
Que tu piel se rebele en los meses más calurosos del año, no es mera coincidencia. Durante esta temporada, la humedad y la mayor producción de sudor crean el ambiente perfecto para que el acné empeore, convirtiendo lo que debería ser un verano de piel radiante y saludable en una lucha constante contra los granitos, los puntos negros y la temida inflamación.
El acné es una afección cutánea que afecta a casi el 90% de los adolescentes entre 14 y 19 años, aunque también puede presentarse en la adultez. Su origen está en las unidades pilosebáceas, estructuras de la piel formadas por un folículo piloso y una glándula sebácea. Cuando estas glándulas producen exceso de sebo, ya sea por factores hormonales, como el aumento de andrógenos (hormonas masculinas como la testosterona y la dihidrotestosterona), predisposición genética o estrés, los poros se obstruyen, favoreciendo a la proliferación de la bacteria Cutibacterium acnés, explicó la doctora Victoria Morante, dermatóloga de Clínica Internacional a Bienestar.
“La respuesta inflamatoria del cuerpo ante la presencia de esta bacteria, junto con la acumulación de grasa y células muertas en la piel, da lugar a las lesiones características del acné, como pápulas, pústulas, nódulos y quistes”.
¿Por qué el acné tiende a empeorar en verano?
El verano puede agravar el acné debido a una combinación de factores ambientales y ciertos hábitos. Por ejemplo, el aumento de la temperatura y la humedad provoca una mayor producción de sudor y sebo en la piel. Como señaló el dermatólogo de Cleveland Clinic, Sean McGregor, cuando el sudor se mezcla con aceites naturales y células muertas, los poros pueden obstruirse, generando un ambiente propicio para el crecimiento bacteriano y la inflamación.
Además, el uso de protectores solares comedogénicos o con aceites pueden contribuir a la obstrucción de los poros, al igual que un maquillaje muy pesado. Por ello, es fundamental optar por productos no comedogénicos y de textura ligera.
“Si bien la exposición moderada al sol -5 a 10 minutos- puede tener un ligero efecto antiinflamatorio y secar temporalmente los granos, lo cierto es que una sobreexposición puede engrosar la piel y provocar una mayor obstrucción de los poros, lo que genera brotes posteriores. Asimismo, algunos tratamientos para el acné, como el retinol y los ácidos, aumentan la sensibilidad de la piel al sol, lo que hace esencial el uso de un protector solar de amplio espectro con FPS alto”, refirió la experta.
Según McGregor, la exposición al cloro de las piscinas pueden ser un factor de riesgo, ya que puede resecar la piel, lo que genera una respuesta compensatoria de sobreproducción de sebo. En cuanto al agua de mar, aunque tiene propiedades astringentes que pueden reducir la proliferación bacteriana, también puede irritar y resecar la piel, desencadenando brotes. Por consiguiente, en ambos casos es clave enjuagar la piel con agua dulce después de nadar y aplicar una crema hidratante adecuada.

Los hábitos alimenticios también influyen en la salud de la piel y la aparición de brotes de acné. Los alimentos con alto índice glucémico, como azúcares refinados y carbohidratos procesados, pueden elevar los niveles de insulina, estimulando la producción de andrógenos y aumentado la secreción de sebo. Del mismo modo, las grasas saturadas y trans pueden promover la inflamación en la piel. Por ello, es recomendable limitar el consumo de alimentos como dulces, refrescos, pan blanco y comida rápida, optando por una dieta rica en frutas, verduras y ácidos grasos omega-3.
Igualmente, el acné puede manifestarse tanto en el rostro como en otras partes del cuerpo, como la espalda, el pecho y los hombros, ya que tienen una mayor concentración de glándulas sebáceas. Durante el verano, el calor y la sudoración agravan el problema, especialmente si el sudor queda atrapado bajo la ropa ajustada o no se retira a tiempo. Además, la fricción de algunas prendas o actividades físicas puede irritar la piel y obstruir los poros, favoreciendo a la aparición de granos en estas áreas e incluso en los glúteos.
