A punto de cumplir ocho años, la pequeña Alana Thompson, conocida con el sobrenombre de Honey Boo Boo, es uno de los personajes más famosos y controvertidos de la televisión estadounidense.

Alana protagoniza el programa de telerealidad Here Comes Honey Boo Boo, que sigue sus peripecias y las de su familia compuesta por sus tres hermanas adolescentes, su madre y el marido de esta en la pequeña localidad rural de McIntyre, en Georgia.

Gran parte de la crítica ha destrozado el programa, asegurando que es una exaltación del mal gusto y de la ignorancia, y que el trato que recibe la pequeña Alana roza la explotación infantil.

Pero el público no parece opinar lo mismo. En su segunda temporada el programa se mantiene como uno de los de mayor éxito de la televisión por cable en EE.UU., con más de dos millones de telespectadores semanales.

Con su desparpajo sureño, sus comentarios fuera de tono y su falta de modales, Alana y su peculiar familia se han metido a la audiencia en el bolsillo y se han convertido en todo un fenómeno de la cultura popular estadounidense.

LOS REDNECKS Honey Boo Boo saltó a la fama a raíz de su aparición en el polémico programa Toddlers Tiaras, protagonizado por un grupo de madres y padres obsesionados con hacer triunfar a sus hijos en concursos de belleza infantiles.

Alana se convirtió en un éxito instantáneo en internet, lo que hizo que la cadena TLC decidiera darle un programa propio.

Los Thomson-Shannon representan a la perfección lo que en EE.UU. se conoce como rednecks (literalmente cuellos rojos), que es el término que se utiliza para describir a los estadounidenses blancos provenientes del sur de país, de estrato social bajo y con poca educación.

El padre, Mike Thompson, trabaja en una mina mientras que la matriarca del clan, June Shannon quien padece de sobrepeso y cuyas hijas son todas de padres diferentes es conocida como la reina de los cupones por su afición a los vales de descuento de los supermercados.

El programa sigue la rutina diaria de la familia y nunca faltan los eructos, bostezos y el vocabulario soez que los han hecho famosos.

Según el periodista Mike Schneider, de la revista TV Guide Magazine, el éxito de Here Come Honey Boo Boo se basa en que apela al voyeurismo innato de los espectadores, que pueden adentrarse en un mundo que no les es para nada familiar.

PLACER INCONFESABLE Muestra el universo de los rednecks, que muchos espectadores nunca han vivido y que resulta fascinante. Mucha gente no querría estar en su situación, pero al mismo tiempo es una familia cuyos miembros se nota que se quieren y se apoyan, lo que hasta cierto punto es admirable, destaca Schneider en conversación con BBC Mundo.

Alana dice cosas muy poco apropiadas para una niña de su edad. Y no hay que olvidar que viene del programa Toddlers Tiaras, que trata sobre madres que obligan a sus hijas a participar en los concursos de belleza infantiles, lo que para mucha gente es al mismo tiempo horrible y fascinante.

Según Schneider, para la audiencia Here Come Honey Boo Boo es un placer inconfesable.

El reportero de la revista The Hollywood Reporter, Michael O’Connell, coincide en que buena parte del éxito del programa se debe a la personalidad extrema de sus protagonistas.

Tienen una forma de ver la vida bastante extravagante. A la gente que sigue los programas de telerealidad le gusta la dinámica de esta familia. La idea de que son diferentes y dependen los unos de los otros.

Tienen motes ridículos y un cerdo como mascota. Si a ello se le suma el mundo de los concursos de belleza infantiles, la cosa se vuelve todavía más interesante, asegura O’Connell.

EFECTOS NEGATIVOS Pese al éxito de programa, son muchos los que consideran que la pequeña Alana está siendo explotada por su familia y por los productores del show para sacar provecho económico y alertan sobre el impacto emocional que la fama repentina podría tener sobre la pequeña.

Para los niños que están en el negocio de espectáculo y que tienen cualidades que otros niños no poseen la experiencia puede ser positiva. Pero el caso de Alana es muy diferente. Es una caricatura que está siendo explotada y a la larga puede pagar las consecuencias, asegura el psicólogo infantil Seth Meyers.

Los productores del programa están interesados sólo en la audiencia, así que creo que la responsabilidad recae en sus padres, señaló Meyers en conversación con BBC Mundo.

¿Es la madre de Alana consciente de los efectos negativos que la experiencia puede tener en su hija? No lo sé pero parece estar disfrutando de la publicidad.

Los niños como Alana suelen ser precoces por diferentes razones, algunas positivas y otras negativas. En su caso creo que su personalidad es el resultado de la falta de límites en casa, concluye el experto.

Las criticas al programa no han evitado que, a sus siete años, Alana Thomson se haya convertido en una estrella de la televisión, cuya presencia en los medios va más allá de su propio programa.

Por el momento, el fin del fenómeno Honey Boo Boo no parece estar cerca.