En los años 60 del siglo XX, la ciudad de Lima se modernizó especialmente durante la alcaldía del socialcristiano Luis Bedoya Reyes (1964-1970), con nuevas edificaciones, avenidas, parques, y un aumento considerable de la población, que trajo también problemas sociales y económicos con la proliferación de asentamientos humanos en la periferia de la capital.Lima fue y es una urbe de contrastes. Una muestra de ello han sido los hechos curiosos que sucedieron en los aniversarios de Lima durante la denominada “década prodigiosa del ‘60”. En el aniversario 426, el de 1961, uno podía ver a los boy scouts asumiendo el control del tránsito en distintos puntos de la capital; y a las autoridades ediles y al embajador español de entonces colocar ofrendas florales en la estatua de Francisco Pizarro, el fundador español de la ciudad, al costado del Palacio de Gobierno. Se reveló también ese año una placa del primer cabildo de Lima; mientras, por la noche, el Teatro Segura acogió a la Orquesta Filarmónica de Lima.Al año siguiente, el 18 de enero de 1962, se abrió a la circulación vehicular el puente Ricardo Palma, que une -hasta hoy- el distrito del Rímac y la avenida Abancay, una de las más céntricas. Lima Metropolitana tenía entonces 2’100,000 de habitantes, y los empleados municipales de limpieza azotaban a la ciudad con una larga huelga.
Para 1966, el aniversario de Lima brilló con los conocidos corsos alegóricos, en uno de cuyos carros se paseó engalanando la fecha, la Señorita Perú 1965, Frida Holler, y la cantante y estrella española de esa década, Josefa Flores González, conocida como “Marisol”. Otro hecho importante ocurrió justamente el 18 de enero de ese mismo año: el diario “El Comercio” inició el llamado “Plan de Lima”, una campaña periodística enfocada al servicio de la ciudad, informando y denunciando sobre los más graves problemas sociales, económicos y sanitarios de la capital.En 1967, en el 432 aniversario de Lima, lo que destacó fueron los grandes corsos de carros alegóricos por las calles más importantes de la ciudad, como la avenida Alfonso Ugarte, la Plaza Bolognesi y la avenida Brasil, en las que las guaripoleras norteamericanas, las comparsas criollas, las reinas de belleza y hasta los personajes de comics y series de televisión proliferaron en los desfiles.Finalmente, cerrando la década, el 17 de enero de 1968, lo que más destacó fue la serenata criolla dedicada a Lima por su 433 aniversario, que empezó a las 7 de la noche con la participación de cantantes y grupos musicales ubicados en un estrado en la Plaza de Armas.En un paréntesis de esa jornada nocturna, el alcalde Luis Bedoya aprovechó para coronar nuevamente a nuestra compatriota Madeline Hartog-Bel Houghton, Miss Mundo 1967. El desfile de carros alegóricos fueron nuevamente infaltables. Como un detalle de la ciudad, esa misma noche se inauguró en la Residencial San Felipe, en Jesús María, el nuevo centro comercial.