Los perros rescatistas podrían contar muy pronto con un colega de trabajo bastante particular: una serpiente-robot que reptará allí donde las patas del can no puedan llegar y enviará imágenes a los humanos desde el interior de los escombros.

Al menos eso es lo que ensayan investigadores estadounidenses, quienes tratan de probar qué tal trabajan el uno junto al otro en situaciones de rescate simuladas.

Un equipo de ingenieros envió a dos perros, equipados con arneses conteniendo robots, al interior de un edificio en ruinas. Una vez entre los escombros, los perros liberaron a su equipo, permitiendo al robot moverse con libertad.

Con esta tecnología los expertos en rescate esperan incrementar la efectividad en el rescate de personas atrapadas entre las ruinas tras un desastre.

COMO SERPIENTES REALES El experimento forma parte de la puesta a prueba de los robots serpiente modulares, desarrollados por el laboratorio de biorrobótica de la Universidad Carnegie Mellon, en Pittsburgh, Estados Unidos.

Las máquinas son diseñadas para moverse por los alrededores alterando los ángulos de las junturas que las mantienen unidas en distintos segmentos de su cuerpo.

Esto imita a las serpientes reales permitiendo a estos robots realizar una ondulación lateral, movimientos similares a los músculos sincronizados de esos reptiles.

Los robots serpiente pueden usar sus muchos niveles internos de libertad para pasar por espacios estrechos, accediendo a ubicaciones que tanto la gente como las máquinas no pueden usar, escribieron los investigadores.

Además, estos aparatos altamente articulados pueden coordinar sus niveles internos de libertad para realizar una gran variedad de capacidades locomotoras que van más allá de los de un robot con ruedas o los robots con piernas recientemente desarrollados

A PRUEBA La prueba de búsqueda y rescate involucró enviar a los perros a través de una tubería de concreto al interior de un edificio en ruinas ubicado en el Teex Disaster City, un centro de entrenamiento de respuesta en casos de emergencia de Texas.

Los perros fueron entrenados para ladrar cuando encontraran algo de interés. Cuando encuentran algo, los arneses se desbloquean y despliegan a los robots, que envían imágenes de video a través de un cable acoplado y conectado a los operadores del sistema.

Uno de los problemas que enfrentan los investigadores es que cuando el robot se retuerce el video también rota, dificultando la navegación de la máquina.

Sin embargo, los científicos explicaron a BBC que desde entonces idearon un programa que asegura que el video siempre aparezca derecho, sin importar en qué ángulo está la cámara.

Pruebas anteriores realizadas por el equipo involucraron lanzar una de estas serpientes a un árbol y que ésta se enroscara en una rama.

La máquina fue capaz de hacer esto gracias a los acelerómetros presentes en sus segmentos, que detectaron cuando la serpiente tocaba la rama del árbol. Esto activó una reacción, enrollando el cuerpo del robot en una rama para evitar caer.

Anteriores robots lograron reptar exitosamente dentro de tuberías, se arrastraron en canales de drenado y nadaron al estar protegidos por una piel a prueba de agua.

OLFATEAR Y REPTAR La Universidad Carnegie Mellon no es la única organización que quiere equipar a perros de búsqueda y rescate con lo último en tecnología.

La firma británica Wood Douglas ha desarrollado una cámara de video diseñada para acoplarse a la cabeza del perro de rescate para enviar imágenes en vivo a la base.

Todo lo que pueda ayudar en un terremoto o situación de desastre debería ser bienvenido, afirma Chris Bignell, portavoz de la empresa.

Vimos una situación semejante en Bangladesh la semana pasada, donde un edificio colapsó y una serie de pisos cayeron encima del otro.

Lo que sea que acelere el proceso para buscar en cualquier parte en una emergencia va a ser de ayuda.

Pero la ventaja de usar todavía perros de rescate es que están entrenados para olfatear víctimas y ubicarlas incluso cuando no pueden verlas, lo que no conseguirías usando sólo un robot, apuntó.