El Calafate: descubre el glaciar Perito Moreno, las mejores excursiones por la Patagonia y consejos para organizar tu viaje

¿Imaginas navegar entre glaciares colosales y témpanos que flotan como esculturas de cristal mientras oyes el estruendo del hielo rompiéndose? Aunque parece que describo un escenario de una película, es lo que acabo de vivir en mi viaje a El Calafate, la famosa capital de los glaciares en la Patagonia Argentina. Un destino que debes incluir en tu lista de pendientes porque no se parece a nada de lo que viste antes.

¿Qué ver en El Calafate?

El Calafate es una ciudad patagónica de solo 40.000 habitantes que está ubicada a orillas del Lago Argentino, en la provincia de Santa Cruz. Se encuentra a unos 2.000 km de distancia de Buenos Aires y es la puerta de entrada al Parque Nacional Los Glaciares, una reserva que protege el tercer campo de hielo más grande del mundo después de La Antártida y Groenlandia. A ella se puede llegar en un viaje de 30 horas por la Ruta Nacional o en un vuelo de 3 horas y media desde la capital porteña.

Yo opté por volar y en cuanto arribé al aeropuerto de El Calafate me encontré con Miguel y Melina Sallies de Azules Arte en Turismo, una agencia familiar con diez años de experiencia que se encargó de todo mi itinerario. Padre e hija me dieron la bienvenida y en el trayecto al hotel me contaron que ellos, como la mayor parte de la población, son foráneos y se mudaron cautivados por la tranquilidad y la mejor calidad de vida que ofrece este lugar.

Atardecer registrado con el Xiaomi 15 Ultra

Apenas salí de la terminal sentí algo de frío. Pero nada que un buen abrigo no pueda remediar. La clave está en vestirse en capas porque el clima es muy cambiante. Según Miguel, en un solo día ha visto llover, solear y nevar. La ropa térmica y casaca impermeable además de gorro, guantes y chalina son necesarios para este viaje. No te preocupes si no cuentas con la ropa adecuada, en la calle Libertador del centro de El Calafate se han instalado decenas de tiendas de vestimenta y zapatos para cubrirte del frío y permitirte, por ejemplo, caminar sobre un glaciar de forma cómoda. Si no quieres comprar, puedes rentar las prendas por unos US$15 cada pieza por día.

La caminata por el centro es obligada y muy segura. Además de las tiendas de ropa, encuentras restaurantes donde sirven el típico cordero patagónico y chocolaterías como Moala, un paraíso para todo chocolatero en el que puedes conseguir desde pequeñas ovejas, símbolo de El Calafate, chocolate en rama, que es la estrella de la Patagonia Argentina, y hasta tabletas del célebre Dubái. Todos elaborados de forma artesanal y presentados con mucho estilo. Este negocio nació en Ushuaia durante la pandemia y desde hace un año opera con mucho éxito en este destino.

Foto con el Xiaomi 15 Ultra

Perito Moreno: el glaciar estrella de El Calafate

El segundo día fui a visitar la joya más preciada de El Calafate: el glaciar Perito Moreno, un gigante de hielo por el que todos (y me incluyo) viajamos. Aunque no es el único atractivo, es el más conocido y de verdad sorprende. Hasta hace seis años permanecía estable, pero con el cambio climático está sufriendo un retroceso irreversible. Sin embargo, sigue dejando boquiabierto al mundo. Julieta Saita, secretaria de Turismo de la municipalidad de El Calafate, asegura que el Parque Nacional Los Glaciares recibe 700.000 visitantes al año. “El Perito Moreno es el glaciar más visitado y concentra la mayor parte de las visitas del parque”, precisa.

Lo vi desde las pasarelas. Miguel me pasó a buscar en una camioneta para transitar 80 kilómetros de la Ruta 11, que va desde el aeropuerto de El Calafate y llega al glaciar. En el camino pasamos por varias estancias turísticas y otras dedicadas a la crianza de ovejas, labor que se mantuvo hasta la llegada del turismo. El representante de Azules Arte en Turismo me cuenta que en el año 2000, cuando se inauguró el aeropuerto internacional, llegó una ola de viajeros de todas partes del mundo. Fue así que los pobladores cambiaron la lana por los alojamientos, los restaurantes y otros servicios relacionados a la industria de los viajes.

Foto: Secretaría de Turismo de la municipalidad de El Calafate

Tras una plática entretenida con este amante confeso de la Patagonia, ingresamos al Parque Nacional Los Glaciares y hacemos una parada en el mirador de los Suspiros, que lleva ese nombre por la emoción que causa ver el glaciar Perito Moreno por primera vez. A partir de ese momento, es imposible quitarle los ojos a ese monumento de hielo en tonos azul y blanco que parece infinito. Mientras bajamos las gradas del sendero central, se siente el sol que refleja en la enorme masa de hielo que es un poco más grande que la ciudad de Buenos Aires. Al detenernos, el viento helado golpea la cara. Conviene ir con abrigo.

