Nadie quería bailar con Mauricio. El por qué, ciertamente, poseía asidero. Estaba fuera de forma. Tenía más de 40 y la última década se la había pasado ejerciendo el periodismo televisivo; es decir, inhalando y exhalando estrés, neurosis y, probablemente, gastritis. Pasándola bomba, también, seguro, pero lejos, en todo caso, de una pasión mayor, aquella que hace que todo desaparezca gloriosamente cuando va a su encuentro. La que aprendió a los ocho años en Chiclayo. La buena marinera norteña que sana y resetea. Así que arroz. Chica a la que se acercaba en busca de pareja para volver a soñar, zapatear y, por qué no, competir, chica que lo choteaba. Algunas le decían ya, pero eran más concesivas que entusiastas. Él sabía que no contaba, en ese entonces, con el nivel artístico para hacer giros y laterales con una bailarina rankeada, pero, inagotable como es, perseveró ensayos y ampollas de por medio. Eso hasta que la más rankeada de todas le dijo que sí. María Isabel Soria, Sissy para los amigos y cualquiera inmerso en el mundo del punta y taco, le vio potencial, arrebato y delirio. Fue, cuenta Fernandini, como si María Félix le hubiese dado la chance de compartir escena a un novato actor, por lo que se siguió rajando. Y, entonces, estuvo a la altura. El talento y el tiempo le darían a ambos campeonatos en Trujillo y otros lares, experiencias siderales y pura endorfina. De ahí que lo que quedara, entonces, fuera retribuir. Era lograr que el otro, todos los que se pudieran, sintieran también regocijo con el repique de los tambores. Esta última es una de las premisas sobre las que surge ‘El imperio de los pañuelos’, el festival más ambicioso de marinera que alguna vez se haya pensado para nuestra Lima panza de burro.
“Podría decirse que este encuentro es un primer hijo mío y de Sissy, sí. Lo que queremos es que esta sea una fiesta de unión y peruanidad. Se sustenta en la imperiosa necesidad que debemos tener todos de aferrarnos a la alegría. Por dos días –el 20 y 21 de octubre–, aunque sea, podremos olvidarnos de los ‘petroaudios’, de las amenazas entre políticos y hasta de la misma adversidad cotidiana. Qué mejor que con nuestras danzas, música y gastronomía”, detalla Mauricio Fernandini a Somos.
Una motivación adicional a la gesta, a llevarse a cabo en el coliseo Eduardo Dibós, tiene que ver con la falta de un espacio en la capital que reúna y celebre lo mejor del folclor nacional. Sucede que, aun cuando la marinera sea la protagonista del festival, se incluirá en esta primera edición la participación de exponentes de varios géneros dancísticos y musicales.
“Después de recorrer durante 10 años todos los barrios de la ciudad [con su programa de TV, 20 lucas], sentí que nuestra Lima, la de todas las sangres y los provincianos, entre los que me incluyo, carecía de un sitio que nos agrupara a todos en una fiesta. Las manifestaciones culturales existen, pero están cada una por su lado en la capital. Había que ponerles un formato, hacerlas visibles. Y compartirlas con todos los que tengan la disposición de celebrar la vida”, indica. Es así que una de las invitadas de honor será la querida Amanda Portales. Asimismo, habrá bandas que se instalarán en la explanada del recinto con las que los asistentes podrán bailar a sus anchas, y una imperdible oferta gastronómica.
El plato fuerte de la fiesta será el concurso de marinera, para el que se tienen destinados 30 mil soles en efectivo. “Con el fin de garantizar que el nivel artístico de los competidores sea el mejor, se está convocando a profesores mayores de 35 años. Estos, a su vez, podrán presentar al certamen hasta dos parejas, una infantil y otra de adultos. Pueden hallar más información para inscribirse gratuitamente desde el 5 de setiembre en www.elimperiodelospanuelos.com”.
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Lejos de la tele y abocado totalmente a este baile, Fernandini ha concentrado en el festival la esencia de todo lo que es y a lo que se ha dedicado. “El imperio es comunicación, es bailar con pasión, integración, es ser el nexo entre una población ávida y unos bailarines que se merecían en Lima un escenario donde sean tratados con respeto y dignidad”, finaliza. En buenas cuentas, para él, otro regalo que le ha entregado la marinera de sus amores. La misma que ya le dio alguna vez la oportunidad de cepillar el José Antonio en la voz de Eva Ayllón en el Carnegie Hall de Nueva York o la que lo sigue haciendo entrenar tres veces a la semana; siete, si está a puertas de una competencia. La que le obsequió a Sissy y a mucha familia. La que le da sentido a todo.
Más informaciónPara asistir a ‘El imperio de los pañuelos’ puede comprar sus entradas en www.joinnus.com. Cada una puede usarse para las dos fechas. El festival se realizará el sábado 20 y el domingo 21 de octubre entre el mediodía y las 8 p.m.
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