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Mario Vargas Llosa in memorian: un escritor peruano inmortal

Mario Vargas Llosa, nuestro Premio Nobel de Literatura 2010, el escritor peruano universal, ha dejado de existir el 13 de abril de 2025. Aquí un breve recuento de una vida aleccionadora y profundamente literaria.

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Imagen de Mario Vargas Llosa, del 5 de junio de 1990, cuando dejó la literatura por la política. (Foto: Archivo Histórico de El Comercio).
Imagen de Mario Vargas Llosa, del 5 de junio de 1990, cuando dejó la literatura por la política. (Foto: Archivo Histórico de El Comercio).
/ JAVIER LOPEZ
Carlos Batalla

Su nombre completo era para muchos tan largo como una secuencia de sus primeras novelas: . Arequipa, en el Perú, lo vio nacer el 28 de marzo de 1936. Ha sido el más condecorado novelista peruano y el más importante escritor latinoamericano para la crítica literaria internacional. Tuvo arraigada la pasión literaria, pero su vida no se redujo a ella. fueron otros dos mundos que le fascinaron. Hoy, 13 de abril de 2025, día de su muerte, Mario Vargas Llosa nos ha dejado un vacío enorme, pero la lectura de sus novelas, ensayos, teatro, cuentos y artículos periodísticos nos lo devolverá invicto todas las veces que abramos un libro suyo.

La versión más directa de su vida la dio el mismo autor cuando publicó “El pez en el agua” (1993), su autobiografía existencial y política, con mucha información sobre la campaña electoral de 1990 -perdió ante Alberto Fujimori-, pero donde lo esencial fue su testimonio de vida.

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En esas páginas de irrefutable sinceridad, nos enteramos de su infancia en Arequipa, de su niñez en Cochabamba (Bolivia) y en Piura; de su paso muy joven, casi adolescente entre Lima y Piura como redactor en los diarios “La Crónica” y “La Industria”, respectivamente. En 1952, Vargas Llosa escribió su primera obra formal, que no fue una novela o cuento sino una pieza dramática: “La huida del Inca”, estrenada en julio de ese año, en el cine Variedades en Piura. Así empezó su historia.

Vargas Llosa dejó una sólida literatura y una frondosa ensayística.
Vargas Llosa dejó una sólida literatura y una frondosa ensayística.

VARGAS LLOSA: LOS PRINCIPIOS DE UN ESCRITOR

A fines de los años 50 estudió Letras en la vieja y vital casona de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Su interés literario se expandió a los periódicos y las revistas. Editó “Cuadernos de Composición” y la revista “Literatura”. Por esos años también escribió sus primeros cuentos y relatos, que luego formarían parte del volumen “Los cachorros” (1967).

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Hasta que ocurrió un hecho excepcional en su predecible vida de ese entonces: Mario Vargas Llosa ganó en 1958 la beca de estudios "Javier Prado“, que otorgaba la Universidad Complutense de Madrid. El resultado final de esa aventura académica fue su título de Doctor en Filosofía y Letras.

Ya en Europa su sueño de ser escritor tomó forma. Y más aún cuando en 1959 visitó París, la ciudad de sus sueños. Trabajó en la Agencia France Press y en la Radio Televisión Francesa, asimismo fue profesor de español en la Escuela Berlitz. Su vida se enriqueció aún más tanto como su vocación al ponerse en contacto con otros escritores latinoamericanos que también buscaban comprobar si servían para el oficio literario.

Desde esos años su vínculo con la revolución cubana se hizo evidente. Vargas Llosa era un convencido de la necesidad de implantar un socialismo humano y solidario en América Latina. En 1965 integró el consejo de redacción de la revista emblemática “Casa de las Américas”. Ya había publicado “La ciudad y los perros” en 1962 y el mismo año había obtenido por esta el premio Biblioteca Breve, de la editorial española Seix Barral.

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Los años 60 fueron en los que más cerca estuvo de la política castrista. En medio de esa euforia escribió la magnífica novela “La casa verde” en 1965, por la cual recibió el importante Premio Internacional de NovelaRómulo Gallegos” en 1967; fue un verdadero respaldo a su trabajo de creación literaria. Luego, en 1969, vino otro hito novelístico: “Conversación en La Catedral”.

