Samanta Alva Vargas

29 de enero de 2025. El silbato final confirma la victoria del Manchester City sobre el Club Brujas, un respiro en medio de la tormenta. Desde la banda, exhala. Su equipo ha ganado 3-1, pero su mano sigue viajando a su rostro, como si su piel cargara el peso de algo más profundo que la Champions League. Bajo los reflectores, los rezagos de arañazos parecen hablar por él. No es la primera vez.

En noviembre del año pasado, en medio de una conferencia de prensa, se le preguntó por aquellas marcas que empezaban a aparecer en su rostro. “Me las hice yo mismo”, respondió con la naturalidad de quien no esconde su batalla interna. Algunos pensaron en una respuesta casual, otros vieron el síntoma de algo mayor.

El fútbol es un mundo que devora. Un espacio donde el margen de error es ínfimo y la derrota es un crimen imperdonable. Guardiola, considerado el mejor director técnico del mundo, lleva años persiguiendo la excelencia con una obsesión casi quirúrgica. Pero en los últimos meses, la presión ha alcanzado un punto crítico: su equipo ha perdido partidos inesperados, su dominio se ha tambaleado y, fuera del campo, su vida personal se ha fracturado con el anuncio de su divorcio.

¿Cómo un líder en crisis recurre a la autolesión?

Pep Guardiola no es un entrenador común. Su enfoque meticuloso lo ha convertido en uno de los estrategas más exitosos de la historia del fútbol. Su metodología ha transformado equipos, ha redefinido el juego y ha convertido a jugadores en leyendas. Sin embargo, esa misma autoexigencia que lo llevó a la cima podría estar cobrándole un precio alto.

Mario Reyes-Bossio, psicólogo deportivo e investigador de la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC), explica que el estrés en entrenadores de élite es un fenómeno bien documentado. “El síndrome de burnout es común en entrenadores que enfrentan una presión constante. Agotamiento emocional, despersonalización y una sensación de insuficiencia pueden aparecer”, explica. Este desgaste no solo afecta el rendimiento en la cancha, sino también la salud mental del entrenador, llevándolo a desarrollar respuestas desadaptativas ante la presión.

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La autoexigencia extrema y la obsesión con los detalles pueden amplificar los efectos del estrés. Reyes-Bossio señala que “esta búsqueda constante de la excelencia puede llevar a una intensa autocrítica y a sentimientos de insuficiencia cuando no se cumplen las expectativas”. Además, explica que muchos entrenadores tienden a manejar la ansiedad con comportamientos específicos, como el insomnio, la ingesta excesiva de alimentos o el consumo de alcohol.

Guardiola apareció con el rostro lleno de arañones autoinflingidos en noviembre de 2024.
Guardiola apareció con el rostro lleno de arañones autoinflingidos en noviembre de 2024.

En su caso, los arañazos en su rostro podrían responder a esta misma dinámica. “En situaciones donde se siente una falta de control, como en un partido decisivo, infligirse dolor puede dar una sensación temporal de control sobre su cuerpo y sus emociones. Algunas personas pueden morderse las uñas, otras jalarse el cabello; en el caso de Guardiola, podría estar utilizando la conducta de arañazos como una forma de desviar su atención de la ansiedad que siente”, determina.

El mes más crítico del mejor DT
Línea de tiempo de los últimos meses de Guardiola

Agosto 2024:

• Inicio de la temporada 2024-2025: El Manchester City comienza la temporada con expectativas altas, buscando defender su título en la Premier League y aspirando a la gloria en la UEFA Champions League.

Octubre 2024:

•⁠ 30 de octubre: Derrota 2-1 ante el Tottenham Hotspur en la Copa de la Liga de Inglaterra, resultando en la eliminación temprana del torneo.

Noviembre 2024:

•⁠ 2 de noviembre: Derrota 2-1 frente al AFC Bournemouth en la Premier League. 

•⁠ ⁠5 de noviembre: Caída 4-1 ante el Sporting CP en la UEFA Champions League, complicando su posición en la fase de grupos. 

