Era de conocimiento extendido que el diagnóstico rápido y el inicio temprano del tratamiento antirretroviral son determinantes para elevar la esperanza de vida de las personas con VIH.

Sin embargo, un estudio ha arrojado resultados alentadores para los pacientes que logran un buen control de la infección: ellos ya tienen una esperanza de vida similar a la de la población no seropositiva.

La terapia antirretroviral (TAR) ha demostrado controlar la infección y contribuir a elevar el sistema inmunológico de los pacientes. Por ello, el Instituto de Investigación del Sida IrsiCaixa realizó un estudio para medir la supervivencia de personas que viven con la infección.

El 60% de los pacientes que responden bien a la TAR tiene un nivel muy bajo del virus en la sangre y su índice de mortalidad es el mismo que el de la población general.

“Es probable que gran parte del exceso de mortalidad asociada al VIH se pueda prevenir con un diagnóstico precoz y el inicio de la TAR junto con un buen seguimiento del paciente que le permita adherencia al tratamiento”, comenta Bonaventura Clotet, director de IrsiCaixa.

MENOS MUERTES POR SIDA En el estudio –uno de los más completos realizados hasta ahora– publicado en la revista “AIDS”, se hizo un seguimiento a 3.300 pacientes (hombres y mujeres entre 20 y 70 años) que seguían un tratamiento para controlar la enfermedad.

Durante los tres años de monitoreo, se reportaron 62 decesos, y solo el 3% de ellos estuvo relacionado con el sida. El 97% restante se produjo principalmente por enfermedades cardiovasculares y muerte súbita.

“No hay ninguna evidencia de que los pacientes infectados por VIH que siguen TAR que mantienen el número de células CD4 (glóbulos blancos) hasta los 550 por mm3 tengan mayor riesgo de mortalidad que la población general”, concluyen los autores.