Un gesto muy recordado de Mario Vargas Llosa fue su paulatina desvinculación de la revolución cubana, especialmente a partir de 1971, cuando se alejó de la revista “Casa de las Américas” y conoció el caso del poeta Heberto Padilla, a quien la revolución de Castro torturó y humilló.

El escritor peruano empezó a criticar persistentemente los abusos de la dictadura castrista; al tiempo que pontificaba sobre el pensamiento liberal. Por esos años también participó en los congresos mundiales del PEN Club. En Londres, Inglaterra, halló el refugio que necesitaba para escribir y enseñar literatura hispanoamericana en el Queen Mary College.

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VARGAS LLOSA: UN CREADOR EN SU MEJOR MOMENTO

Pese a haber escrito novelas notables como “La ciudad y los perros”, “La casa verde” y “Conversación en La Catedral”, Mario Vargas Llosa tuvo que seguir haciendo trabajos adicionales -“trabajos alimenticios”, diría- como el de traductor para la Unesco en Atenas (Grecia). Hasta mediados de los años 70 vivió entre tres ciudades europeas: Londres, París y Barcelona. De comienzos de esa década es su notable ensayo literario: “García Márquez: historia de un deicidio” de 1971.

Premiado en varias ocasiones, el escritor no solo publicó “Pantaleón y las visitadoras” en 1973, sino que se sintió seducido por proyectos cinematográficos (incluso llevó al cine “Pantaleón…”) y por la actividad académica, que lo condujeron a ser elegido miembro de número en la Academia Peruana de la Lengua en 1975 y dos años después incorporado oficialmente.

Imagen de Vargas Llosa del 2 de setiembre de 1982 cuando llegó al aeropuerto Jorge Chávez. (Foto: Archivo Histórico de El Comercio)
Imagen de Vargas Llosa del 2 de setiembre de 1982 cuando llegó al aeropuerto Jorge Chávez. (Foto: Archivo Histórico de El Comercio)
/ EL COMERCIO

Al tiempo que era elegido miembro de la Academia dio a la luz otro gran ensayo literario: “La orgía perpetua: Flaubert y Madame Bovary” de 1975. Al año siguiente, Vargas Llosa fue electo presidente del PEN Club Internacional, donde se mantuvo hasta 1979.

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Una novela suya remeció el ambiente no solo literario sino también el de las revistas de sucesos sociales. Fue “La tía Julia y el escribidor” de 1977, en la que abordó, desde el filtro de la ficción y la guía de sus demonios, asuntos vinculados con su historia personal (su volcánica relación con Julia Urquidi).

VARGAS LLOSA: LOS AÑOS 80, ENTRE LA LITERATURA Y LA POLÍTICA

La de 1980 fue una década de muchos cambios y sucesos en la vida intelectual y política de Mario Vargas Llosa. Todo empezó en 1981, cuando publicó y estrenó la pieza teatral “La señorita de Tacna” en Buenos Aires, Argentina. Por esa obra obtuvo el Premio de la Crítica de ese país. Y meses después, sorprendió gratamente a la crítica especializada y al público en general con la aparición de la gran novela -una de las mejores de su trayectoria novelística- “La guerra del fin del mundo”, una ficción literaria con una fuerte visión antropológica.

El escritor peruano en plena tribuna política en Arequipa, el 4 de junio de 1989. (Foto: Archivo Histórico de El Comercio)
El escritor peruano en plena tribuna política en Arequipa, el 4 de junio de 1989. (Foto: Archivo Histórico de El Comercio)
/ EL COMERCIO

Asimismo, el escritor peruano mantuvo el mismo nivel de su novelística con sus irremplazables ensayos sobre dos íconos de su obra intelectual: los escritores franceses Jean Paul Sartre y Albert Camus. Animado por su regreso al Perú, Vargas Llosa condujo un programa de televisión muy recordado: “La Torre de Babel”. En 1982, el Congreso de la República le dio la “Medalla de Honor”.

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Pero un año después su vida fue impactada, cuando el presidente Fernando Belaunde Terry le pidió presidir la comisión investigadora del “Caso Uchuraccay”, un triste suceso en que ocho periodistas y un guía fueron asesinados a pedradas y machetazo en una localidad de Ayacucho, en la sierra sur del país.

Ese mismo año (1983), Mario Vargas Llosa publicó y estrenó en Caracas, Venezuela, en pleno Festival Internacional de Teatro, “Kathie y el hipopótamo”. Luego entregó el primer tomo del libro de artículos literarios y políticos, “Contra viento y marea”. En 1984, pudimos leer la novela “Historia de Mayta”.

