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Mayra Couto: «Ser consecuente te permite encontrar la plenitud» - 1
Redacción EC

Rosa Chávez Yacila

Grace Gonzales, mamá de Nelly Francesca y esposa de Nicolás de las Casas, murió en un accidente automovilístico. El día que los televidentes se enteraron, la serie «Al Fondo Hay Sitio» alcanzó 36 puntos de rating –alrededor de 10 puntos más de lo habitual– y fue tendencia en Twitter. A la mañana siguiente, la famosa tragedia se comentó en noticieros, portadas de diarios y páginas de Internet como si de una muerte real se tratara. Una de las protagonistas de la serie más exitosa de la televisión peruana se había ido. No era un acontecimiento cualquiera. Detrás de tanto revuelo, Mayra Couto, la actriz que interpretó a Grace durante seis años, está lejos de considerarse una estrella sensacional de la pantalla chica.

Conversar con Mayra es como hablar con tu compañera de la universidad, tu vecina buena onda o tu prima favorita. Ella batalla para encontrar las palabras precisas y ordenar sus ideas y se distrae porque «hay muchas arañas en las paredes de esta casa». Entonces es capaz de interrumpir la conversación para detener el recorrido del bicho con un manotazo.

Mayra Couto se da el gusto de vivir como le apetece, porque así lo pueden hacer las personas que, como ella, han derrotado el cáncer (en su caso una pelotita en la glándula tiroides que confundió con una acumulación de grasa). La supervivencia le trajo cambios y revelaciones: ahora estudia dirección de teatro, aprende a bailar ballet, está escribiendo el guion de su stand up comedy, quiere llevar lecciones de canto, es la vocera de la Liga contra el Cáncer y muere por teñir su cabello de azul. Y también le dejó una cicatriz que surca el lado derecho de su cuello y que ella exhibe oronda como si se tratase de su alhaja más preciada. Alejada de las cifras insuperables de rating y, sobre todo, curada por completo de su enfermedad, Mayra se siente por primera vez en su vida, en paz.

Fuiste una de las protagonistas de la serie más sintonizada de nuestra televisión ¿No te molesta ser tan popular?

A veces sí. Me incomoda cuando estoy comiendo en la calle y en medio de un bocado alguien me toma una foto. Pero también tiene sus cosas lindas como el que los niñitos te quieran conocer. Por ejemplo, tengo una sobrinita a la que quiero mucho y, aunque casi no puedo visitarla, me adora porque siempre veía la serie. Ser popular tiene su lado bueno y su lado malo. Como todo.

Entonces lo puedes manejar bien...

Es que no me lo termino de creer... Me incomoda cuando invaden mi espacio, pero si no lo hacen, si se me acercan y me preguntan: «¿puedo tomarme una foto contigo?» «¿me puedes firmar un autógrafo? » no tengo ningún problema. Me parece lindo y también raro porque me digo «¿quién soy? soy igual que tú, no me pidas nada» (ríe).

En un medio de ampays, fotos filtradas y conversaciones de whatsapp al descubierto, ¿cómo mantienes un perfil bajo?

He tratado de mantener mi vida privada al margen de la ficción. No me gustaría que la gente compre el periódico para que mi vida sea parte de su entretenimiento. Para eso está mi trabajo. Yo entretengo a la gente, pero con mi trabajo. No quiero que mi vida personal divierta a nadie. No quiero que sepan con quién estoy, con quién termino, si me peleé... No me parece noticioso.

Interpretaste a Grace por seis años ¿No temes encasillarte en ese personaje?

Yo creo que me seguirán reconociendo como Grace durante muchos años más, hasta que me convoquen a otro proyecto enorme en algún momento. Mónica Sánchez ha sido la Perricholi hasta que se convirtió en Charito... no es algo que me afecte en ningún sentido. Creo que los actores somos los responsables de encasillarnos o no. Si más adelante yo elijo interpretar a un personaje como Grace y lo hago igual, entonces sí me estaría encasillando. En cambio si decido hacer un personaje de mala y no de buena, no dejaré de ser Grace para la gente, pero al menos demostraré que soy versátil.

«Al Fondo Hay Sitio» tiene millones de fanáticos, pero también detractores que la tildan de  televisión basura ¿Crees que alguna vez se equivocaron?

En algún momento sí. No he visto la serie periódicamente durante todos estos años, porque en las noches estudiaba en la universidad, pero sé que algunas veces se excedieron. Sin embargo, la televisión basura se encarga de denigrar al ser humano, su lema es «por la plata, baila el mono». AFHS ante todo es una ficción, que representa lo bueno y malo de la gente. Bajo mi punto de vista, incluso podría educar con toda la audiencia que tiene. Podrían trabajar con la Liga Contra el Cáncer o con Unicef y armar cosas muy interesantes para el público que los sigue.

En tu Twitter opinas sobre la unión civil, la gestión municipal o el machismo ¿Siempre has dicho lo que piensas sobre asuntos polémicos sin miedo al qué dirán?

Cuando tenía 17 o 18 años me daba miedo mostrar una postura. Además no tenía muy claro lo que pensaba. Conforme ha pasado el tiempo, me he dado cuenta de que si tienes una imagen que muchas personas conocen, debes usarla de manera positiva, eso es lo que estoy haciendo. No lo dejaría de hacer porque sería como quedarme callada y es algo que no me gusta.

El cáncer es una experiencia radical para quienes lo superan ¿Cómo eras antes de él y cómo eres ahora?

