ÁNGEL HUGO PILARES @angelhugo

El año que se va no nos deja solamente una variedad casi infinita de smartphones, computadoras y tablets. También ha puesto en nuestras manos una serie de dispositivos que pueden provocar no solo un pequeño cambio en nuestras vidas, sino que pueden alterar el concepto que tenemos de esta. Pronto puede ser cosa de todos los días que tengamos unas zapatillas que nos adviertan que vamos a enfermarnos, por lo cual pediremos a la farmacia pastillas que llegarán en un drone. Iremos al trabajo a través de un robot de telepresencia para no contagiar a nadie y las tomaremos en un vaso impreso en 3D en nuestra propia casa. ¿Te parece muy lejano? Pues no lo es tanto.

1. ¿Te gusta lo que llevo puesto?. Este no solo ha sido el año en que Google Glass ha empezado a aparecer con menos timidez en los medios de comunicación. Tampoco ha sido únicamente el inicio de la era del Galaxy Gear como alternativa a los dispositivos que podemos llevar puestos. También es el año en que la tecnología se ha metido hasta en nuestras medias. No es una exageración: Los lentes y relojes inteligentes han dado paso a anillos que ponen las alertas de tu smartphone en tu dedo, medias que ayudan a controlar el equilibrio, zapatillas y brazaletes que ayudan a ejercitarnos, amén de un largo etcétera de cosas increíbles. ¿Quieres ver más ejemplos? Hace unos meses hicimos una lista con varias de ellas.

2. El ataque de los drones. Antes del 2013 el sustantivo drone servía para designar a los aviones no tripulados que lanzaban bombas sobre naciones invadidas, llevando muerte y destrucción. Hoy, en cambio, estos han hecho su ingreso a la vida civil sin mayores problemas. Y nuestro país no ha sido la excepción: se usan para investigar tumbas preincas y recolectar información sobre terrenos de cultivo. En el mundo, en tanto, ya se planea su uso para fines altruistas como transportar medicinas a lugares remotos y pronto se empezará a estudiar el Manu con ellos. En Kenia se usan para salvar elefantes y hay un proyecto para convertirlos en mejores salvavidas que los de Baywatch. Total, si sirven para grabar los golazos de Neymar y han sido protagonistas ál tomar registros de primera mano de las protestas en Turquía, no pueden ser tan malos. Nosotros, en elcomercio.pe, ya los hemos usado para hacer coberturas periodísticas de Mistura y de un incendio en el centro de Lima. Pero quizás lo que más ha hecho disparar los comentarios ha sido la intención del dueño de Amazon de usarlos para repartir sus pedidos.

3. El festival de los robots. Los avances tecnológicos en el campo de la robótica han sido impresionantes. En febrero un museo en Londres presentó un robot de un millón de dólares que tiene órganos artificiales, sangre sintética y extremidades robóticas. Robots-abeja, robots-lagarto, robots-hormiga, robots-serpiente y otros que corren como gato han sido también parte de la fauna robótica que nos deja este año y que amenaza dejarnos sin trabajo en un futuro, pero también son la esperanza de gente que necesita extremidades artificiales controladas con el pensamiento. Quien vio el futuro, fue definitivamente Google, que pudo al padre de Android, Andy Rubin, a trabajar en una división robótica que ya ha comprado una serie de empresas tecnológicas de ese rubro (incluso alguna que hace robots para el Pentágono). Nosotros, en tanto, descubrimos la magia de utilizar un robot de telepresencia para hacer una entrevista (y fue a-lu-ci-nan-te).

4. Si lo imaginaste, imprímelo. Una de las invenciones que más polémicas despertó el 2013 fueron las impresoras 3D, que pusieron en manos del usuario la capacidad de generar sus propias copias de cualquier cosa con solo disponer los planos y que hasta pusieron en discusión la validez de las patentes. Pero no solo eso: si bien hay inspiradoras historias de prótesis hechas con impresoras 3D que dieron mejor calidad de vida a niños, adultos y ancianos, también hubo voces encontradas respecto a su uso para imprimir armas de fuego. Por lo pronto podemos divertirnos viendo también los fracasos en el arte de imprimir en tercera dimensión.