Desde 1987 el novelista peruano dejó a sus lectores la novela breve “El hablador”, e incursionó en la política peruana activa al oponerse a la estatización de la banca que intentó implantar el presidente aprista Alan García.

Elogio de la madrastra” de 1988 significó su primer incursión en una novela de toques eróticos. Eran años complicados para el país, con actos terroristas, apagones y crisis social y política. A fines de esa década, Vargas Llosa decidió ser candidato a la presidencia de la República, liderando el llamado Frente Democrático (Fredemo), una alianza del Partido Popular Cristiano (PPC), Acción Popular (AP) y un grupo de empresarios y profesionales independientes.

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Tras su derrota electoral, se retiró de nuevo a Londres, para retomar su verdadera vocación: la literaria. El resultado de ese regreso a la escritura fue “El pez en el agua” (1993), su conocida autobiografía o testimonio de parte de esos años turbulentos en campaña, y parte de la historia de su infancia, adolescencia y primera juventud.

VARGAS LLOSA: LOS AÑOS 90 Y EL TRIUNFO DE LA FICCIÓN Y EL ENSAYO

Sus conferencias, charlas e intervenciones en los diversos foros del mundo académico y político se multiplicaron. Y no dejó de publicar en libro sus artículos periodísticos. Así surgió “Desafíos a la libertad” de 1994, una selección de sus notas sobre la cultura de la libertad. Un año antes, en 1993, había entregado la novela Lituma en los Andes”, y después vendría “Los cuadernos de Don Rigoberto” de 1997.

Por esos años, los premios y homenajes eran frecuentes. Una situación polémica fue la que vivió Vargas Llosa en marzo de 1993, cuando obtuvo la nacionalidad española, aunque sin renunciar a la nacionalidad peruana. Casi como una consecuencia de ello, fue nombrado en 1994 miembro de la Real Academia Española; y luego recibió el importante Premio Cervantes.

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Los doctorados Honoris Causa, las traducciones y las representaciones teatrales de sus novelas abundaron desde entonces. Incluso estrenó en Londres y en Lima una nueva pieza teatral: “Ojos bonitos, cuadros feos” de 1996. Ese mismo año provocó una nueva polémica pero en los ámbitos académicos al publicar el ensayo literario, “La utopía arcaica, José María Arguedas y las ficciones del indigenismo”, remarcando las taras y complejos personales del novelista peruano que se suicidó en Lima en 1969.

Portadas de los diarios peruanos del 8 de diciembre de 2010, al día siguiente de la entrega del Nobel 2010 a MVLl. (Foto: AP)
Portadas de los diarios peruanos del 8 de diciembre de 2010, al día siguiente de la entrega del Nobel 2010 a MVLl. (Foto: AP)

En el plano novelístico, Mario Vargas Llosa reimpulsó su trabajo. El impacto del gobierno dictatorial de Alberto Fujimori, quizás lo llevó a abordar otra dictadura (por comparación): la de Rafael Leónidas Trujillo en la República Dominicana (1930-1961), que terminó con su asesinato.

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Consecuencia de ello fue la magnífica novela “La fiesta del Chivo”, publicada el año 2000, la cual presentó personalmente en diferentes países de América y Europa. La novela fue rápidamente traducida a varios idiomas y su versión fílmica empezó a trabajarse en el 2004, estrenándose en marzo del 2006.

En ese momento, Vargas Llosa declaró: "El riesgo de que se instaure una nueva dictadura en el país siempre está, pero espero que los peruanos sean lo suficientemente lúcidos para evitarlo”. Más tarde, en el 2007, se estrenó la versión teatral de la novela en el Teatro Británico de Miraflores (Lima).

Mario Vargas Llosa ingresó a la Academia Francesa, en febrero del 2023. (Foto: REUTERS/Sarah Meyssonnier)
Mario Vargas Llosa ingresó a la Academia Francesa, en febrero del 2023. (Foto: REUTERS/Sarah Meyssonnier)
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VARGAS LLOSA EN EL SIGLO XXI

En ese intervalo clásico de publicar una novela, un ensayo -muy característico del trabajo literario de Vargas Llosa-, el escritor peruano publicó en el 2001 el volumen “El lenguaje de la pasión”, que reunía notas periodísticas de los años 90. Regresó constantemente a Lima, y en el 2002, en medio de conmemoraciones por el bicentenario del nacimiento del clásico moderno Víctor Hugo, dictó una charla en la Alianza Francesa de Lima, titulada “En torno a ‘Los Miserables’, de Víctor Hugo”, que dos años después lo concretó en un libro: “La tentación de lo imposible”.

