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Una casa barranquina llena de arte y diseño - 4

En la casa de la interiorista María Eugenia Álvarez-Calderón y del arquitecto Jaime Ortiz de Zevallos, el mobiliario contemporáneo y antiguo, los cuadros, las esculturas y las piezas de arte popular conviven en armonía y le dan sentido a la palabra hogar.

La afinidad de la pareja logró el perfecto equilibrio entre la arquitectura moderna y la decoración llena de guiños del pasado. Esta casa barranquina, que cuenta con más de 50 años, se renovó con una restructuración integral en donde los muros de concreto expuesto, los techos altos y el piso de madera huayruro, le dan nuevos bríos.

Álvarez-Calderón cuenta que en la sala, en donde destaca un cuadro de Jhon Chauca, se colocó un mueble de diseño moderno, tapizado en microfibra, el cual se complementa con dos butacas art decó y dos sillas Eames rojas. Una mixtura de tiempos, estilos y colores.

En el comedor las sillas Tulip, adquiridas en un remate del Hotel Crillón, una alfombra de piel natural y las fotografías de Hans Stoll, refuerzan el carácter ecléctico que se repite en todos los espacios, e irradia en esta casa un vívido aire de familia.

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