Por María Inés Ching  
Fotos Tony Robles  
Styling Sara Vílchez

El 90% de la ropa que Sumy Kujón viste la ha hecho ella. Excepto por los jeans y sus trajes de baño, la diseñadora de moda siempre lleva prendas que han salido de su imaginación y sus manos. 

Sumy Kujón lleva por nombre el diminutivo de Sumey, que en chino significa “tan bonito”. Es de origen cantonés por su papá y amazónico, por la línea materna. El talento proviene de ambos lados de la familia. Es la nieta de una modista que hoy tiene 89 años y su mamá es una enfermera que teje a croché, cose y borda a mano. En casa tenían un cuarto de costura en donde la pequeña Sumy podía explorar baúles llenos de tesoros: hilos, botones, telas y lanas.

Cuando Sumy Kujón se dio cuenta de que el Diseño Gráfico no era lo suyo y se lo contó a su padre, él –antes de regañarla– la llevó de viaje a la China, le compró telas, sedas e hilos y ese fue el punto de partida para una carrera en ascenso en el mundo de la moda.

Su nombre se relaciona con un estilo atemporal, versátil y femenino que combina perfectamente con fibras peruanas de primera calidad. Sus producciones se han lucido en pasarelas de EE.UU., China, Japón, España o Francia y hoy se siguen exportando a algunos de estos países.

- ¿Cómo surge tu vocación?
Estudié Diseño Gráfico porque no había una buena opción de escuela de Diseño de Moda en los 90. El plan inicial era irme al FIT [Fashion Institute of Technology] de Nueva York, entonces durante ese año yo ya había terminado el colegio, era bien chiquilla, cumplía los 16... mi papá preparó mi viaje para ir a vivir a Nueva York y estudiar allá pero mi mamá hizo complot y no me dejó ir. Yo ahora la entiendo. Creo que tuvo una intuición bien fuerte: «mi hija de 16 años se va a ir sola: o se va para arriba o se va para abajo» y no me veía lo suficientemente preparada. En unos años más las posibilidades de viajar caducaron. Por eso elegí estudiar Diseño Gráfico, pero no llevaba una carrera apasionada. Entonces le dije a mi papá «ya no quiero continuar, no me siento bien diseñando afiches, empaques de jabones, me estoy muriendo por dentro». Paralelo a eso era bailarina, hacía danza y le dije voy a estudiar Bellas Artes. Los pocos pelos lacios de mi papá se le pararon y me dijo: «nos vamos a China con tu mamá, ven con nosotros y vamos a conversar». En el viaje me compró telas, sedas, cosas lindas.

- ¿En qué te inspiras?
Cada temporada busco inspirarme de un tema personal. No es a través de tendencias. Sé qué está de moda, qué funciona, qué existe pero no me influencio de eso directamente. A veces llega un poema y me lleva a algo. A veces es un viaje o una sensación. He tenido, por ejemplo, puntos de inspiración como la colección que se llamaba “Las Mujeres de mi Vida” que eran mi abuela en los 40, una tía en los 50, mi mamá en los 60, una amiga en los 70... era como que cada una tenía una silueta determinada de la época. Otra fue inspirada en el kung fu, pero no como la ropa en sí, sino en los movimientos y qué significado tienen: es este tiempo suspendido, casi meditativo antes de llevar una acción, una filosofía interna. Todos esos movimientos de la danza los llevo a la ropa, a los cortes. Me he inspirado en ‘haiku’ [poesía japonesa], en grupos no contactados de la Amazonía. [...] Primero escribo y luego lo paso a formas, siluetas, cortes, con los materiales y el color va implícito por ahí. La estructura es muy importante.

- Hay mucho de investigación.
Me ha tocado viajar bastante dentro y fuera del país y creo que es sumamente enriquecedor. Me encanta presentar mis colecciones en China, en Asia, en Nueva York, en Europa, en América y cuando me toca viajar dentro del país soy absolutamente feliz... todo se amalgama en un mismo concepto. Viajar es algo obligatorio para cualquier diseñador, ya sea de moda o para un comunicador, porque yo siento que un diseñador es un comunicador de ideas, lo que hacemos es arte aplicado, en mi caso es un arte aplicado a la vestimenta, al estilo de vida.

Lee la entrevista completa este domingo en Viù! o encuéntrala en nuestro .

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Agradecimientos: 
Locación: Galería Pepe Cobo, Sáenz Peña 212, Barranco
Ropa y accesorios:
Asistente de fotografía: Manuel Espejo
Maquillaje y peinado: Fabiola Baca, 989782230

 

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