Son cinco senderos los que conducen a ver el glaciar desde distintas perspectivas. Cada una más espectacular que la otra. El circuito inferior es el más difícil mientras que el central es el más simple de recorrer. Quizás por eso, nos dicen que se ve menos gente en el primero que en el último. También hay rampas y un ascensor que permiten el acceso a las personas con movilidad reducida. Al oír el estruendo que se produce cuando el hielo se rompe, un sonido semejante al de un disparo, más de uno se acerca a los balcones para captarlos. Yo vi un desprendimiento, pero me quedé tan perpleja que no logré grabarlo. Solo se necesita paciencia y suerte.

Detalle de la superficie del glaciar con el Xiaomi 15 Ultra

Puedes ir a las pasarelas todo el año y quedarte el tiempo que quieras. Yo vi gente que se detenía a comer algo con vista privilegiada. Lo bueno de esta temporada es que cierran dos horas después que en el invierno, a las seis de la tarde. Y en verano esto se puede extender hasta las ocho de la noche. Solo ten en cuenta que los baños y la cafetería están en el ingreso de los senderos. Procura comprar agua y snacks antes de iniciar la caminata.

El glaciar Perito Moreno desde una embarcación

Después de caminar, abordamos una embarcación que nos llevó a ver la cara norte del glaciar Perito Moreno, la que tiene más horas de luz por su ubicación. Solo debes quedarte en tu asiento para zarpar, lo demás lo puedes ver desde la parte exterior. Abrígate porque el viento congela y prepárate para uno de los momentos más emocionantes del día. La navegación te acerca a 300 metros del glaciar, pero por su monumental tamaño parece que lo puedes tocar. Aprovecha para sacar todas las fotos posibles. Y si no eres bueno con el lente, llévate un recuerdo registrado por los fotógrafos que acompañan el viaje.

Más glaciares en un full day

Si el glaciar Perito Moreno impresiona, no imaginas lo que es la navegación por el lago Argentino. Solo te adelanto que estarás cara a cara con, al menos, tres glaciares: Upsala es el más grande y se ve a 14 kms de distancia porque hay riesgo de derretimiento, el glaciar Seco es uno de los más pequeños y el Spegazzini, el más alto del Parque Nacional Los Glaciares, tiene paredes que alcanzan los 140 metros de altura. ¡Como un edificio de 40 pisos! Imposible no sentirse pequeño ante obras extraordinarias de la naturaleza como estas.

Entre piqueos y brindis, vemos enormes témpanos flotando junto a la embarcación. Algunos casi tan blancos como la nieve y otros azules, por la luz y la cantidad de oxígeno que los conforma: “a menos oxígeno, más denso y más azul”, explica el guía Lucas Guzmán. Lo más impresionante es que solo se ve un 10% de su totalidad, porque lo demás está bajo el agua.

Foto con el Xiaomi 15 Ultra

La excursión comienza en el puerto Punta Bandera, a 47 kilómetros de El Calafate, donde se toman las embarcaciones. Dura unas 8 horas y hace una parada en el único refugio dentro del Parque Nacional Los Glaciares. Un lugar con un restaurante con ventanales que van del piso al techo, donde se puede almorzar una cazuela de cordero con vista al glaciar. Y con una terraza exclusiva para hacer la sobremesa con una copa de vino e impresionantes panorámicas. De regreso, la tripulación extrae un hielo de gran tamaño ante los ojos atónitos de los viajeros para realizar el brindis más esperado del viaje: un whisky en las rocas con hielo de la Patagonia. Sueño cumplido.

Para este día es fundamental vestir en capas porque mientras se viaja dentro del barco hay calefacción. Pero al salir a cubierta se siente el viento helado proveniente de los glaciares y icebergs. Otra recomendación es que procures tomar la navegación en servicio premium con Azules Arte en Turismo porque te incluye ubicación en cabina preferencial, comidas y bebidas a bordo y un menú con vino en la Base Spegazzini.

Acabado este full day me fui directo al Xelena Hotels & Suites, un cinco estrellas a unos minutos de la ciudad que me albergó durante mi estancia. Allí me esperaba una tarde de relax en su piscina temperada y con vista al lago Argentino. Este fue uno de los últimos gustitos que me di en la Patagonia. Porque además tenía que comer el fruto del calafate para que -tal y como me contaron los Sallies- vuelva a esta tierra de glaciares.

Más datos

- No hay vuelos directos entre Lima y El Calafate. Para llegar se debe viajar a Buenos Aires y desde allí tomar un avión que demora tres horas y media en llegar a este destino. La aerolínea Flybondi ofrece cuatro vuelos semanales desde la capital argentina: lunes, miércoles, viernes y domingos. Hay pasajes desde US$50 en promoción que incluyen mochila y asiento aleatorio.
- Xelena Hotels & Suites es un alojamiento a orillas del Lago Argentino que cuenta con cien habitaciones recién remodeladas, restaurante, una huerta que abre en primavera y verano, spa y piscina temperada. Sus instalaciones tienen enormes ventanales que permiten mantenerse inmerso en el paisaje. La tarifa incluye desayuno buffet, acceso a la piscina y traslados al centro en horarios fijos.
- A partir de julio de este año, Argentina exige seguro médico a los viajeros peruanos. Lo que no se necesita es visa. Se puede viajar solo con pasaporte o DNI vigentes.

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