Alrededor del 11% de la población del Perú padece de una enfermedad renal crónica (ERC), informó el Ministerio de Salud (MINSA) en 2022. Según la Dra. Vilma Santivañez, nefróloga de SANNA Clínica San Borja, se le denomina como enfermedad renal crónica a la pérdida progresiva de la función renal. “Se llama crónica porque la pérdida seda en meses o incluso años. La clasificación se da en estadíos del 1 al 5, siendo el estadío 5 la etapa en que los pacientes requieren de terapia de diálisis o de un transplante renal”, especificó.
“La insuficiencia renal crónica, como también se conoce a esta enfermedad, es además el principal motivo de trasplante de riñón en el país. Esto se debe a que tiende a ser diagnosticada en etapas avanzadas debido a que en la fase inicial no causa molestia alguna. La mayoría de los casos llegan a la consulta médica cuando ya han perdido gran parte de la función del riñón”, sostuvo el Dr. Martín Gómez Luján, médico nefrólogo y Presidente de la Sociedad Peruana de Nefrología.
¿Cómo se genera una enfermedad renal crónica?
De acuerdo con el Dr. Gómez Luján, en más del 50% de pacientes, la enfermedad renal crónica tiene su origen en dos patologías: la diabetes mellius y la hipertensión arterial. Luego, en menor nivel, la causa puede estar en ciertas enfermedades hereditarias o poliquísticas del riñón, tanto como en algunas neuropatías obstructivas. Finalmente, solo el 10% de casos no tiene una causa precisa al momento del diagnóstico.
En tanto a los factores de riesgo, el doctor incluyó a las personas con diabetes, hipertensión, sobrepeso u obesidad y/o cálculos renales. “Del mismo modo, los pacientes de más de 55 años, que consuman altos niveles de tabaco y/o que tengan familiares con enfermedad renal también deberían realizarse un chequeo del riñón periódicamente para detectar la enfermedad en estadíos tempranos” resaltó.
La Dra. Santivañez hizo énfasis en que el exceso de automedicación también puede ser un factor de riesgo para el origen de una enfermedad renal crónica. De la misma manera, agregó a la lista a las enfermedades glomerulares, las enfermedades autoinmunes, la uropatía obstructiva y las enfermedades hereditarias.
“Es importante apuntar que los hábitos que generan daño en el riñón son una dieta con alto contenido de sodio y de grasas saturadas, pobre ingesta de cereales, verduras y frutas, alto consumo de alimentos procesados y el predominio de los carbohidratos en la dieta”, afianzó la doctora.
Cabe mencionar que, aunque es poco probable, incluso los niños y adolescentes pueden padecer de esta afección. “Tiene que ver con el tema genético y el desarrollo del niño. A pesar de ser poco probable, sí, un niño puede padecer una enfermedad renal crónica, tanto como personas sin ningún factor de riesgo”, explicó el Presidente de la Sociedad Peruana de Nefrología.
¿Cuáles son los principales síntomas de la enfermedad renal crónica?
El Dr. Gómez Luján hizo hincapié en que la gran mayoría de pacientes con esta afección no presentan síntomas en estadíos iniciales. “Es una enfermedad silenciosa. Si aparecen los síntomas, es porque la enfermedad dejó de ser leve y pasó a ser moderada, severa o avanzada”, asintió.
El experto señaló que, en estadíos avanzados, los síntomas podrían incluir hinchazón de tobillos y/o piernas, fatiga, cansancio, dificultad para concentrarse, disminución del apetito, orina espumosa, pérdida de la líbido y, en algunos casos, anemia.
“Debido a la ausencia de síntomas, la prevención es vital. Es importante que las personas con factores de riesgo se hagan dos análisis que son muy simples y dan información muy valiosa. En sangre, se necesita determinar la creatinina para saber si está fuera de rango. Luego, se debe realizar un examen de orina para observar si hay señales de sangre y/o albúmina. Estas dos pruebas le permitirán a tu médico saber en qué tapa de la enfermedad te encuentras”, aseveró la Dra. Santivañez.
¿Cuáles son los tratamientos para controlar la enfermedad renal crónica?
Es preciso recalcar que la enfermedad renal crónica no tiene cura. Sin embargo, en palabras del Dr. Gómez, existen medidas farmacológicas y no farmacológicas para hacer que los efectos de la enfermedad surjan con mayor lentitud. “Hay un arsenal de medicamentos que tienen distintos mecanismos para hacer que el daño sea más leve. No hace que los efectos desaparezcan, sino que lleguen más lento”, declaró.
A nivel de las medidas no farmacológicas, el especialista aseguró que esta metodología se basa en la creación y el mantenimiento de hábitos saludables. Entre ellos, destacó los siguientes:
- Mejorar el estilo de vida
- Realizar ejercicio y/o actividad física
- Seguir una dieta balanceada y saludable
- Evitar la automedicación excesiva
- Hidratarse
- Eliminar el consumo de tabaco
Por otro lado, el tratamiento farmacológico dependerá del diagnóstico del paciente. “Una vez que tenemos el diagnóstico, pasamos a la clasificación. Recordemos que la enfermedad renal crónica tiene cinco estadíos. El quinto grado representa l asituación más compleja, donde solo queda una terapia de reemplazo renal. Para ello, el paciente puede escoger entre hemodiálisis, diálisis peritoneal y trasplante renal, el cual es muy escaso en el país. La mayoría suele escoger la hemodiálisis. No obstante, si todos los días tuvieramos donantes disponibles, la mejor opción es el trasplante”, apuntó el doctor.
Finalmente, entre el estadío 1 y 4, Gómez Luján consolidó que entran las medidas farmacológicas y no farmacológicas para evitar la progresión de la enfermedad. “El uso de los medicamentos y el cambio de rutina tienen como objetivo principal que el paciente no alcance el estadío 5″, manifestó.
¿Qué puede suceder si no se controla una enfermedad renal crónica?
“Si el paciente no se adhiere a las medidas, aumenta su riesgo cardiovascular. Es decir, tendrá muchas más probabilidades de morir por un accidente cardiovascular que quienes sí siguen las medidas indicadas. En estadío 5, si el paciente no asiste ni colabora con sus terapias, también tiene alto riesgo de fallecer”, certificó el Dr. Gómez.
Por ese motivo, para concluir, el médico nefrólogo reiteró en la importancia de las medidas preventivas, sobre todo para las personas con factores de riesgo. “El esfuerzo no es solo de los nefrólogos, sino del endocrinólogo, el cardiólogo, el urólogo, los pediatras y todos los profesionales de la salud que intervengan en quienes padezcan factores de riesgo”, finalizó.
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