•⁠ 9 de noviembre: Caída 2-1 ante el Brighton & Hove Albion, marcando la cuarta derrota consecutiva en todas las competiciones, la peor racha bajo la dirección de Guardiola hasta ese momento.

•⁠ 23 de noviembre: Derrota 0-4 ante el Tottenham Hotspur en la Premier League, poniendo fin a una racha de 52 partidos invictos en el Etihad Stadium.

Diciembre 2024:

•⁠ 1 de diciembre: Derrota 2-0 frente al Liverpool, ampliando la brecha con los líderes de la liga.

•⁠ 11 de diciembre: Caída 2-0 ante la Juventus en la Champions League, poniendo en riesgo la clasificación a la siguiente fase. 

•⁠ ⁠21 de diciembre: Derrota 2-1 ante el Aston Villa, sumando la novena derrota en doce partidos. 

Enero 2025:

•⁠ 14 de enero: Medios españoles informan sobre la separación de Pep Guardiola y su esposa, Cristina Serra, tras 30 años de relación. 

• 22 de enero: Derrota 4-2 frente al Paris Saint-Germain en la Champions League. 

•⁠ 29 de enero: Victoria 3-1 contra el Club Brujas en la Champions League, asegurando un lugar en los playoffs, donde se enfrentarán al Real Madrid.

Febrero 2025:

•⁠ ⁠2 de febrero: Derrota 5-1 contra el Arsenal.

•⁠ ⁠11 de febrero: Derrota 2-3 contra el Real Madrid.

Línea de tiempo de los últimos meses de Guardiola

Mucho estrés, malas decisiones

El psicólogo deportivo también resalta que los entrenadores, al igual que los atletas, deben contar con mecanismos adecuados de regulación emocional. “La ansiedad y la frustración son inevitables en un contexto de alta competencia, pero si no se gestionan correctamente, pueden afectar la toma de decisiones y la relación con el equipo”, advierte.

Héctor Lazo, psicólogo clínico y terapeuta Cognitivo Conductual en Clínica Sanna San Borja – El Golf, explica que el estrés prolongado afecta directamente la capacidad de procesamiento cognitivo. “El estrés crónico puede causar preocupación constante, dificultad para concentrarse, confusión mental y pensamientos ansiosos. En una persona altamente perfeccionista como Guardiola, esto puede intensificar la sensación de falta de control y llevarlo a reaccionar impulsivamente”.

La perfección que Guardiola exige en el campo podría estar volviéndose en su contra. “Cuando alguien con rasgos de alta autoexigencia enfrenta situaciones de estrés extremo, puede volverse más propenso a la irritabilidad, la obsesión con el control y la incapacidad para delegar responsabilidades”, añade Lazo. Estos factores pueden explicar los cambios en su estilo de dirección en los últimos meses, con reacciones más viscerales y menos calculadas de lo habitual.

Además, Lazo advierte que el estrés acumulado puede distorsionar la percepción de la realidad. “Las emociones intensificadas por el estrés pueden hacer que una persona perciba amenazas donde antes no las veía, aumentando la sensación de estar bajo ataque constante y reaccionando de manera exagerada a estímulos que antes consideraría insignificantes”. En un contexto como el fútbol, donde las decisiones deben tomarse en fracciones de segundo, este sesgo en la percepción puede ser devastador para un entrenador que depende de la claridad mental para guiar a su equipo.

El divorcio como catalizador del estrés

A inicios de 2025, los medios españoles confirmaron lo que hasta entonces solo eran rumores: Pep Guardiola y Cristina Serra, su pareja por más de 30 años, habían decidido separarse. La noticia sorprendió a muchos, no solo por la discreción con la que el entrenador ha manejado siempre su vida privada, sino porque llegó en medio de la peor racha deportiva que ha vivido en los últimos años.

La vida personal y la profesional nunca están completamente separadas. Cuando un líder de alto rendimiento atraviesa una crisis emocional, su desempeño en el trabajo puede verse afectado de maneras sutiles pero significativas. En el caso de Guardiola, el divorcio no solo marca el fin de una etapa personal, sino que también añade una nueva capa de presión a su ya exigente rutina.