¿Cómo controlar el acné en verano?
Para mantener la piel equilibrada y prevenir brotes, es importante ajustar la rutina de cuidado:
Limpieza adecuada
Lavar el rostro dos veces al día (mañana y noche) con un limpiador suave de glicerina o antiacné para eliminar el exceso de sudor, grasa e impurezas sin alterar la flora protectora de la piel. En días muy calurosos o después de hacer ejercicio, como indicó la doctora Morante, se puede realizar una limpieza adicional. Es importante evitar jabones antibacterianos fuertes, ya que pueden desequilibrar la microbiota cutánea y favorecer a la proliferación de bacterias perjudiciales.
“Si bien es crucial mantener una piel limpia, lavarse la cara con demasiada frecuencia puede ser contraproducente. El lavado excesivo puede eliminar los aceites naturales de la piel, lo que puede provocar sequedad e irritación y, potencialmente aumentar la producción de sebo como respuesta compensatoria”, recalcó McGregor.
Protección solar esencial
De acuerdo a la dermatóloga, la elección del protector solar es crucial para las personas con acné, ya que muchos tratamientos para esta condición aumentan la sensibilidad de la piel al sol, incrementando el riesgo de quemaduras solares y manchas oscuras. Además, algunos protectores solares pueden empeorar el acné si obstruyen los poros.

Por esta razón, es necesario considerar los siguientes aspectos:
- Amplio espectro: Protege contra los rayos UVA y UVB.
- FPS 50 o superior: Ofrece una protección adecuada.
- No comedogénico: No obstruye los poros. Es importante ver que la etiqueta lo especifique o buscar formulaciones que usen ingredientes ligeros y no grasos.
- Textura ligera: De preferencia en loción, gel o solución fluida para evitar una sensación pesada y grasa en la piel. Es fundamental evitar las texturas muy cremosas.
- Libre de aceites: Reduce la probabilidad de obstrucción de los poros.
- Resistente al agua: Si se va a estar expuesto al agua o al sudor.
“Los protectores solares de base mineral con óxido de zinc o dióxido de titanio son ideales, ya que son menos propensos a causar reacciones adversas. La aplicación diaria del protector solar, incluso en días nublados, ayuda a prevenir los daños de los rayos UV, que pueden agravar el acné y causar hiperpigmentación postinflamatoria. Para una protección adicional, se aconseja buscar la sombra y usar ropa protectora, como un sombrero de ala ancha”, sostuvo Elba Naccha, dermatóloga del Centro de Dermatología Estética Qapiaderm
Hidratación ligera
Optar por cremas hidratantes sin aceite y de textura ligera, como geles o emulsiones, para evitar obstruir los poros y equilibrar la piel sin aportar exceso de grasa. Es importante busca fórmulas con ingredientes como ácido hialurónico, glicerina o aloe vera, que hidratan sin aumentar la producción de sebo. En pieles mixtas o grasas, puede ser suficiente con un suero hidratante en lugar de una crema más densa. Además, es fundamental aplicar el hidratante sobre la piel aún húmeda después de la limpieza para mejorar su absorción y retención de humedad.
Ingredientes claves
Según Sean McGregor, los ingredientes activos como el ácido salicílico, el retinol y el peróxido de benzoilo desempeñan un papel clave en el control del acné, pero su uso en verano requiere precaución:
- Ácido salicílico: Es un beta-hidroxiácido (BHA) que ayuda a exfoliar la piel, eliminando las células muertas y reduciendo la obstrucción de los poros. Además, ayuda a controlar la producción de grasa, lo que es especialmente útil en climas cálidos. Se recomienda aplicarlo en bajas concentraciones y siempre acompañado de un protector solar, ya que puede aumentar la sensibilidad al sol.
- Retinol: Es un derivado de la vitamina A que acelera la renovación celular y previene la formación de comedones. Sin embargo, su uso en verano puede aumentar la sensibilidad al sol, lo que puede llevar a irritaciones y quemaduras si no se utiliza adecuadamente. Lo ideal es aplicarlo solo por la noche y asegurarse de usar un protector solar de amplio espectro durante el día.
