BRUNELLA VÁSQUEZ

Surgieron de una historieta, continuaron en una serie de televisión, se transformaron en dibujos animados, montaron una película y ahora suben a las tablas. Los Locos Addams se encuentran en el inconsciente colectivo de muchas generaciones. Desde los excéntricos personajes hasta el parabarán, pam-pam , parabarán, pam-pam, parabarán, parabarán, parabarán (admítalo, ya lo está tarareando mentalmente), siempre acompañado de un par de chasquidos. Es imposible recordar a la increíble familia sin que nos provoque risa y un poco de melancolía. Prepárense, entonces, pues la productora La Gran Manzana estrenará, bajo la dirección de Doménico Poggi, un musical que propone una visión muy diferente a la que hemos estado acostumbrados a ver. Son varias historias de amor, pero sumamente divertidas y atípicas. Hasta el tío Cosa se llega a enamorar en la obra, afirma Doménico.

Alta, flaca, pálida, cabello lacio, largo y negro. Para colmo llega vestida en tonalidades oscuras. Sus horas de sueño –reflejadas en terribles ojeras- se han visto enormemente reducidas por las noches de ensayos y los noticieros que graba en las mañanas. Aun así, Fiorella Rodriguez sabía que no podía dejar pasar la oportunidad de encarnar a Morticia. Yo misma, al levantarme, me miro al espejo y no puedo negar el parecido con ella. ¡Pero también tengo toda una caracterización, ah! No es que vaya al teatro tal cual salgo de la ducha”, nos cuenta entre risas. Personas que obviamente no me conocen lo suficiente me preguntaban si no me sentía ofendida con el papel… ¡Por favor! ¡No tienen idea cómo me ha podido emocionar el tema! Me encanta tener que caracterizar a una mujer como ella. Nunca me ha molestado que me pongan la chapa, ni con eso ni con cualquiera de las que me han puesto en toda mi vida. Tengo una correa muy ancha. No como mantequilla, pero me baño en ella, exclama con una sincera sonrisa.

Parezco un galán porno de los setentas. Diego Bertie llega a los ensayos con un bigote que de seguro para muchas renovará su sex appeal, pero que a él no parece hacerle mucha gracia. He tenido que dejármelo crecer y me parece horrible, sentencia. A diferencia de Fiorella, Diego sí se extrañó con la llamada de Doménico para que interpretara al patriarca Homero. Al principio no le di mucha pelota, porque de verdad yo no me veía parecido. Sin embargo, la obra me ofreció un nuevo personaje que debía crear, que iba mucho más allá de lo físico. Un hombre más real, más imperfecto, pisado, que mete la pata, melodramático, pero sumamente apasionado. Es un solo de excesos, nos cuenta.

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