PAMELA MONTES ITURRIZAGA

Hasta hace dos décadas, la historia natural de la diabetes mellitus ofrecía un panorama desolador para el paciente: altas probabilidades de quedarse ciego y de sufrir la amputación de una o ambas piernas.

Actualmente, el pronóstico ha mejorado y existen nuevas maneras de controlar la enfermedad.

Un estudio de la Universidad de Gothenburg (Suecia) afirma que una persona con diabetes puede disminuir el riesgo de ser amputada en más del 50%, si se somete a intervenciones médicas, podología y el uso de zapatos con plantillas que reduzcan el impacto en la planta del pie a fin de evitar la aparición de úlceras.

PLANTILLAS Los investigadores, especialistas en ortótica (diseño de dispositivos ortopédicos) iniciaron en el 2008 un seguimiento a 114 pacientes diabéticos, con una edad promedio de 58 años y que tenían alrededor de 12 años con la enfermedad desde el diagnóstico inicial. Todos tenían riesgo de desarrollar úlceras en los pies y se les proporcionó plantillas elaboradas estratégicamente para equilibrar el impacto al caminar. Las usaron por dos años.

Solo el 0,9% de los participantes desarrolló una úlcera nueva durante el primer año de uso, a diferencia del rango de 3% al 8% que se reporta por lo general entre la población diabética. “Al final del primer año de estudio hemos concluido que los tres tipos de plantilla usados en el calzado disminuyen la aparición de úlceras”, dijo el estudiante de doctorado Ulla Tang, coautor de la investigación.

El estudio se presentará en la Conferencia Internacional en Protésica y Ortótica que se realizará en febrero en Hyderabad, ubicado en la India.

CUESTIÓN SANGUÍNEA Además del control de la glucosa, la persona con diabetes puede evitar la amputación por medio de la prevención y solución de sus problemas arteriales.

La arteria es un conducto similar a una tubería, y desde la adultez temprana se forman unas placas en sus paredes. El desarrollo y tamaño de las placas depende de factores como la genética, la diabetes mellitus, la hipertensión arterial, el colesterol alto, el tabaquismo y el estrés.

En el desarrollo del pie diabético influye, además de la obstrucción arterial, la neuropatía; una enfermedad que ataca a los nervios que llegan al pie, comprometiendo la sensibilidad. Así, si la persona tiene una herida, no la siente y, debido a que la sangre no llega a la extremidad, no puede atacar a los gérmenes, por lo que se generan infecciones y úlceras. En muchos casos se torna incontrolable y se produce la necrosis o muerte del tejido. Ante esta situación, los médicos deben recurrir a la amputación para salvar la vida del paciente.

SOLUCIONES VASCULARES Sin embargo, la infección del pie diabético puede producirse sin la aparición de una herida visible. “Cuando la sangre no llega, el tejido se infarta, se pone morado, negro, frío; y se debe amputar. El diabético es una persona muy expuesta a los problemas de los pies, producidos básicamente por irrigación”, dice el doctor Alfonso Balaguer Quiroga, jefe de Cardiología de la Clínica Internacional, sede San Borja.

El especialista indica que el diabético por obligación debe tener un control vascular –por lo menos una vez al año–, como la medición del índice tobillo-brazo para encontrar las variaciones en la presión. Cuando se sospecha de la existencia de obstrucciones de cuidado, los cardiólogos las detectan utilizando el cateterismo para inyectar un contraste en las arterias de las piernas. “Cuando hay una o dos obstrucciones utilizamos una prótesis en la arteria llamada extend. Esta contiene un balón que al inflarse empuja las placas hacia las paredes de la arteria, permitiendo el libre paso de la sangre, y se deja implantada una malla metálica [extend] parecida al resorte de un lapicero”.

En el caso de que el paciente presente múltiples obstrucciones en las arterias de las piernas, los médicos optan por colocar un ‘by-pass’, un nuevo conducto alternativo que cumple las funciones que la arteria dañada no puede hacer.

Es cierto que algunas personas indefectiblemente desarrollarán pie diabético, por cuestiones genéticas o descuido, pero también lo es el hecho de que muchas personas pueden evitar esta condición extrema mediante la prevención.