Cuando queremos cumplir una meta, se necesitan muchos elementos, pero el que más resalta y del que más se habla es de la disciplina. Eso implica tanto el ámbito laboral como el privado. Sin embargo, hay personas que aseguran que el éxito llega de manera espontánea mediante la improvisación o el talento innato. Esto no es necesariamente falso, ya que nos ayuda a destacar entre los demás y a actuar con motivación, pero lo que realmente marca la diferencia es saber gestionar nuestros esfuerzos de manera adecuada a través de la disciplina.
Aplicando la disciplina a nuestra vida, podremos alcanzar metas ambiciosas al distribuir el tiempo una cadena de acciones que mejorarán los resultados y los duplicará. Esto no es sencillo, porque implica tener la vista puesta a largo plazo, donde no siempre ocurrirá lo que se desea.
¿Por qué tener disciplina?
El portal Psicología y Mente nos da algunos consejos del por qué es tan importante tener disciplina:
- Nos ayuda a mejorar el rendimiento: Es poco probable que en todas las actividades que hagamos tengamos un talento innato, por lo que se necesita ser constante y sistemático en los procesos de aprendizaje para lograr buenos resultados. Esto debe ir de la mano con la motivación y el trabajo duro, ya que nos permitirán entrenar los conocimientos y habilidades que se requieren para alcanzar el objetivo.
- Nos permite ser constantes: Si tenemos disciplina, será menos probable que desperdiciemos nuestro esfuerzo o el tiempo que le dedicamos. Esta es una de las partes más importantes de la disciplina, su capacidad para mantenernos constantes y focalizados en todo momento en lo que queremos lograr en la vida.
- Aprendemos de nuestros errores: Si es que no se llega a la meta o se nos aplaza, el error nos permite analizar que debemos replantear para esta vez cumplir la meta que tenemos presente. Cuando tenemos una meta, la planificación y la visión de lo que se quiere conseguir están muy presentes, esto forma parte del proceso con el que se desarrolla la disciplina. Nos ayuda a no quedar indefensos ante la frustración y las ganas de olvidarnos de aquello que nos habíamos propuesto.
- Nos permite llevar un estilo de vida más saludable: El trabajo duro, constante y disciplinado ayuda a manejar mejor nuestros tiempos, nuestra forma de alimentarnos e incluso nuestro sueño por las noches. El culminar los quehaceres diarios nos permite separar un poco de tiempo par descansar o hacer cosas que disfrutamos.
- Evita la sobrecarga en el trabajo: El tener disciplina permite que no tengamos sobrecarga del trabajo, ya que cuando está más distribuido entre varios días o semanas, es más fácil organizar lo que hacemos. Por el contrario, las personas poco constantes en lo que hacen, no organizan su trabajo y dejan todo para última hora. Esto puede hacer que sientan mucha ansiedad y frustración porque sienten que no les alcanza el tiempo.
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