MDN
Los gatos y sus garras ¿Por qué no extraerlas? - 1

Por Andrea Carrión / WUF

El tema es controversial. Mientras algunas personas optan por someter a sus gatos a una cirugía que les extraiga todas sus garras, otros consideran esta práctica una mutilación y la califican como maltrato animal. Incluso en algunos países como Australia, Nueva Zelandia y hasta el Reino Unido es penado por ley.

¿Por qué tanta oposición a una práctica que algunos consideran un mero trámite ambulatorio? ¿Cuáles son las consecuencias en un gato de uñas amputadas?

El médico veterinario Marco Díaz (CMVP 6750) de la clínica veterinaria y centro de rehabilitación Fisiovet, explica que las garras de los felinos tienen mucha importancia por varios factores: sirven como protección, como defensa, para trepar a arboles, para cazar e incluso sirven para marcar territorio.

“Los felinos tienen unas glándulas al interior de las uñas y al arañar en ciertas superficies, botan una sustancia con la que marcan territorio”, explica Díaz.

 

Lo que lleva a los propietarios de gatos a tomar medidas extremas como ésta tiene que ver, básicamente, con los muebles de la casa. El felino busca afilar sus garras y marcar territorio, y como el sofá suele ser el sitio que además de estar saturado con el olor de los propietarios, está en un lugar central de la casa, entonces es un blanco estratégico para dejar sentir su presencia.

“Es algo que no se debería de hacer. Es una mutilación al animalito porque es privarlo de algo natural que tiene mucha importancia en su vida”, dice Díaz.

Otros motivos menos cuestionados que llevan a elegir la extracción tiene que ver con motivos de salud, ya sea por una garra dañada o un tumor en el área. Incluso hay casos en los que el sistema inmune del propietario se puede ver afectado por las bacterias que se alojan en las garras de su gato.

De uno u otro modo, el resultado es un animal que se ve seriamente afectado al quietarle facultades instintivas. Se le priva hasta en el equilibrio. Si es un gato que suele salir, estará expuesto a muchos peligros por no contar más con la capacidad de defenderse. Y puede empezar a atacar a los mismos dueños con los dientes pues estos se convierten en su único mecanismo de defensa.

“Incluso hay estudios que aseguran que esta mutilación también los afecta psicológicamente”, agrega Díaz, “y esto sin mencionar el intenso dolor post quirúrgico que implica pues las uñas de los gatos están unidas anatómicamente a tendones que le permiten entrar y salir según su voluntad”.

Afortunadamente, hay opciones. Díaz sugiere educar a los gatos desde que son bebés, así aprenden más rápido. Lo ideal es comprarles rascadores y muebles especiales para que canalicen todo su deseo de afilar y rasguñar sin problema. A los gatos adultos también se les puede corregir las malas costumbres con incentivos.

Otra sugerencia es llevarlos al veterinario a que le corte o lime las uñas. Esto debe de hacerlo un especialista pues las uñas de los gatos son muy delicadas.

“Prevenir o corregir el comportamiento, esa es la solución. Mutilar no es tratamiento, es maltrato animal”, agrega Díaz.

 Algunas soluciones prácticas

-Cubrir el sofá con una funda gruesa mientras consigues educarlo para que deje de arañar el tapiz.

-Pegar papel aluminio en las zonas favoritas para arañar. A los gatos no les simpatiza la textura de ese tipo de papel.

-Sprays que disuadan al gato de rasguñar. Algunas personas incluso usan el spray para tirarles un poquito de agua justo en el instante en que están arañando el mueble. Aquí es necesario agarrar al gato con las garras en la masa.

Contenido sugerido

Contenido GEC