Ya comenzó la cuenta regresiva: faltan tres días para la fecha prevista del aterrizaje del vehículo robot Curiosity, tras un vuelo de ocho meses. En la agencia espacial estadounidense NASA la tensión está al máximo: nada debe salir mal el lunes, cuando el Curiosity realice la riesgosa maniobra para posarse sobre la superficie de Marte, ya que significaría el fracaso de la misión, que costó unos 2.500 millones de dólares.

Justo a tiempo, la NASA logró la semana pasada colocar de nuevo en su órbita correcta a la sonda espacial Odyssey. En principio, el vehículo robot Curiosity puede enviar desde la atmósfera marciana pocas informaciones y tampoco podrá informar de inmediato acerca de su aterrizaje. Por este motivo, los expertos estadounidenses necesitan un observador: Odyssey.

Por las informaciones que recibimos concluimos que la maniobra se desarrollará como está planeado, indicó el gerente de la NASA Gaylon McSmith en un comunicado de prensa. Puntualmente a las 05:31 GMT del 6 de agosto (00:31 hora peruana) se espera que Odyssey transmita a la Tierra la noticia del exitoso aterrizaje del vehículo robot.

Otras dos sondas marcianas, Reconnaissance Orbiter, de la NASA y Mars Express, de la Agencia Espacial Europea (ESA), también observarán el acontecimiento, pero por motivos técnicos solo podrán emitir sus datos más tarde.

Si el vehículo robot, que pesa unos 900 kilogramos, supera sin daños la riesgosa maniobra para posarse en el cráter Gale, rodará desde allí durante unos dos años por Marte y tomará y analizará muestras de rocas en busca de agua, lo que podría ser un indicio de la existencia pasada de vida microbiana.

PRIMEROS DATOS Hoy se informó que la sonda Curiosity envió ya los primeros datos de su misión. Durante el vuelo se produjeron varias mediciones de la radiación cósmica que ahora tienen que ser analizados, informó el Centro Alemán de Navegación Aérea y Espacial.

Los investigadores del centro, con sede en Colonia, estuvieron directamente involucrados en las mediciones, que seguirán realizando cuando la sonda esté en Marte. Con los datos se podrá calcular la forma de proteger de las radiaciones a futuros astronautas que viajen al planeta rojo.