Un estudio demostró que los residuos de ansiolíticos que los seres humanos hacen llegar a ríos y corrientes pueden cambiar los patrones de comportamiento y los hábitos alimenticios.

Investigadores en Suecia expusieron ejemplares de perca europea a Oxazepam y encontraron que estos peces se volvieron menos sociales, más activos y comían más rápido, lo que podría tener consecuencias en los ecosistemas acuáticos.

La nota presentada hoy en la reunión anual de la Asociación Americana de Ciencia Avanzada, indica que los medicamentos pueden persistir en ríos y corrientes después de que son excretadas por el ser humano.

Sin embargo, un artículo del New York Times cita a la Agencia de Protección Ambiental de EE.UU. que indica que la relevancia de su estudio en el mundo real no es clara” debido a que las concentraciones de Oxazepam utilizadas en el estudio son mayores a las que normalmente se encuentran en los ríos suecos.