La revolución de las formas llega con las impresiones en 3D

Lo que empezó como una forma de crear pequeños objetos como pulseras o muñecos de plástico gracias a una impresora 3D, es hoy la tecnología que distintos diseñadores industriales empiezan a utilizar para la producción de muebles, sobre todo para el desarrollo de prototipos o maquetas.

De la misma manera en que trabaja una impresora de papel, esta máquina es capaz de darle cuerpo a un diseño en tres dimensiones. Las impresiones 3D nacieron como una solución para quienes perdían mucho tiempo y dinero haciendo prototipos de productos. Sin embargo, cuando los profesionales de distintos campos gozaron de sus privilegios, las impresoras 3D se hicieron más grandes. Hoy la VX400, usada en Europa, es capaz de imprimir moldes del tamaño de un auto con variados materiales.

El diseñador belga Peter Donders fue uno de los primeros que hizo realidad sus ideas desde el programa Rhino 3D. La información de su diseño fue enviada a la impresora que moldeó cada pieza, capa por capa. El material fue arena sometida a altas temperaturas para ser solidificada y obtener una textura dura como el plástico. La silla Batoidea, de Donders, lleva una fundición de aluminio y hubiera sido difícil de fabricar sin la tecnología de impresión 3D.

Uso comercial

En nuestro país, la Pontificia Universidad Católica del Perú, adquirió esta tecnología. La Fortus 400 mc es capaz de construir prototipos y piezas incluso para prácticas médicas. Por ahora, debido a su alto precio, estas impresoras 3D no han sido planteadas como un producto de consumo para el hogar, aunque se espera que en un futuro cercano, uno pueda materializar sus creaciones desde su propia casa.

Puedes leer más notas interesantes todos en tu Semana Casa y Más.