Era muy renegona, estaba muy molesta siempre. Todo me incomodaba y me molestaba, pero no decía nada, me lo guardaba. Después de tener cáncer decidí decir lo que pensaba de todo el mundo y de todas las situaciones. Además, antes hacía las cosas por el resto: preparaba un trabajo solo para el profesor, iba a actuar solo para la producción. No era feliz. Pero no me di cuenta hasta que llegó la enfermedad. Ahora disfruto cada uno de mis días y creo ser feliz. No sé si has escuchado eso que dicen sobre las relaciones: que cuando dos personas se enamoran y a los dos les va bien y tienen mucha plata y mucho éxito ni se miran, pero cuando están ‘misiazos’ es cuando más se aman… Ya, igual me pasa a mí. Después del cáncer es como si hubiera  comenzado a ser ‘misiaza’ y amarme mucho y hacer lo que yo quiero y vivir casi, casi al capricho: lo que me provoca hacer lo hago.

¿Qué significa la cicatriz que tienes en el cuello?

Gracias a esta cicatriz estoy viva, por eso me gusta. No puedo imaginar cómo era mi cuello antes, incluso busco fotos y no encuentro nada. Es como si se hubiera borrado esa parte de mi vida, como pasa en las películas. No tengo ningún problema con ella, al contrario, estoy muy agradecida. Tampoco me avergüenzo, es más, me molesta cuando la quieren maquillar o tapar. Me duele mucho. Es como si creyeran que es un error, algo que hay que borrar.

A partir de la operación, te han quedado secuelas físicas ¿cierto?

Tengo hipotiroidismo y artritis en los pies. Ambos tienen un montón de síntomas: los pies me duelen, no puedo estar parada mucho rato, he subido de peso, mi voz se ha engrosado, la memoria, la atención y la concentración me fallan… De hecho, ahora que te respondo me voy olvidando de la pregunta (ríe). También tengo que tomar calcio cuatro veces al día. El otro día me olvidé de hacerlo y después no me podía ni  pararme.

¿No te desanima empezar a cuidarte de por vida desde tan joven?

Sí. Me gusta quejarme mucho, pero también me burlo. En el stand up comedy que estoy escribiendo voy a hablar del tema y me quejaré de que, por ejemplo, ahora soy más anciana que mi mamá. Ya casi, casi me ha venido la menopausia (ríe).

Es muy saludable de tu parte decir que no te importa haber subido de peso ¿En verdad te sientes  bien con tu cuerpo?

Me importa mi peso solo cuando compro ropa. No soy alguien a quien le guste vestir bien, me gusta vestir cómoda y punto. Pero como a todas las mujeres me llega no encontrar un jean de mi talla o que diga L y ¡no! ¡no es L por ningún lado! Pero no me importa que me tomen una foto y se me vea gorda o salir en la tele al lado de Maju [Mantilla] y sentir que soy más grande que ella.

Me siento bien como soy. Además considero que es una oportunidad para decirle a los demás que no hay ningún problema en estar gorda, que debes tener buena autoestima, pasen como pasen las circunstancias.

¿Cómo te convertiste en vocera de la Liga Contra el Cáncer?

Antes no sabía cómo explicarlo, pero ahora lo entiendo: parece mala suerte haber tenido cáncer, pero es buena suerte haber contado con un seguro de salud; parece mala suerte haber tenido cáncer, pero es buena suerte no haber llevado quimioterapia; es buena suerte no haber perdido la voz; es buena suerte no haberme preocupado por el dinero, porque tenía trabajo... Por una experiencia de mala suerte tuve veinte de buena suerte. Entonces sentí que debía hacer algo para que la gente tenga la buena suerte que yo he tenido. No sabía cómo hacer, así que primero acudí a Unicef, les escribí: «He tenido cáncer. Necesito que me ayuden a buscar una institución para contar mi experiencia». Ellos me llamaron y me dijeron: «Mayra, nos ha llegado un correo donde dices que has tenido cáncer, ¿eres tú?» Y yo «¡sí, claro!» Y ellos «¿estás bien?» (ríe)… La noticia era demasiado fuerte. Les dije que sí estaba bien, pero que necesitaba que me ayuden. Ellos me contactaron con la Liga Contra el Cáncer.

Has dicho que formar parte de la liga es lo más importante que has hecho...

A partir de que salió el reportaje en Cuarto Poder [donde reveló que había sufrido cáncer] mucha gente me comenzó a escribir por las redes sociales para que les aconseje, prácticamente yo era la doctora, la especialista en el tema. Yo les decía que no sabía mucho, solo lo que me había pasado, que ellos debían ir al doctor, que hay un plan en el INEN para que se atiendan gratis, que si no tienen seguro pueden ir a la liga... trataba de orientarlos. Después, muchos me han escrito para decirme «gracias, fui a la liga y ahora estoy bien», «tuve lo mismo que tú y ya estoy sano». Imagínate vivir con esa sensación de que has ayudado a salvar una vida. Por eso siento que ser vocera de la Liga Contra el Cáncer ha sido algo muy grande para mí. Ayudar a salvar vidas es bravazo. Estoy muy orgullosa y siento que de alguna manera logré lo que quería con mi vida.  Además estoy identificada con cada una de esas personas que me cuentan que ya se sanaron.

Te fuiste de la serie más exitosa de la televisión peruana para asumir nuevos proyectos. Es pronto para sacar una conclusión, pero ¿ha valido la pena?

Sí, mucho. Al principio pensaba «creo que estoy haciendo todo mal», pero desde hace unos meses me siento, no feliz... Me siento plena. El ser consecuente, te permite encontrar la plenitud. No hay nada como decir «lo hice porque creí en ello» Tal vez estoy equivocada, tal vez no, pero creo en esto. Todos los días me levanto a hacer cosas para mí y trabajo con lo que quiero decir y no dejo de tener a los amigos que tenía en la serie. Es gratificante.

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