Hoy Sharon Tate hubiera cumplido 75 años

A veces el final de ciertas figuras del espectáculo resulta tan estremecedor que los episodios de su vida pasan a segundo plano. A pesar que la fama los haya arropado en su día a día, aquella se esfuma ante los grandes titulares de un cruel asesinato. Ese fue el caso de Sharon Tate, la acuariana de 1.68 m de estatura y contundente sensualidad que nació en Dallas, Texas, el 24 de enero de 1943.

Abandonó su infancia al mismo tiempo que su país, pues emigró a Italia siendo muy joven, allí ganó concursos de belleza y participó como “extra” en algunas películas. De regreso a su patria la televisión le abre las puertas, donde la joven fémina, de mirada sobrecogedora, actúa en la serie “Los nuevos ricos”, en 1962.

Al cine fue incursionando casi “por goteo”. En la cinta “La americanización de Emily” (1964), que fue protagonizada por James Garner y Julie Andrews, su aparición es exigua. En 1965 obtiene un papel más relevante en la película de terror "El ojo del diablo", donde actúa junto a David Niven y Deborah Kerr; bajo la dirección de J. Lee Thompson. En este filme alcanza por primera vez un rol más estelar, lo que podemos comprobar observando su presencia en el afiche oficial de la película.

¿Cómo se peinaban y cómo vestían las mujeres en los años sesentas? Basta con observar las fotos y los filmes en donde aparece la pelirroja Tate, luciendo sus prendas entalladas y cabellos glamurosos. Esa imagen la acompañó en la mayoría de sus películas.

Pero fue durante el rodaje de “El baile de los vampiros” (1967), que trabó una relación amorosa con el director Roman Polanski, nacido en París en 1933. Eso cambiaría su vida y, quizás, empezaría a trazar el inevitable camino hacia su violento final.

Se convirtió en la segunda esposa del cineasta y la boda catapultó su popularidad, incluso, más que sus películas. Digamos que sumó el prestigio de su cónyuge a su ya reconocido imán mediático, construido en base a su belleza y su maduración como actriz.

En “La mansión de los siete placeres”, la última cinta en estrenarse antes del terrible crimen, Tate comparte roles con Dean Martin y Elke Sommer, en una historia clásica de espías.

El embarazo se encontraba avanzado cuando decidió suspender su actividad artística y refugiarse en su propiedad californiana situada en el 10050 de Cielo Drive, mansión famosa por sus interminables fiestas, no exentas de licor y alucinógenos. Antes, había filmado “¿Cuál de las trece?” junto a Vittorio Gassman, Orson Welles y Vittorio de Sica, que fue presentada en Italia el 7 de octubre de 1969, tras su muerte.

En la madrugada del 9 de agosto de 1969, Susan Atkins –conocida como Sexy Sadie-, Patricia Krenwinkel, Linda Kasabian y Tex Watson, los cuatro integrantes de la secta la “Familia” enviados por Charles Manson, ingresaron al predio de Los Angeles, encontrando allí a Tate –con ocho meses de gestación- el peinador Jay Sebring, Voytek Frykowski y Abigail Folger, sobre quienes desataron una espeluznante carnicería.

Tate y Sebring fueron encontrados en la sala, distantes uno de otro, pero unidos por una soga. En las afueras de la casa se hallaron los cuerpos ensangrentados de Frykowski y Folger. Sobre las paredes se encontraron pintas con sangre con las letras PIG –cerdo en inglés-. “Hallan muertas a actriz Sharon Tate y otras 4 personas” tituló El Comercio el 10 de agosto de 1969.

“Los cadáveres de la hermosa actriz pelirroja Sharon Tate y otras personas fueron encontrados por la policía en una lujosa mansión, integrante del complejo residencial de Hollywood”, informó el Decano.

Manson, el oscuro gurú de esta asociación de exaltados, vivía obsesionado en que una rebelión afroamericana estaba por acontecer, y además, construía su delirante ideario inspirado en una serie de canciones, como “Helter Skelter” de los Beatles.

Esto lo llevó a explorar la posibilidad de grabar sus propios temas, para lo cual buscó al productor musical Terrence Melcher, quien justamente era dueño de la casa de Cielo Drive. Manson llegó hasta allí, pero se fue decepcionado al no encontrarlo y enterarse que la vivienda estaba ocupada por Polanski y su señora.

Podría haberse tratado solo de una coincidencia, pero este dato es el único que explica la elección del lugar de la matanza por parte de la organización de Manson. Sharon Tate tenía 26 años al momento de morir.