia —comer mocos— es una ingesta de agua, proteínas e hidratos de carbono con efectos benéficos sobre la estabilidad laboral.

6. Cada vez que una selección argentina fracasa, los programas deportivos de ese país se convierten en algunos de los espectáculos de narcisismo autoconmiserativo más hipnóticos y fascinantes de la vida moderna. Debería suceder más a menudo.

7. Merece una segunda consideración científica el método mexicano de concentración deportiva, recurriendo a la elaboración de trencitos con escorts semidesnudas. Si bien dicha metodología tuvo un efecto episódico, prolongarlo podría ser una cuestión de aumentar escorts o reducir prendas. Posibilidad: Las Cucardas como nueva Videna.

8. El postulado autobiográfico de Julio Ramón Ribeyro —la tentación del fracaso— es extrapolable a la idiosincrasia nacional: muchos éxitos a André Carrillo en su carrera en Arabia Saudita, ese cementerio dorado de futbolistas.

9. Alguien ya ha patentado la frase “Si Cueva hubiera...”. La misma aparecerá en polos, gorros, calcomanías y algunos tatuajes. La frase será reconocida como peruanismo dentro de tres décadas, aunque a los jóvenes del 2050 no les dirá nada ese guiño lingüístico atollado en el pasado.

10. Todo cambia, todo permanece: así como Paolo Guerrero se irá convirtiendo por mérito propio en el nuevo Teófilo Cubillas, Kylian Mbappé mutará análogamente en el nuevo Neymar.

11. Camino al aeropuerto antes de irse definitivamente del Perú, Ricardo Gareca se detendrá un momento en el parque Argentina de San Miguel. Cuidándose de no ser visto, se detendrá frente a la estatua en su honor para revivir por última vez una y solo una disquisición personal: ¿por qué la nobleza peruana se niega a sí misma la consumación del triunfo? Ante el silencio de la imagen, tal como Miguel Ángel pidiendo hablar a su estatua de Moisés, el entrenador argentino se llevará los índices a la cabeza para reclamarle a su propia efigie: “¡Pensá!”.

Y un calmo silencio barrial cubrirá la húmeda noche sanmiguelina.

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