"Better Call Saul" se estrena este martes en Netflix
"Better Call Saul" se estrena este martes en Netflix

Pese a la apariencia ecuánime de Jimmy McGill (Bob Odenkirk), se intuye que en su interior bulle un desconcierto equiparable al desasosiego que transmite el cuadro “El grito”, de Edvard Munch. El protagonista de “Better Call Saul” se mueve, por ahora, con una angustia no del todo evidente por los absurdos de la existencia.

La tercera temporada de la serie arriba este martes a Netflix. Y con ella vuelven los ambientes y espacios desolados de Nuevo México, a los que Jimmy contempla como si quisiera imaginar en ellos dimensiones paralelas en las que podría hallar algún sentido a las cosas. En su cotidiana realidad, la rutina laboral en una oficina potenció su desgano. Esta indolencia compartida por millones de personas en el mundo humaniza a Jimmy y hasta lo vuelve querible. Entonces es posible que él haya pensado: quizás el lado ilegal de la abogacía sea, por lo menos, más entretenido.

La nueva entrega de “Better Call Saul” profundizará en esa transición. En cada nuevo capítulo que se estrena los martes, se agudizarán los roces entre los egos de Jimmy y su hermano Chuck (Michael McKean) y se afianzarán sus proyectos que lo contactarán con otros emprendedores que se ganan la vida al margen de la ley (esa fachada de lavado de dinero que es Los Hermanos Pollos, la pintoresca cadena de comida rápida, es una referencia ineludible de esta ficción). Pronto Jimmy se sacudirá de su abulia y se convertirá en el dicharachero Saul Goodman. Y en el futuro, Saul Goodman trabajará para tapar las movidas de Walter White (Bryan Cranston), el sedicioso enfermo de cáncer de “Breaking Bad” que quiere darle la vuelta al sistema como un altruista fabricante de drogas.

MEJOR LLAMA A SAUL
“Better Call Saul” ha dado con su propia identidad, pese a ser una precuela y un ‘spin-off’. Aquí no cabe esperar la agitación química de “Breaking Bad”. En “Better Call Saul” se aprecia una hechura más cercana a la engañosa normalidad, aunque sus creadores Vince Gilligan y Peter Gould han sugerido que en esta tercera temporada los componentes irónicos y tragicómicos irrumpirán con más decisión.

Y, desde luego, la actuación de Bob Odenkirk como Jimmy/Saul es un insuperable centro de atracción. Su desempeño da con el tono justo entre la apariencia de un tipo común y corriente, la ambición y el patetismo. Sin que uno se dé cuenta, las rebeliones al sistema se gestan a la vuelta de la esquina.

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