Pep Guardiola y Cristina Serra en la final de la Champions League Final 2023 (Foto: Gtres)
Pep Guardiola y Cristina Serra en la final de la Champions League Final 2023 (Foto: Gtres)

“El ser humano es un ser biopsicosocial, es decir, nuestro comportamiento está relacionado con nuestro entorno”, explica Reyes-Bossio. “Cuando una persona atraviesa momentos desencadenantes en la vida y no puede manejarlos adecuadamente, es fundamental que reciba apoyo psicológico”.

El divorcio no es solo un evento emocional, sino un proceso que desestabiliza múltiples aspectos de la vida cotidiana. Héctor Lazo detalla que “los mayores retos para afrontar el trabajo cuando se vive una ruptura son la dificultad de concentración, un sentimiento de desbordamiento absoluto y una experiencia de emociones intensas muy variables. Para un entrenador que ha basado su éxito en la precisión, en la anticipación de cada jugada y en el control total de su entorno, perder esa estabilidad interna puede ser un golpe difícil de manejar.

Además del impacto emocional, la separación también supone una carga mental adicional. Lazo describe cómo “se le han añadido más cargas, y ahora le cuesta manejar sus emociones y se encuentra en soledad para afrontar ese millón de cosas que tiene en la lista por hacer, además de tener decisiones importantes por tomar”. La presión de lidiar con asuntos personales complejos, sumada a la necesidad de mantener el rendimiento de su equipo en una temporada difícil, podría estar generando una sobrecarga mental que se refleja en su comportamiento dentro y fuera del campo.

El fútbol es un deporte de emociones, pero los entrenadores rara vez pueden darse el lujo de mostrarlas sin consecuencias. Sin embargo, las tensiones no desaparecen solo porque no se expresen abiertamente. Cuando la estabilidad emocional de un líder se tambalea, el efecto puede extenderse a su entorno inmediato, afectando la dinámica del equipo y la percepción de autoridad.

Las herramientas para salir del estrés crónico

¿Qué puede hacer alguien como Guardiola para manejar el estrés sin que lo devore? Tanto Reyes-Bossio como Lazo coinciden en que hay estrategias efectivas para mitigar los efectos del estrés crónico y evitar que la autolesión se convierta en un hábito destructivo.

  • Conciencia y aceptación: El primer paso es reconocer que el estrés está afectando la vida personal y profesional. “Ignorar los síntomas solo agrava el problema. Es fundamental aceptar la necesidad de ayuda”, advierte Reyes-Bossio.
  • Mindfulness y relajación: Técnicas como la respiración profunda y la meditación pueden ayudar a reducir la ansiedad y mejorar la toma de decisiones en momentos críticos.
  • Red de apoyo: Guardiola ha sido el pilar emocional de sus equipos, pero también necesita su propio sistema de soporte. Buscar la compañía de familiares, amigos o profesionales es clave para evitar el aislamiento.
  • Ejercicio físico y descanso: Más allá de la dirección técnica, el ejercicio moderado y el sueño adecuado juegan un papel crucial en la regulación del estrés. El descanso es una parte fundamental del rendimiento, tanto físico como mental.
  • Establecimiento de límites: No todo se puede controlar. Aprender a delegar y aceptar que la perfección es inalcanzable es un paso necesario para cualquier líder sometido a una presión extrema.

Las estrellas también son seres humanos

A lo largo de su carrera, Guardiola ha sido el arquitecto de equipos legendarios. Sus charlas motivacionales han inspirado a jugadores y fanáticos por igual. Sin embargo, detrás del estratega meticuloso hay un hombre enfrentando su propia batalla interna.

El fútbol le ha dado todo, pero también le ha cobrado su precio. La cuestión es si podrá salir de esta espiral de estrés antes de que su piel —y su mente— le pidan una pausa definitiva. El siguiente partido llegará pronto. La hinchada espera un renacer. Pero más allá de los títulos y las victorias, quizá la mayor conquista de Guardiola en este momento no esté en el campo, sino en su capacidad de sanar.