Ilustración para Tomás Unger. (Por: Raúl Rodríguez / El Comercio)
Ilustración para Tomás Unger. (Por: Raúl Rodríguez / El Comercio)
Tomás Unger Golsztyn

Las últimas semanas hablamos de los dinosaurios, y su extinción. Después contamos cómo los mamíferos se pusieron a la cabeza de la cadena alimentaria. Pero en realidad los que dominaron la Tierra todo el tiempo fueron otros animales: los artrópodos. Desde el llamado Eón Fanerozoico (el de los animales visibles) hace unos 600 millones de años, los invertebrados son los que controlan todos los ecosistemas.

Los primeros animales visibles, lo suficiente para dejar fósiles, que aparecieron en el agua, fueron los trilobites. También fueron los primeros artrópodos (del griego ‘artro’ = articulación, ‘podo’= pie) de patas articuladas. Los trilobites fueron los antecesores de todos los artrópodos, aunque la mayoría desapareció. Fue una especie que duró 300 millones de años.

—REINO, FILO Y CLASE—
La naturaleza está dividida en el reino mineral, reino vegetal y animal, cuyos dominios son los procariotes y los eucariotes (células con y sin núcleo). El reino animal se divide en filos. Una de estas divisiones son los artrópodos que, a su vez, se dividen en clases: los quelicerados (con tenazas) que comprenden a los arácnidos (arañas) y sus primos los escorpiones, ácaros y cangrejos. Los insectos, (seccionados), los miriápodos (miles de pies) y los crustáceos (crusta = costra). Más del 80% de todas las especies animales clasificadas son artrópodos. Los arácnidos comprenden desde ácaros de menos de 1 mm hasta arañas de mar gigantes del Japón que con las patas extendidas alcanzan 4 metros y llegan a pesar 20 kilos. 

Los crustáceos fueron los primeros artrópodos en aparecer hace 511 millones de años. El arácnido más antiguo tiene 420 millones de años y el insecto más antiguo tiene 407 millones de años. 

—SANGRE AZUL—
Todos los artrópodos tienen características comunes que resultan favorables a la evolución. Tal vez la más importante es su corto siglo reproductivo. La mayoría tiene un alto número de generaciones al año. Por ejemplo, la mosca de la fruta en 12 meses tiene 50 generaciones, lo que a un humano moderno le tomaría unos mil años. Esa inmensa ventaja permite a la especie adaptarse a cambios súbitos en el medio ambiente. Es más, el alto número de descendientes permite sobrevivir a una alta mortalidad. 

Otras características comunes son la respiración por poros en los terrestres y agallas en los acuáticos. La circulación es mantenida por varios corazones a través de una sangre que, a diferencia de los vertebrados, es azul. Esto se debe a que nuestra sangre usa hierro (rojo) para transportar el oxígeno, mientras que la de los artrópodos usa cobre, cuyo óxido es azul. 

La rigidez se la da el exoesqueleto, a través de cuyos poros respiran, que es de quitina, similar a la queratina de nuestras uñas y pelo. Su estructura es de tres elementos: cabeza, tronco y abdomen, todos tienen simetría bilateral. En muchos casos el exoesqueleto rígido es desechado varias veces durante el proceso de crecimiento. 

Todos los artrópodos tienen muchas ventajas intrínsecas para la supervivencia, pero los más exitosos son los insectos. A pesar de que hay más de un millón de especies de insectos descritas, se calcula que en la Tierra existen actualmente entre 6 y 10 millones. Es generalmente aceptado que los insectos forman potencialmente más del 90% de las formas de vida existentes en la Tierra. Por lo tanto, no debe sorprender que sean indispensables en todos los ecosistemas. 

—ESENCIALES PARA LA VIDA—
Cada vez con mayor frecuencia tenemos ejemplos de la manera catastrófica en que la desaparición de insectos puede afectar la ecología. Un caso que me tocó presenciar fue la fumigación intensiva en el valle de Cañete. Mientras los insectos moribundos tapaban los radiadores y parabrisas de los autos, se desarrollaba una nueva generación de insectos inmunes a los insecticidas. 

La consecuencia fue la pérdida total de una cosecha de algodón y el cambio obligado de cultivo a la papa. La nueva generación de insectos sigue inmune. 

Hay muchos otros ejemplos, pero tal vez el más conocido y de más impacto es el libro de Raquel Carson “Primavera silenciosa”, de 1962, que despertó la preocupación por la defensa de los sistemas ecológicos. Hoy nos enteramos de inmediato de cualquier epidemia en cualquier parte del mundo, haciendo más notoria la influencia de los artrópodos, sobre todo la de los insectos, en otras especies. 

Por lo pronto la mortandad de abejas en California ha afectado drásticamente la cosecha de almendras. Los insectos intervienen a todos los niveles, desde la fertilidad del suelo hasta las mariposas que llevan polen. 

Por el lado de la sanidad, la plaga que diezmó la población mundial en la Edad Media era llevada por pulgas, parásitos de ratas. Los ejemplos son interminables y probablemente los que no conocemos son más que los que hemos podido descubrir.

—LOS MÁS EXITOSOS—
Entre los artrópodos, los que menos han tenido que cambiar a través de los años son las arañas y las cucarachas. La cucaracha ha cambiado poco en 300 millones de años, y es 100 veces más antigua que el ‘Australopithecus afarensis’, nuestro primer antepasado homínido africano. Un simple mecanismo de alta sensibilidad a los cambios del aire ha dotado a la cucaracha de un complejo sistema de defensa altamente eficiente. El mecanismo de reproducción que deposita un ‘blíster’ de huevos autosuficientes garantiza una alta probabilidad de sobrevivencia. 

La araña tiene diversos mecanismos, desde su habilidad de fabricar y usar telas de alta resistencia hasta una variedad de los venenos más sofisticados. Por último, las especies de arañas más exitosas son llevadas exclusivamente por las hembras, las que, en la mayoría de los casos, se comen al macho después del coito. 

Todas las arañas son carnívoras y cuentan con algún tipo de veneno, aunque las especies más espectaculares son víctimas de las avispas. Pero los únicos artrópodos que han llegado a formar complejos sistemas sociales son los insectos; las termitas y las abejas son los ejemplos más conocidos. Pero de los insectos nos ocuparemos próximamente.

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