Un estudio publicado en Procedings of the National Academic of Sciences da cuenta de un singular mecanismo por el cual sobreviven las crías de la avispa esmeralda (Ampulex compressa) dentro de una cucaracha que les sirve de huésped y de cuyos órganos internos se alimentan.

Si bien ya era sabido que, para reproducirse, la avispa esmeralda inyecta un veneno que paraliza completamente a la cucaracha americana para luego depositar sus huevos en el interior de un insecto en estado catatónico, aún quedaba pendiente saber cómo es que las larvas sobrevivían en un entorno lleno de microbios.

El estudio indica que son las larvas las que se encargan de mantener limpio el espacio interno de la cucaracha, segregando una sustancia antimicrobiana durante las seis semanas que dura su incubación y mientras se alimentan de los órganos del insecto.

Lo curioso de este caso radica en que, si bien es común en la naturaleza encontrar insectos que desinfectan al huésped antes de poner sus huevos, esta es la primera vez que se conoce de un caso en el que son las larvas las que hacen esa tarea, señaló el investigador Gudrun Herzner.