:quality(75)/s3.amazonaws.com/arc-authors/elcomercio/eb0d0e69-eb14-4eb9-9a45-93d61741a39c.jpg)
Por esos días los cables habían informado sobre ciertas complicaciones económicas por parte de la realeza británica y la necesidad de “controlar sus gasto”.
“¿Qué quiere decir controlar los gastos?, preguntó la pequeña Connie a sus padres luego de haberlos escuchado hablar sobre la grave situación económica de la reina Isabel de Inglaterra”, explica la nota del decano.
El 17 de noviembre de 1969 Connie Odell Paredes, una pequeña niña residente en el distrito de Miraflores, inquieta y conversadora, decidió enviar su dólar a la reina Isabel.
El dólar fue remitido con una carta al Palacio de Buckingham, pagando un flete de 23 soles de la época.

Connie contó a El Comercio que se sentía feliz porque “ella era mujer y entre todas nos tenemos que ayudar”.
El 10 de enero de 1970 la niña peruana recibió una respuesta de la reina Isabel, quien se la hizo llegar a través de la Embajada de Inglaterra en Lima.
El oficio enviado como respuesta decía: “Le agradecemos mucho su atenta carta del 17 de noviembre pasado, dirigida a su Majestad la reina Isabel II”.

Luego agregaba: Me han comisionado para informarle que desafortunadamente las reglas de la Reina le impiden aceptar regalos provenientes de personas que ella no conoce personalmente”.
“Por lo tanto, le estoy devolviendo el billete de un dólar que tan generosamente le envió, con nuestro agradecimiento por tan buena acción”, expresaba el documento.
El texto finalizaba con la siguiente acotación: “Le interesará saber que en un futuro próximo se llevará a cabo un estudio completo para decidir si los ingresos de la Reina deben ser elevados”. La firma correspondía al funcionario Peter Newton.
Luego que su mamá terminó de leerle la carta, Connie dijo: “Me hubiera gustado mucho que la reina se hubiera quedado con el dólar”. La niña era hija de un ingeniero canadiense y su madre era peruana.