IÑIGO MANEIRO

A lo largo del cañón del Colca, en sus márgenes derecha e izquierda, y en la parte alta se encuentran varias de las iglesias más bellas del departamento de Arequipa cuya construcción oscila entre mediados de los siglos XVI al XVIII. Varias de ellas están consideradas patrimonio de la nación por la calidad de su arquitectura y los trabajos que se conservan en su interior, principalmente cuadros de la escuela cusqueña, esculturas, retablos y elementos de uso religioso. Durante mucho tiempo, esos templos estaban abandonados y las riquezas de su interior entregadas al mejor postor.

El Colca comenzó a sonar entre los años 60 y 70 con el inicio del Proyecto Majes y, sobre todo, con la divulgación que hizo de este accidente natural y sus pueblos el empresario arequipeño Mauricio López de Romaña. Desde finales de los años 90, la cooperación española intervino para la restauración y puesta en valor de los casi 20 templos que hay a lo largo del cañón.

Estas iglesias son una excelente muestra del barroco mestizo, ese estilo arquitectónico que fusionaba el arte europeo, el afán evangelizador de la Iglesia a través del lenguaje visual y las expresiones indígenas locales, que introducían aspectos de la naturaleza, la simbología y las cosmovisiones andinas. El barroco andino se une en el Colca con muestras del arte románico, neoclásico y renacentista.

EN TODOS LOS PUNTOS CARDINALES La margen izquierda del cañón es la más conocida por ser la ruta que nos lleva a la Cruz del Colca. En ese trayecto siempre hay una parada obligatoria en Yanque, por sus danzas y por la iglesia franciscana de la Inmaculada Concepción que posee el mejor alto relieve del Colca. Antes de llegar a la cruz se encuentran Maca y Pinchillo, cuyos templos, Santa Ana y San Sebastián respectivamente, destacan por sus altares barrocos en el primer caso, y los retablos en el segundo. En su margen derecha, los operadores locales suelen ofrecer caminatas, paseos a caballo y rutas en bicicleta que se combinan con la visita a las iglesias que se encuentran en esta parte. Destacan la de Santiago Apóstol de Coporaque, de mediados del XVI y la más antigua del valle, y la Purísima Concepción de Lari, la más grande, conocida como la Catedral del Colca.

Desde Coporaque comenzó la evangelización del valle y de los pueblos que vivían en él: a los collaguas, ubicados en sus partes altas, se les distingue por sus sombreros altos y blancos, y los cabanas, situados en la parte baja del cañón, usan sombreros negros bordados con colores.

En la parte alta se encuentran dos localidades. Sibayo, el pueblo de las casas de piedra, donde se encuentra la iglesia San Juan Bautista también levantada en piedra. Si el pueblo es uno de los más bellos del Colca, la iglesia es de las más ricas por el patrimonio que posee en pinturas y retablos. Más arriba está Callalli, donde se ubican los castillos de piedra y la cueva de Mollepunku. Callalli posee una hermosa y austera iglesia, San Pedro de Padua, que mira al valle que forma el río Colca.

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