Carlos Batalla

A las 4 y 30 de la madrugada del sábado 24 de febrero de 1962, una sirena de alarma rompió el silencio frente al balneario de Buenos Aires, en Trujillo. El agudo sonido provenía de la bolichera pesquera “Jerry Lou”, que comenzaba a hundirse desde su estribor, generando zozobra entre quienes llegaron a ver el naufragio. En medio del caos, emergió una figura heroica desde el mar: un pescador local, montado en su tradicional caballito de totora. Desafiando las olas, logró rescatar a diez de las once personas que se encontraban a bordo de la embarcación, protagonizando uno de los rescates más recordados en la historia marítima de la costa norte del Perú.

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