Añade toques de color y dale fuerza a los espacios escandinavos

Por: Giovanna Dioses

Si hay algo que caracteriza la estética nórdica, es la presencia de tonos claros (blanco, beige) en las paredes, el techo, el suelo y el mobiliario, que brinda claridad y una sensación de amplitud. En estos escenarios no son recurrentes los contrastes de color, sin embargo es posible añadir pequeñas dosis sin alterar su esencia. “Para contrarrestar el efecto neutro, apela a cuotas intensas y llamativas, como naranja, amarillo, azul, en elementos menores, como adornos y textiles”, refiere la arquitecta Erika Paredes.

Otra salida, como lo sugiere la arquitecta Patricia Álvarez, es recurrir a los tonos pasteles, como rosado, celeste, turquesa, para lograr un espacio sereno y sutil. Plásmalos en piezas de gran formato, como un sofá, una butaca, las sillas del comedor, una mesa auxiliar o en un muro protagónico, como la cabecera de la cama, a modo de patrones geométricos (triángulos, rombos, círculos) típicos de este estilo, para darle movimiento al lugar. “Replica las gráficas en algunos cojines de la cama para amarrar la propuesta”, señala Álvarez. En la cocina, apuesta por el verde agua en el repostero bajo y en las sillas de la barra.

Los detalles metálicos de cobre o plata sintonizan con esta estética y le dan un golpe de brillo al lugar. Inclúyelos en lámparas, portavelas, bandejas, jarrones y centros de mesa. El hierro pintado de negro, como parte de la estructura de los muebles, es otra forma de introducir color sin alterar el espíritu de la vivienda. Además, los elementos reciclados y con un acabado envejecido acentúan la cali- dez del espacio y sintonizan con lo nórdico.

Las pinceladas de verde son esenciales debido a su conexión con la naturaleza. En la cocina, apuesta por especies, como las hierbas aromáticas, como hierbaluisa, hierbabuena y perejil. Una forma de lucirlas es colgando macetas en un barra instalada en un muro libre. Otra forma natural de agregar vitalidad es colocando flores de tonos delicados, como peonias, gerberas, wax flower; o intensos, como anturios, bromelias, iris, calas, en frascos de vidrio, y así también aromatizar los ambientes.

Fuentes: Erika Paredes, arquitecta. proyectos@epgstudio.com / Patricia Álvarez, arquitecta.