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Héctor López Martínez, nacido en Lima el 22 de septiembre de 1935 y fallecido en la misma ciudad, el 29 de octubre de 2025, fue una figura central de la historiografía y el periodismo peruanos. Su prolífica carrera se distinguió por una mirada documentada y el rigor analítico sobre los procesos históricos peruanos, desde el período virreinal hasta los debates contemporáneos. Su nombre está intrínsecamente ligado al diario El Comercio y especialmente a su Archivo Histórico. Sus fotos en esta nota las mandó él mismo, en la tarde del 12 de septiembre último. Y nos dijo, serenamente, que debían salir publicadas en una nota como esta.
Héctor López Martínez estudió en el Colegio La Salle de Lima, en la avenida Arica, Breña, entre 1943 y 1953, antes de iniciar estudios de Letras y Derecho en la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP). En 1963, obtuvo el grado de Doctor en Letras con especialidad en Historia y Geografía por la PUCP.

Su espíritu inquieto lo llevó a seguir formándose académicamente, por ello se especializó en la Universidad de Sevilla, España, y obtuvo una beca del Instituto de Cultura Hispánica para investigar en el Archivo General de Indias en Sevilla, durante la década de 1960.
TRAYECTORIA ACADÉMICA Y EDITORIAL
La docencia universitaria fue una parte fundamental de la carrera del “doctor”, ejerciendo como profesor de Historia del Perú y de América en la Facultad de Letras de la PUCP (1963-1967), la Universidad de Lima (1965-1967) y la Universidad Ricardo Palma (1969-1978).

Además, ocupó importantes cargos institucionales, como el de secretario general del Instituto Riva Agüero (1964-1966) y subdirector y director de la Biblioteca Nacional del Perú (1967-1968 y 1983-1984). Miembro de Número de la Academia Nacional de la Historia y del Instituto Riva Agüero, y miembro correspondiente de la Real Academia de la Historia de España.
La actividad periodística y editorial del doctor López Martínez se desarrolló principalmente en nuestro diario. Fue jefe de la página editorial (1969-1974) y director del diario (1979-1980), en cuyo encargo preparó el camino para el regreso de sus legítimos dueños en julio de 1980.

Desde 1985, fue jefe de investigación, archivo y ediciones, y secretario del Consejo Consultivo Editorial del diario. Su labor en El Comercio también se refleja en publicaciones sobre la historia de la institución, como “Los 150 años de El Comercio” (1989), “Los 170 años de El Comercio” (2009) y “Los 180 años de El Comercio” (2019).
Numerosos libros de pura investigación histórica, especialmente de la etapa republicana, le dieron prestigio, pero sobre todo le dieron una orientación cívica a su visión y misión como intelectual peruano.

El periodo de la “Guerra del Pacífico” (1879-1883) lo motivó a realizar profundas y serias revisiones de los sucesos bélicos y también de sus figuras epónimas: Miguel Grau, la defensa de Lima, Nicolás de Piérola, etc., se convirtieron en temas para decenas de libros y cientos de columnas en el diario Decano.
UNA TAREA CON LA HISTORIA Y EL COMERCIO
Pero hay un tema que el doctor López Martínez no dejaba de lado nunca en relación a El Comercio: la revisión página por página del diario. Solo los que trabajamos en el Archivo Histórico sabemos de esa constancia por leer, con lupa o sin lupa, cada edición que cumplía 100 años.

Lo hacía sencillamente por el gusto de revisar la historia del Perú registrada en el periódico, y también, claro, porque era el encargado de ubicar y redactar en la edición impresa la curiosa, interesante y aleccionadora columna de “Sucedió hace un siglo”. Hermosa forma de rendir tributo a los que hicieron el diario 100 años antes, y a los protagonistas de los hechos allí narrados.
El doctor López Martínez pedía religiosamente cada tres meses a su asistente, el siempre educado señor Alva, acudir al Archivo Histórico del Centro de Lima y pedir el tomo empastado de la gran Hemeroteca del diario. Este debía corresponder a los tres meses siguientes.

De esta forma, cuatro veces al año, a fines de diciembre, marzo, junio y setiembre, el señor Alva cargaba con el inmenso tomo que guardaba el diario completo de tres meses. El último que se llevó fue a fines de setiembre de este año, con las ediciones del diario de los meses de octubre, noviembre y diciembre de 1925… Los de hace un siglo.
Una tarea que esperamos continúe, bajo el espíritu que nos ha legado el estupendo historiador que fue Héctor López Martínez.
¡Descanse en paz, amigo, colega, querido doctor!
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