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Muchos lugares tuvieron un papel importante en la vida de y los Beatles. A continuación mostramos cinco de ellos, alrededor del mundo.

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1. Liverpool: dónde todo empezó
Es la sexta ciudad más visitada del Reino Unido y la que más museos tiene luego de Londres, por supuesto incluyendo uno dedicado a los Beatles.

Pero mejor arrancar la visita en el barrio donde empezó la leyenda, Woolton. Ahí está la iglesia de St Peter, donde John tocó con The Quarrymen en una fiesta parroquial el día en que conoció a Paul McCartney. En el cementerio local está la lápida de Eleanor Rigby, mujer que nunca imaginó en vida que sería un icono pop. A unas cuadras se llega a Mendips, la casa de la tía Mimi, donde John pasó buena parte de sus años previos a la Beatlemania. A la vuelta de la esquina están las rejas rojas tras las cuales se esconden los eternos campos de frutillas (en realidad, un orfanato).

El circuito llega, luego de pasar por Penny Lane, al club The Cavern. Sobre un costado, una estatua recuerda a John. Se lo ve vestido con una campera de bronce y con un hombro apoyado contra la pared de ladrillos rojos. Siempre hay algún músico callejero cerca que, por supuesto, canta temas de la consagrada fórmula Lennon-McCartney. El recorrido termina en el museo Beatles Story, frente a los muelles, con cientos de objetos, escenografías y réplicas.

2. Almería: el curioso capítulo andaluz
Hay lugares insólitamente vinculados con la vida de John Lennon. Es el caso de Almería, Andalucía. Los paisajes áridos de las sierras de la región se transformaron en estudios al aire libre para una multitud de películas a partir de los años 50, y vieron pasar a muchas estrellas del siglo XX, desde Brigitte Bardot y Jean-Paul Belmondo hasta Burt Reynolds y Clint Eastwood. La mayor parte de los western-spaghetti fueron filmados en Almería, muy lejos del Oeste Salvaje.

Allí llegó John Lennon, en 1966, para actuar por primera vez sin sus tres compañeros de los Beatles. Ya había participado en películas emblemáticas (A Hard Day's Night y Help) y en Almería hizo del soldado Gripweed en Como gané la guerra, película más bien olvidada y olvidable filmada por Richard Lester en 1966.

Más allá del valor cinematográfico, Lennon reconoció que su experiencia andaluza fue muy valiosa en su desarrollo artístico, ya que le permitió un corte introspectivo en plena Beatlemania. Le sirvió también para alejarse de las polémicas que generó su famosa declaración, comparando la fama de los Beatles con la de Cristo.

Bajo el sol aplastante del sur español, Lennon pasó momentos solitarios, durante las largas esperas entre tomas típicas de una filmación. Tuvo tiempo de sobra para escribir y perfeccionar una de las canciones de Revolver, Strawberry Fields Forever, que abriría nuevas vías para la música pop. En la letra, Lennon plasmó recuerdos de infancia en el Liverpool de la posguerra.

3. Montreal: Give Peace A Chance
Es otro lugar impensado en la vida del músico. Sin embargo protagonizó allí uno de los episodios más famosos de su vida pública, en 1969, junto a Yoko Ono. Fue donde realizó uno de sus dos Bed-ins for Peace (que se puede traducir como en la cama por la paz). La escena tuvo lugar en el hotel Reine Elizabeth de la metrópolis francófona canadiense. El otro fue en el hotel Hilton de Ámsterdam. Yoko y John recibían a periodistas y amigos en su cama y en pijamas.

Es otro lugar impensado en la vida del músico. Sin embargo protagonizó allí uno de los episodios más famosos de su vida pública, en 1969, junto a Yoko Ono. Fue donde realizó uno de sus dos Bed-ins for Peace (que se puede traducir como en la cama por la paz). La escena tuvo lugar en el hotel Reine Elizabeth de la metrópolis francófona canadiense. El otro fue en el hotel Hilton de Ámsterdam. Yoko y John recibían a periodistas y amigos en su cama y en pijamas.

En los coros participaron famosos y desconocidos por igual, entre ellos el poeta Allen Ginsberg y la cantante pop Petula Clark. El bed-in quedó en la memoria colectiva como uno de los mayores eventos pop del recambio de década. En Montréal, la escena ha sido fijada en una réplica fiel en el Musée Grévin, con las efigies de cera de John y Yoko. Los visitantes pueden tirarse a un costado de la cama y estar en la foto.

4. Japón. Al otro lado del universo
Hay huellas de John Lennon en muchas partes del mundo, como en Hamburgo, donde debutó con los Beatles. También en Praga, donde un muro le ha sido dedicado, frente a la embajada de Francia, en el barrio de Malá Strana. Paradójicamente Lennon nunca pisó el suelo checo y este homenaje empezó en los tiempos comunistas como un símbolo de lucha por la paz y la libertad.

A Japón, por el contrario, viajó muchas veces. Con los Beatles primero y luego con Yoko Ono. Sin embargo, allá su figura se fue marchitando con el tiempo y el museo que le había sido dedicado cerró sus puertas en 2010. ¿Por falta de visitantes? Estaba en Saitama, en el norte de Tokio.

Lennon visitó Japón con asiduidad durante los años 70. En algunos comercios se lo recuerda: como el Café Paulista, en Ginza, barrio de las grandes marcas en el centro, Fue el primer establecimiento en acercar en el hábito occidental de tomar café a Tokyo, en 1911. Era uno de los lugares favoritos de Lennon y una foto todavía lo evoca. Es un homenaje modesto, igual que los que perduran en Karuizawa, región de Nagano. Los padres de Yoko tenían una casa allá, donde la pareja, con su hijo Sean, pasó varios veranos.

John apreciaba el ambiente campestre y las calles con casas de madera. Los Lennon-Ono eran habitués del hotel Mampei, la panadería French Bakery y el café Rizanbou, donde se conservaron fotos de ellos.

5. Nueva York: frente al Dakota
No hace falta recordar el trágico día de diciembre de 1980, cuando Mark Chapman asesinó a John Lennon al pie del Dakota. Desde entonces el edificio, donde la pareja Ono-Lennon tenía su residencia en pleno centro de Manhattan y al costado del Central Park, es un paso obligado para todos los fans.

No hay mucho que ver desde la vereda, frente a la puerta de entrada misma, salvo a los porteros de uniforme. La puerta es suficientemente ancha como para dejar pasar a los carruajes, los vehículos de rigor en el momento de su construcción en las últimas décadas del siglo XIX.

John y Yoko no fueron los únicos famosos en vivir en esta elegante torre renacentista francés. Entre sus copropietarios figuraron los actores Jack Palance y Boris Karloff, el bailarín Rudolf Nuréyev, las actrices Lauren Bacall y Judy Garland o el músico Leonard Bernstein. Algunos ricos y famosos quisieron ingresar en la copropiedad pero no fueron aceptados, como Antonio Banderas y Billy Joel.

De la misma manera, Roman Polanski no pudo filmar dentro del edificio su película Rosemary's Baby, de modo que aparece solo en las tomas exteriores mientras que los interiores fueron recreados en estudios en California. A minutos del Dakota está el memorial Strawberry Fields, financiado por Yoko Ono e inaugurado en 1985. Es uno de los rincones más concurridos de Central Park, se forman filas para sacarse fotos de esta placa de mosaicos que representa un símbolo de paz.

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