Un trabajador retira los espejos del techo mientras otro saca un caparazón de fibra de vidrio de un jacuzzi. Un tercer empleado destruye a mazazos una estatua de Venus de Milo topless. El hotel para parejas Shalimar ha decidido cambiar de imagen y dedicarse a la familia.

Igual que una tercera parte de los 180 hoteles que alquilan habitaciones por horas, básicamente a parejas, el Shalimar está haciendo a un lado las camas redondas y las sillas para juegos de servidumbre y en su lugar está instalando sillones, escritorios y otros muebles comunes y corrientes. La idea es que los hoteles puedan recibir todo tipo de clientela.

Con la Copa Mundial del año que viene y los Juegos Olímpicos del 2016 a la vuelta de la esquina, las autoridades municipales tratan de resolver la escasez crónica de alojamientos, tan severa que durante una conferencia de las Naciones Unidas el año pasado el alcalde tuvo que pedirle a la ciudadanía que recibiese a los visitantes en sus casas.

INCENTIVOS PARA EL CAMBIO La municipalidad ofreció un incentive a los moteles, como se le dice a los hoteles para parejas: les reduce los impuestos a la propiedad si cambian sus decoraciones y modifican el 90% de sus habitaciones para que puedan recibir la invasión de turistas que se avecina.

Los moteles saben cómo acomodar a la gente de todo el mundo, expresó Antonio Cerqueira, vicepresidente de la filial de Río de la asociación de propietarios de hoteles ABIH, que es la más grande de Brasil. Lo que puede molestarle a la gente es la decoración nada más.

La ciudad dispone de 25.000 camas, la mitad de las 50.000 que se necesitan para los Juegos Olímpicos y las autoridades esperan añadir otras 6.000 mediante la conversión de moteles, indicó Cerqueira. Además se están construyendo hoteles nuevos con otras 14.500 camas, añadió.

A título de comparación, Londres, sede de la última olimpiada, dispuso de 110.000 camas de hotel.

EXTRAÑA DECORACIÓN Los moteles para parejas son verdaderos templos al mal gusto y una vieja tradición en el país católico más grande del mundo, donde los jóvenes generalmente viven con los padres hasta que se casan.

Abundan las gigantescas camas vibradoras que funcionan con monedas, espejos por todos lados y condones y otros elementos eróticos, además de minibares con latas de cerveza y barras de chocolate. Los moteles están rodeados por altos muros que dan privacidad y cuentan con espacios para estacionar techados frente a las habitaciones. Muchos ofrecen la posibilidad de registrarse por computadora o teléfono, sin ser visto por nadie. Hay habitaciones están decoradas con temas específicos, como la era medieval, los locos años 60 o paraísos tropicales.

EL COSTO DEL CAMBIO Transformar las habitaciones cuesta entre 15.000 y 25.000 dólares por unidad, de acuerdo con Cerqueira. La inversión será compensada en parte por una reducción del 40% en los impuestos a la propiedad hasta el 2019.

Los operadores de moteles todavía negocian algunos asuntos con las autoridades, pero Cerqueira dijo que espera que haya un acuerdo definitivo hacia fin de mes.

Pese a su popularidad, los moteles han ido perdiendo clientela desde los años 90 y la mayoría apenas si tienen una ocupación del 50%. En los hoteles convencionales, entre tanto, la ocupación es del 80% y se llenan en épocas especiales como la Navidad y el carnaval, según Cerqueira. Los moteles, por otro lado, deben ser limpiados y esterilizados toda vez que se va un huésped y, dado que las estadías generalmente no pasan de unas pocas horas, cuesta más mantenerlos que los hoteles convencionales.

La mayor parte de los clientes son gente casada con un espíritu aventurero, personas en viaje de negocios que quieren ahorrar dinero o adúlteros.

La decoradora Fabiola Brandao ha estado trabajando en la renovación del Shalinar una habitación a la vez por cuatro años y ya ha remodelado 25 de sus 61 habitaciones.

Generalmente trabajamos en dos o tres habitaciones y tratamos de bloquear ese sector, relató. Pero no importa cuán cuidadosos traten de ser los trabajadores, sus martillazos y las pistolas de clavos no pasan inadvertidos.

En esos casos, le decimos al cliente que le podemos dar una habitación mejor, con mejores vistas, dijo Brandao. Y luego les enviamos una botella de champagne, gentileza de la casa. Generalmente eso funciona.

Las habitaciones nuevas son el tipo de lugar de las que uno no tiene que salir corriendo luego de unas pocas horas, manifestó. Señaló que las tarifas de las habitaciones renovadas van de 34 a 190 dólares por 12 horas, el tiempo preferido por la gente en viaje de negocios.

Los administradores del Shalimar piensan renovar casi todas las habitaciones, pero conservarán la vieja decoración en algunas, como el cuarto con un tema medieval.

INCREMENTO DEL TURISMO Los operadores de moteles esperan que la invasión de turistas generada por la Copa Mundial y los Juegos Olímpicos se prolongue luego de esas competencias. Normalmente Río es visitado por 3 millones de personas anuales.

Es sabido que los Juegos ponen a una ciudad en el mapa, comentó Cerqueira, quien mencionó como ejemplos a Barcelona (1992) y Sidney (2000). Río tiene mucho que ofrecer, la playa, paisajes espectaculares Y todo lo que está pasando no hará sino aumentar el interés. Estaremos preparados.

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