El día que hicieron callar a Hugo Chávez

Del 8 al 10 de noviembre de 2007, en Santiago de Chile, se reunieron los jefes de Estado y de Gobierno iberoamericanos en una cita excepcional. En ella, el rey de España mandó callar a Hugo Chávez. A 10 años de esa recordada anécdota.

(Foto: Agencia)
(Foto: Agencia)
Carlos Batalla

La gente con más poder político en la región iban a estar por unos días junto a un rey. Era la Decimosexta Cumbre Iberoamericana y el rey era Juan Carlos de Borbón. Pero la estrella del evento no iba a ser de la realeza, sino un hombre simple, bravucón y dictador, el venezolano Hugo Chávez Frías. Su aparición en el encuentro fue de último minuto, se dudaba de su presencia debido a la crisis que se vivía en su país.

Desde que aterrizó no paró de hablar. Había llegado en un avión militar en tiempo récord. En Santiago de Chile lo esperaban no solo la presidenta Michelle Bachelet sino las calles con dos bandos en disputa: el del derechista Iván Moreira (diputado de la Unión Democrática Independiente), que pedía que lo tildaran de “persona no grata”, y el del socialista Alejandro Navarro (oficialista), que aplaudía su visita.

El rey perdió protagonismo, pero no su investidura, tan apreciable aún o más que la del propio secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, invitado especial de la cita que andaba sentado en algún sitio visible.

El monarca español y el presidente llanero se iban a encontrar o chocar justamente en la clausura del evento iberoamericano. Era el miércoles 10 de noviembre. También estaba allí, entre los dos, el jefe del Gobierno Español, José Luis Rodríguez Zapatero.

“¿Por qué no te callas?”

Esa mañana, todos los líderes tenían pocos minutos para dar sus mensajes finales, pero el presidente Chávez no lo entendió bien o no quiso entenderlo. Enfocó sus críticas al ex jefe del Gobierno Español José María Aznar y, también, a las empresas españolas. A Aznar lo llamó fascista y golpista (lo acusó de saber del golpe de Estado que lo alejó brevemente del poder en abril del 2002), calificándolo además como alguien que "anda diciendo por el mundo que soy un dictador".

El venezolano empezó a descontrolarse, no había cuando acabara con su letanía de agresiones, maniqueísmos e insinuaciones, hasta que ya todo se tornó imposible de aceptar. Ante sus amenazas y bravuconadas, la delegación española pidió y luego exigió respeto, si pudiera haberlo de parte del mandatario sudamericano.

Rodríguez Zapatero le pidió que se comportara. "No seré yo el que esté cerca de las ideas de Aznar, pero el presidente Aznar fue elegido por los españoles. Exijo respeto", dijo el jefe del Gobierno Español, quien, muy educadamente, reiteraba la necesidad de respetar la esencia del diálogo: "Para respetar y para ser respetado debemos procurar no caer en la descalificación", señalaba.

Chávez, acicateado por la verborrea del presidente nicaragüense Daniel Ortega, interrumpía a Rodríguez Zapatero, así estuviera sin micrófono. "Dígale usted lo mismo al presidente Aznar", insistía.

Fue en ese momento que se escuchó la respuesta, también sin micrófono, del rey Juan Carlos de Borbón: "¡Por qué no te callas!", fue la frase que resonó en la clausura de la cumbre. “¡Por qué no te callas!”, gritó, se encorajinó el rey, como dando una orden, pero con la impotencia de tener enfrente a un ingobernable gobernante. Se rompieron todas las formas y el protocolo de la cumbre se desvaneció.

Ante la incomodidad general, Chávez vociferaba fuera del micrófono: "Podrá ser español pero es un fascista", decía sobre Aznar, mientras el rey dejaba la sala. El hombre de la realeza abandonó a los presidentes y demás invitados antes de que terminara el evento. Fue un final amargo. El gesto prepotente del venezolano y la irritada respuesta del rey español terminaron por dejar una sensación de mal augurio en la cumbre.

Hugo Chávez, como siempre, genio y figura hasta la sepultura, respondería horas más tarde: "Será rey, pero no me puede hacer callar".

TAGS

Contenido Sugerido

Contenido GEC

CARGANDO SIGUIENTE...