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En el 2003, otra novela de su madurez sorprendió al lector; se trató de El paraíso en la otra esquina”, centrado en la vida de Flora Tristán y Paul Gauguin. Otra vez se destacó su capacidad de investigación histórica y su vuelo fabulador a partir de los datos biográficos de ambos personajes. Luego rompió el vaivén novela-ensayo y entregó a sus lectores una nueva novela: “Travesuras de la niña mala” del 2006.

Obras de teatro como “Al pie del Támesis” del 2008 aparecieron a finales de esa primera década del siglo XXI. Ese mismo año, otro referente ensayístico de Vargas Llosa salió a la luz: “El viaje a la ficción. El mundo de Juan Carlos Onetti”, el cual analiza la literatura el novelista uruguayo. Como un detalle, previo al Nobel, en el 2010, en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, el escritor presentó un cuento infantil: “Fonchito y la luna”.

Portada de su última novela, "Le dedico mi silencio" (2023).
Portada de su última novela, "Le dedico mi silencio" (2023).

Hasta que llegó, por fin, el punto de quiebre que íntimamente anhelaba. El suceso ocurrió el 7 de octubre del 2010, cuando la Academia Sueca anunció que el peruano Mario Vargas Llosa era el “Premio Nobel de Literatura 2010”. El motivo que se esgrimió fue que la obra del peruano destacaba “por su cartografía de las estructuras de poder y sus imágenes de la resistencia, la rebelión y la derrota del individuo”. El 7 de diciembre del 2010 recibió el premio literario más importante que pueda recibir un escritor.

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Días después del anuncio del Nobel, en octubre de ese año, se había publicado en España su novela “El sueño del celta”. Fue todo un acontecimiento, aunque la crítica tuvo sus reparos técnicos. Luego vendría la primera novela tras el Nobel: “El héroe discreto” del 2013.

El escritor peruano, el Nobel de Literatura 2010, el líder de opinión indiscutible en el Perú y en cualquier parte del mundo cumplió 80 años en el 2016 con una nueva novela bajo el brazo: “Cinco esquinas” (2016), una historia urbana, en un contexto de fines de los años 90, donde prevalece la desconfianza, la violencia, la corrupción y la inseguridad.

Carátula de su penúltima novela: "Cinco esquinas" (2019).
Carátula de su penúltima novela: "Cinco esquinas" (2019).

El último quinquenio de la década del 2010 al 2020 trajo para los lectores de todo el mundo dos nuevas novelas: “Tiempos recios” (2019), y hace solo dos años, su última novela: “Le dedico mi silencio” (2023).

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Su poder novelesco dio paso en esos años a su afán intelectual por el ensayo, donde dio muestras de un recio pensamiento con libros como “La llamada de la tribu” (2018) y “Medio siglo con Borges” (2020), la versión en español de “Un demi-siècle avec Borges” (2004), así como un ensayo sobre su admirado novelista español Benito Pérez Galdós: “La mirada quieta” (2022). Su último ensayo fue “Un bárbaro en París. Textos sobre la cultura francesa” (2023).

La vida de Mario Vargas Llosa ha sido larga, rica y admirable. Una vida extensa e intensa. Y así lo fue hasta sus últimos momentos en este mundo sobre el que escribió y pensó libremente, y del que ahora se ha despedido para siempre.

Cuenta la historia - La casa de El Comercio
En este episodio de Cuenta la Historia, se narran detalles de la construcción de uno de los íconos arquitectónicos de Lima, el edificio del Diario El Comercio. Para ello, Gonzalo y el abuelo se remontan a 1919, año en que una turba instigada por el entonces presidente Augusto B. Leguía atacó e incendió parte del local donde funcionaba la redacción de El Comercio. En respuesta, don José Antonio Miró Quesada ordenó construir un nuevo edificio en la misma locación, que sea tan imponente como una fortaleza. Este año, la casa de El Comercio cumple 100 años de inaugurada y lo celebramos rememorando algunos momentos y personajes históricos que pasaron por ahí.

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