Más cólera en África oriental cuando El Niño está activo
Más cólera en África oriental cuando El Niño está activo
Redacción EC

La corriente ecuatorial cíclica del Pacífico El Niño está relacionada con un cambio significativo en la distribución de casos de cólera en África, un descubrimiento que podría ayudar a una mejor preparación y una reducción del número de pacientes y de la mortalidad.

Durante los años en que esta corriente caliente está activa, el este de África registra unos 50.000 casos anuales, mientras que el sur del continente registra 30.000 menos en comparación con los años en que El Niño está ausente, determinaron los investigadores cuyo el estudio fue publicado el lunes en las Actas de la Academia Nacional de Ciencias (PNAS) de Estados Unidos.

Los científicos se apoyaron en más de 17.000 observaciones anuales de brotes de cólera en todo el continente africano entre 2000 y 2014.

“El número total de casos no varió entre años con y sin El Niño, pero la distribución geográfica se vio afectada”, dicen los autores de la Facultad de Salud Pública de la Universidad Johns Hopkins en Baltimore.

En total, 177 millones de personas viven en zonas de África donde la incidencia del cólera aumenta bruscamente con El Niño, en algunas de las cuales el número de casos se triplicó.

El cólera es una enfermedad infecciosa y a menudo mortal que se suele contraer al consumir agua contaminada y que provoca fuertes vómitos y diarrea.

“Generalmente, podemos predecir el regreso de El Niño con entre seis y doce meses de antelación”, dijo Justin Lessler, profesor adjunto de epidemiología de esa facultad y uno de los autores.

“Si uno dispone de centros médicos que están preparados, una atención rápida puede reducir casi a cero la tasa de mortalidad por cólera, pero de lo contrario puede llegar al 30%”, precisa.

El Fenómeno de El Niño afecta significativamente el clima en todo el planeta, provocando un fuerte aumento de las precipitaciones en el este de África y su disminución en las regiones más secas del norte y el sur del continente.

Los brotes de cólera están casi siempre vinculados con sistemas de distribución de agua deficientes. En algunos lugares, las fuertes lluvias pueden hacer desbordar desagües y contaminar el sistema de agua potable.

En otras partes de África que se han vuelto aún más áridas por efectos de El Niño, las poblaciones pueden no tener acceso a fuentes de agua potable, lo que obliga a consumir agua contaminada, señalan los autores.

Existe una vacuna contra el cólera, pero los efectos no duran toda la vida. Además, no hay vacunas suficientes para cubrir todas las poblaciones en algunas regiones de África donde su incidencia está vinculada a El Niño.

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