Britney Spears inició una serie de shows en Las Vegas con un programa muy parecido a las sorprendentes producciones del Cirque du Soleil, las cuales son muy comunes en el área.

El debut de la cantante con Spears: Piece of Me, una presentación al estilo de los casinos, mantuvo de pie a 4,500 personas durante aproximadamente 90 minutos.

Los asistentes —bastante jóvenes en comparación al público regular de Las Vegas— asistieron al recital que incluyó acrobacia, un círculo de fuego, papel picado, una banda de música, una variada exhibición de vestuario y frecuentes piruetas aéreas de parte de Spears. El concierto, concebido con un alto nivel de calidad, incluyó coreografías con grupos de bailarines de fondo que daban volteretas sobre la ganadora de un premio Grammy.

Spears, de 32 años, ha firmado un contrato para actuar en 50 presentaciones en 2014 y otras 50 en 2015, en el Planet Hollywood Resort y Casino.

Antes de la presentación abundaban los rumores de que Spears no cantaría en vivo, una afirmación que negaron los directivos del casino. Spears canta, pero usa una pista musical con su voz grabada a fin de permitir que ella pueda realizar unos movimientos físicos intensos en el estrado y añadir los tonos bajos electrónicos que caracterizan a muchas de sus canciones, dijo el vicepresidente de programación de espectáculos, Kurt Melien.

Por lo que se vio el viernes, casi todos los números exigieron intensos desplazamientos atléticos. Algunas personas del público dijeron que habría sido injusto exigir que Spears realizara tal despliegue físico en el estrado y a la vez cantar cada nota del show. Si tuvieran que elegir entre ambos, dijeron que preferían la coreografía.

Cuando no tenía que hacer acrobacias con sus bailarines, Spears usaba el tiempo menos activo caminando o posando por todo el escenario. Cantantes más jóvenes, como Selena Gómez, Miley Cyrus y Katy Perry le brindaron apoyo moral desde la platea.

Los ejecutivos del Casino dijeron que podrían ampliar su contrato si logra ser un éxito. Las entradas más caras para verla cuestan 179 dólares.