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Buza: de las calles a las montañas - 5
Redacción EC

Por Andrea Carrión /

Podría decirse que Buza es una perrita con estrella. De los 6 millones de perros callejeros que se calcula existen en el Perú, ella no solo encontró esa familia con la que, seguramente, todos sueñan, sino que además conoció una actividad que saca su mejor lado.

Todo comenzó en marzo de este año cuando Blanca Kometter se acercó al consultorio veterinario de municipalidad de La Molina. Ella habló con Pedro Ospina, el médico veterinario encargado, y le propuso llevar a uno de los perros del albergue para hacer una caminata por las montañas y grabar un video con la finalidad de promoverlo ante potenciales adoptantes.

Este distrito cuenta con un pequeño albergue para perros y gatos abandonados, y toda buena idea que promueva su adopción responsable es más que bienvenida.

“Tengo un grupo con los que vamos de ‘trekking’ bien seguido y lo hacemos con nuestros perros. Se nos ocurrió esta idea y a la primera perrita que sacamos la adoptaron al toque. Para todos fue muy difícil dejarla ir porque en apenas tres días que la tuvimos, nos encariñamos mucho con ella”, comenta Blanca.

Buza

Luego le tocó el turno a Buza. Ella también fue llevada a caminar por valles y quebradas cercanos a Lima -como se aprecia en la galería de fotos-, todo con el mismo objetivo de promover su adopción. ¡Y dio resultado! Un par de personas llamaron por ella, pero ambos terminaron devolviéndola al albergue.

“El Dr. Ospina me había advertido que Buza tiene la energía bastante alta, entonces quienes la quisieron la llevaron a casa, pero la regresaron porque era muy traviesa, ninguno estuvo dispuesto a educarla”, cuenta Blanca. “Entonces la seguimos sacando de paseo, hasta la llevamos de viaje a Huancaya y como la veíamos muy seguido, nos terminamos encariñando con ella”.

Sin embargo, adoptarla no fue nada fácil. A Blanca le tomó un mes cargadito de promesas para convencer a sus padres de recibirla, y es que en su casa ya había otros dos perros de raza Golden Retriever. Ahora todos la adoran.

“No es la primera vez que adoptamos un perro. La mamá de mis Golden también es adoptada porque una familia que ya no podía tenerla la regaló con apenas 2 años de edad”, dice Blanca. “Si quieren un perro, sería bueno que consideren adoptar porque el amor que recibes de un perro de la calle es el mismo que te puede dar uno comprado de raza”, agrega Blanca, una joven ingeniera quien terminó renunciando a un trabajo corporativo para hacer lo que le apasiona: trabajar en actividades relacionadas con perros para, entre otras cosas, promover la adopción y la tenencia responsable.

Blanca y Buza durante su más reciente paseo por la selva peruana.

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