MDN
La usaron como fábrica de crías y la abandonaron - 3
Redacción EC

La de Betsey es una historia que, lamentablemente, se repite con demasiada frecuencia. Sucede en cualquier parte del mundo y ésta vez ocurrió en Nueva York.

Era hora punta y cientos de neoyorquinos iban y venían por el terminal Atlantic de la ciudad de Blooklyn. Tal vez muchos notaban que por ahí, amarrada a una baranda, había una perra que llevaba varias horas sola y que, claramente, había dado a luz hacía muy poco. Estaba asustada, apenas tenía una bolsa negra de plástico al lado como si fuera suficiente para aislarla del frío, sin embargo nadie ponía pausa a su agitada agenda para detenerse y ayudarla.

Hasta que alguien lo hizo.

Sarah Borok estaba camino a su trabajo, pero decidió llamar a la policía antes de seguir.

Betsey fue llevada a la perrera municipal de Brooklyn, fue ahí donde recibió su nuevo nombre.

Según Marisa Grimshaw, una de las rescatistas involucradas en esta caso e integrante de  Animal Rescue, pese a que Betsey se mostró tímida al principio, siempre movió la cola a las personas que la ayudaron y dejó que otros perros la olieran sin problema. Y eso que esta perrita tenía motivos para hacer completamente lo opuesto.

Sarah Borok y Betsey

Por lo que revela su cuerpo, Grimshaw asegura que Betsey es una perra que fue usada para tener varias camadas de cachorros y que una vez que al criador ya no le sirvió más, la llevó a la estación del tren sin boleto de retorno.

“No tenemos idea dónde estarán sus crías, pero no hay duda de que la usaban para reproducirla y luego venderlas”, señala Grimshaw.

Además, hay señales que denotan un mal cuidado de parte de sus antiguos propietarios.

“Sus articulaciones están adoloridas, tiene manchas indelebles sobre su pelaje, sus pies están sucios como si hubiera vivido sobre tierra y sus uñas están tan crecidas que le incomoda caminar sobre el piso”, añade Grimshaw.  

Actualmente Betsey, quien se calcula tiene apenas 2 años de edad, está en un hogar temporal en espera de alguien que la quiera bien para siempre.

Quien la adopte tendrá que enseñarle a pasear con correa, a entretenerse con juguetes para perros y a hacer esas cosas normales de perros que ella, por haber estado sometida a pro crear, no pudo aprender. Lo que sí pareciera no haber perdido Betsey es la fe en las personas pues basta con verla junto a Borok y a las demás personas que la han ayudado para mostrar, con gran afecto, su inmensa dulzura y gratitud.

* Nota tomada del portal thedodo.com

Contenido sugerido

Contenido GEC