¿Y tú por qué no donas sangre?
Hoy nos han brindado un espacio importante en la edición del diario. Hemos publicado en el Tema del Día un informe sobre la alarmante situación de la donación voluntaria de sangre en el Perú. ¿Quiéres saber qué es lo que pasa con la sangre después de que la donaste? Mira este interesante video preparado gracias a las facilidades brindadas por el hospital Edgardo Rebagliati, de Es Salud.
Si quieres conocer un poco más sobre cómo es la situación de las donaciones de sangre en el Perú, qué requisitos necesitas para poder donar, cuáles son los mitos más comúnes relacionados con la donación, por qué no puedes donar si es que tienes un tatuaje o un piercing y mucha más información sobre este tema, sigue leyendo.
MITOS Y VERDADES
“Creo que me voy a debilitar” El volumen de la sangre se reemplaza con rapidez. Al cabo de pocas horas el volumen total de sangre se normaliza. Mientras tanto, no experimentarás ninguna molestia y puedes realizar tus tareas normales. Eso sí, no puedes hacer esfuerzos extraordinarios y si desempeñas alguna actividad en la que se requiera usar unos reflejos muy buenos, es mejor que por ese día te tomes un descanso.
“Podría contraer sida” Los donantes no contraerán sida ni ninguna otra infección por le hecho de dar sangre. Todo el material utilizado en la recolección es esteril y descartable. Además, las duras restricciones que se tienen para permitir quién puede donar o no sirven para dar la confianza de que la sangre recolectada es la más saludable. Recuerda que la donación de sangre es como un trasplante de órganos (al final es tejido sanguíneo) por lo que se necesitan seguir muchos protocolos de seguridad durante el procedimiento.
“Odio las agujas” Minetras dones sangre no sentirás ninguna molestia y no es necesario observar el procedimiento. Recuerda que estás en manos de personal capacitado. Además, muchos chicos dicen que además no soportan el dolor, pero las incomodidades del procedimiento son menores a las que uno puede sufrir cuando se hace un tatuaje.
“Podría engordar” No es necesario comer en exceso después de donar. Lo que se necesita tras la donación es tomar mucho líquido. Si comes en exceso (particularmente grasas) tras donar puede ser muy perjudicial para tí.
“Nunca me pidieron que donara sangre” Considérate invitado a hacerlo. Tu sangre es el regalo más precioso que puedes ofrecer. Podría significar la vida misma para un niño enfermo, la víctima de un accidente o alguien que deba someterse a una cirugía.
“Soy demasiado viejo” La edad de los donantes es de 18 a 55 años y si gozas de buen salud puedes seguir donando, con autorización expresa del médico responsable del banco de sangre. El tema es que después de los 55 años se incrementa la cantidad de medicamentos que una persona ingiere y eso podría alterar la composición de la sangre.
“Pero soy deportista” Mejor aún, estás sano y en las mejores condiciones para donar sangre. Tu rendimiento deportivo no se afectará, pero sin duda ayudarás a alguien que necesita tu sangre para seguir viviendo.
“Solo voy a donar sangre en una emergencia” Emergencias ocurren a cada minuto. Cada paciente que requiere una transfusión, constituye una emergencia. Si no se dispone de sangre, podría morir.
“Sí, pero tengo anemia” No te preocupes. Es obligatorio un chequeo para descartar la anemia antes de la donación.
“Me da miedo dar sangre” Todo el muindo se siente atemorizado la primera vez. De hecho cientos de personas efectuaron de 40 a 70 donaciones. No debes ser un superhombre o una supermujer para dar sangre. Es un procedimiento muy sencillo.
SOBRE LOS TATUADOS
Conversando con unos muchachos escuché sus quejas sobre la prohibición que tienen para donar los tatuados, los que tienen piercings o los homosexuales o gente con conducta de riesgo. Me decían que el formulario que se debe llenar era discriminatorio por hacer esas diferencias.
Les llevé esas inquietudes a los diversos especialistas con los que conversé en estos días y ellos me aseguraron que no se trataba de ninguna discriminación, sino de extremas medidas de seguridad para proteger la salud de quienes recibirán la sangre. “Pecamos por exceso de precaución”, coincidieron todos. Sucede que quienes van a extraer la sangre no tienen cómo comprobar que el lugar en el que te hiciste tu tatuaje o tu piercing cumplía con todas las medidas de seguridad. Asimismo, no tienen cómo comprobar que si has tenido comportamiento de riesgo estás realmente libre de infecciones. Hay que recordar que las distintas enfermedades tienen diferentes periodos de ventana en los que se puede manifestar el mal.
Hay que recordar que de una unidad de sangre se benefician tres pacientes y si una de las unidades está infectada se puede producir una infección en cadena.
Bruno Ortiz B.