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Paracas: recorre la Reserva Nacional en su aniversario - 6
Redacción EC

Hay algo ideal en conocer un destino fuera de temporada: ante la ausencia de turistas, nos volvemos más permeables a su naturaleza. Eso pasa en este momento en : nuestro cuerpo percibe que no necesita máscaras en este desierto que alberga una bahía. Es como si todos los poros se abrieran para aprehender lo que lo rodea. 

Tras casi cuatro horas de recorrido desde Lima, elegimos los campers de Bamboo Paracas Eco Bungalows, ubicados en la playa Santo Domingo, al borde de la reserva. La sencilla infraestructura de una casa rodante nos obliga a estar afuera: practicando deporte, de día, o contemplando las estrellas, de noche. 

Experiencias al aire libre

Hemos llegado a Bamboo Paracas Eco Bungalows un viernes al atardecer. Lo primero que vemos son cometas de colores a contraluz, que cogen vientos y se desplazan quienes hacen kitesurf. Este es uno de los ‘points’ preferidos por los deportistas de los aires. De hecho, Kangaroo Kite, la escuela que opera dentro de sus instalaciones, es la única certificada por la International Kiteboarding Organization (IKO, por sus siglas en inglés) en el . Se ubica en este lugar por sus vientos térmicos y por poseer condiciones inmejorables para la práctica. 

Para los que nunca realizaron este deporte no es un impedimento. Con una hora de clases de kitesurf podrán vivir la experiencia de surcar las aguas impulsados por el viento. Incluso hay paquetes más avanzados de doce horas (Desde S/.225 hasta S/.2.190). Pero la serenidad de las aguas de la bahía también favorece otros deportes como el paddleboard y el kayak (cada uno por S/.20 la hora). Y además hay lanchas que te acarrean para realizar wakeboard (S/.50 la salida).

Ya cansados de una excursión deportiva, la noche nos recibe con una propuesta ideal: el mejor plan es encender el fuego para disfrutar de una parrilla entre amigos bajo un techo de caña y las estrellas de fondo. Al final, el sueño en la casa rodante será placentero.  

Desierto y aguas diáfanas

El sábado, el plan es otro: nos internamos en la Reserva Natural Paracas, administrada por el , y que está a pocos minutos de distancia. Algunos van en bicicletas y otros, como nosotros, en auto. El costo es igual para todos: S/.10. Lo bueno es que desde hace cuatro días ya se pueden adquirir los boletos en los módulos de Teleticket, y si se adquiere el pasaporte Sernanp (que incluye 10 áreas naturales protegidas del Perú) el precio es especial (solo S/.60) y la vigencia es de dos años. 

Así, pues, a los pocos minutos empezamos a ver la bahía y aparecen las aves. Hay 216 tipos de aves distintas y 36 especies de mamíferos. Para los ciclistas que prueban varias rutas el paisaje puede ser distinto: es posible que se topen con parihuanas (flamencos) y avisten lobos marinos. 

Tanto para los ciclistas como para los que vamos en auto existen dos circuitos de vías afirmadas. El primero es el de Bahía de Paracas, la zona más visitada de la reserva por su cercanía y por la belleza de sus playas, como La Mina y Raspón, y por las vistas panorámicas de miradores como La Catedral. El segundo es el de Laguna Grande, unos 35 kilómetros alejado del ingreso, pero recomendado para aquellos a quienes les entusiasma el avistamientos de aves.

Existe un tercer circuito, al que solo pueden acceder quienes tienen vehículos todoterreno y equipo de expedición. El objetivo: conocer playas prácticamente vírgenes, como Barlovento; una de las pocas que no es alcanzada por los fuertes vientos Paracas, debido a la protección que recibe del Morro Quemado.

Nosotros optamos por la playa La Mina. Pese a no ser temporada alta, encontramos carpas con jóvenes, gente haciendo paddleboard, turistas que llegan con mochilas tras largas caminatas. Todos disfrutan del escenario: aguas turquesas cercadas por montañas ocre. Si bien el agua es fría, resulta placentero bañarse aun en estos meses. 

Debido a sus aguas transparentes, La Mina es uno de los sitios donde se practica buceo con tanques de oxígeno. La agencia , por ejemplo, ofrece este servicio para grupos de cuatro personas (S/.280 cada uno). Pero si uno solo quiere hacer buceo amateur con snorkel puede optar también por ir a otra de las playas de la bahía: Atenas. El albergue Inti-Mar ofrece este servicio. 

Placeres de alto vuelo

Los vientos paracas, lo sabemos, son famosos. Por algo la práctica del parapente se hace presente en este lugar. Un plan para despedir el domingo es ir a las laderas de la playa Supay, donde hay una serie de empresas que brindan este servicio. 

Otra excursión con alta dosis de adrenalina es el recorrido por el desierto y sus dunas en camioneta 4x4 que ofrece la empresa T’ikariy, agencia que puedes localizar dentro del hotel Paracas, a Luxury Collection Resort. Este se trata de un servicio exclusivo, cuyo cierre resulta tentador: un sabroso picnic bajo un cielo estrellado. 

Más allá de las decisiones que se tomen para conocer la Reserva –en estos días, de aniversario– se debe considerar que el contacto con la naturaleza sigue siendo lo primordial y, lo que es mejor, se encuentra al alcance de todos. Eso sí, recuerda que el 9 de octubre se ha declarado día no laborable, quizá ese sea el momento ideal para darte una vuelta por allá y disfrutar. 

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Guía del viajero

¿Cómo llegar? Son 262 km. desde Lima vía la Panamericana Sur. El tiempo estimado es de cuatro horas. Cruz del Sur y Oltursa van directo desde Lima. cruzdelsur.com.pe / oltursa.pe. Desde S/.45. 

¿Dónde quedarte? Bamboo Paracas Eco Bungalows (búscalo en facebook. US$ 140 la noche hasta 6 personas), Inti-Mar (inti-mar.com) o también puedes acampar en la reserva. También hay hoteles con piscina, restaurante y otras comodidades, como el (aranwahotels.com/hotel-paracas), el , A Luxury Collection Resort (starwoodhotels.com), La Hacienda (hoteleslahacienda.com) así como el by Hilton Hotel Paracas (doubletree3.hilton.com )

¿Dónde comer? Il Covo (ilcovo.pe) es un restaurante de comida mediterránea nuevo en Paracas. Otro sitio concurrido es la Pizzería Misky y el secreto a voces, dentro de la Reserva Nacional, sobre la Playa Atenas, es la casa de El Griego. Sus conchas a la parrilla son famosas.

 

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