PAMELA MONTES ITURRIZAGA

El pasado martes 23 de abril, médicos de la Universidad de Minnesota, en Estados Unidos, realizaron el primer trasplante de sangre de cordón umbilical especialmente diseñado para curar la leucemia linfoblástica aguda (LLA) y el sida a un niño.

El pequeño nació con el VIH, pero hace varios meses desarrolló LLA, el tipo de cáncer pediátrico más común. El trasplante de sangre del cordón umbilical, que se extrae también de la placenta, es una terapia que ha demostrado su eficiencia en pacientes con distintos tipos de leucemia.

Lo novedoso del tratamiento de los médicos de Minnesota radica en la utilización de sangre que tiene una protección natural contra el virus del VIH. Esta inmunidad se produce por una mutación de una proteína en las células que impide que se infecten.

Esta variante es conocida como CCR5Δ32 y se observa solo en el 1% de la población mundial, mientras que la mayoría de personas tiene la forma normal de la proteína CCR5, que permite la infección.

Este caso trae a la memoria al ‘paciente alemán’, la única persona curada del sida en el mundo. Timothy Brown contrajo el VIH en 1995 y en el 2006 desarrolló una leucemia. Un año después recibió un trasplante de médula ósea de un donante que fuera compatible con su antígeno leucotitario humano (HLA), es decir, con las proteínas que permiten al organismo reconocer sus propias células de las ajenas o adversas.

Pero este donante además tenía en su sangre la proteína mutante CCR5Δ32. Esta combinación fue única, y eso explica el porqué otros pacientes no podrían tener el mismo pronóstico que el ‘paciente 1’, porque solo la búsqueda de un tejido compatible de por sí ya es compleja.

En el caso del niño al que se le trasplantó sangre de cordón umbilical con la proteína protectora, el equipo liderado por John Wagner, director del Programa de Trasplante de Sangre y Médula Ósea Pediátrica de la Universidad de Minnesota, realizó un delicado procedimiento.

Una semana antes del trasplante fue sometido a quimioterapias y radiaciones para matar su sistema inmune y médula ósea. A continuación recibió la transfusión de sangre de cordón umbilical con la esperanza de que las células madre repararan su sistema inmune.

“El éxito en este paciente podría obligar a los bancos de sangre de cordón en todo el mundo a identificar la cantidad de unidades de sangre de cordón con CCR5Δ32 que existe en sus inventarios. También se podrían encontrar nuevas formas de bloquear o alterar CCR5 para imitar esta variante protectora”, expresa el doctor Wagner en la nota publicada en el sitio web de la universidad.

Los primeros resultados de esta terapia se conocerán en 100 días. Si el virus no se puede detectar en la sangre el niño, los oncólogos retirarán la medicación. Y si aún así continua indetectable a lo largo del tiempo, podrá ser declarado curado.