- Peróxido de benzoilo: Es un agente antimicrobiano que combate la bacteria Cutibacterium acnes, una de las principales causantes del acné inflamatorio. En verano, puede resecar la piel y aumentar la sensibilidad al sol, por lo que se recomienda usarlo con moderación y complementar con una crema hidratante no comedogénica.
“Sin embargo, durante el verano, es aconsejable evitar productos que contengan ingredientes comedogénicos, es decir, aquellos que pueden obstruir los poros y empeorar el acné. Algunos de estos ingredientes incluyen aceites pesados como el aceite de coco y la lanolina, así como ciertos tipos de siliconas como la dimeticona. También es recomendable evitar productos con fragancias añadidas y alcoholes, ya que pueden irritar la piel y exacerbar el acné. Es recomendable optar por productos etiquetados como “sin fragancia” y “libres de aceite” para mantener la piel libre de brotes”.

Higiene post-ejercicio
Para controlar el sudor durante la actividad física, es importante secar el rostro con una toalla limpia o papel absorbente y evitar tocarse la cara con las manos sucias. Una vez finalizado el ejercicio, ducharse y cambiarse de ropa lo antes posible ayuda a prevenir la acumulación de bacterias y grasa en la piel. Además, usar ropa holgada y transpirable minimiza la fricción y permite que la piel respire.
¿Es recomendable realizar tratamientos para el acné en verano?
La realización de peelings o tratamientos con láser para el acné en verano debe ser cuidadosamente evaluada. Morante precisó que, si el acné está controlado y bajo supervisión médica, se pueden considerar peelings suaves con concentraciones moderadas para exfoliar la piel y ayudar a eliminar comedones. Sin embargo, estos procedimientos deben realizarse con precaución y siempre con el uso adecuado de protector solar.
En cuanto a los tratamientos con láser, los dispositivos médicos con acción antiinflamatoria pueden ser beneficiosos en algunos casos de acné inflamatorio, siempre que la piel esté preparada y el tratamiento sea realizado por un profesional capacitado. Es fundamental seguir todas las indicaciones médicas para evitar complicaciones y garantizar resultados seguros.
¿Qué precauciones deben tomar quienes tratan el acné con medicamentos tópicos u orales?
Quienes usan medicamentos tópicos u orales para tratar el acné en verano deben tomar precauciones adicionales debido al aumento de la sensibilidad de la piel al sol. Los antibióticos orales, por ejemplo, pueden alterar la flora cutánea e incrementar el riesgo de infecciones secundarias si se utilizan por períodos prolongados. Además, como destacó la especialista de la Clínica Internacional, algunos fármacos pueden incrementar la fotosensibilidad, lo que eleva la posibilidad de sufrir quemaduras solares.
Es imprescindible seguir las indicaciones médicas al pie de la letra y consultar cualquier duda o efecto adverso con un dermatólogo. Se recomienda aplicar un protector solar de amplio espectro con un FPS alto de manera diaria, tanto durante el tratamiento como en los meses posteriores a su finalización. También es importante complementar la protección con ropa adecuada y reducir la exposición solar en las horas de mayor radiación ultravioleta.
“En la consulta he escuchado varios mitos sobre el acné. Uno de ellos es la creencia de que la falta de vitaminas es la causa del problema, lo que lleva a algunos padres a suministrar suplementos en exceso. Es importante señalar que un exceso de vitaminas del complejo B, especialmente la B12, puede estimular la glándula sebácea y aumentar el riesgo inflamatorio. Si un adolescente tiene una dieta equilibrada y no presenta deficiencias nutricionales ni condiciones médicas específicas, no necesita suplementos vitamínicos a menos que un especialista lo indique. La automedicación siempre es peligrosa, por lo que cualquier ajuste en el tratamiento o aparición de efectos adversos debe ser siempre evaluada por un dermatólogo”, concluyó Victoria Morante.
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