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Redacción EC

Esta filosofía de vida de origen sueco propone encontrar el equilibrio y alcanzar el bienestar teniendo solo lo necesario. “Lagom es una invitación a conocerte y reflejar a través de ello tu felicidad interior y exterior”, refiere la arquitecta Claudia Weis.

Esta forma de vida se ha extendido a la decoración. “Las estancias promueven estar en paz y tranquilidad con uno mismo, por lo que privilegian el uso de tonos neutros (blanco, beige, gris claro), y los pasteles en muros, mobiliario y textiles”, indica la arquitecta Melissa Fernández. Añade dosis de verde olivo, vino tinto o chocolate en elementos menores (cojines, mantas, adornos), para que el lugar no luzca plano.

El mobiliario se caracteriza por ser simple, ligero y funcional; pero sobre todo cómodo. Se prefiere materiales como la madera clara, el mimbre, el ratán y el lino.

“A pesar de que es bueno considerar la estética, esto no es primordial para el lagom”, señala Weiss. Solo los objetos que generan felicidad al observarlos y brindan armonía al entorno pueden incluirse. Es posible tener una pared llena de cuadros con un significado personal.

La sostenibilidad es otra práctica común. Se apela al uso de sistemas para controlar el consumo de agua y energía, como grifos y duchas ahorradoras y focos LED. Disponer de un minihuerto en el patio o pequeñas macetas con plantas aromáticas.

Fuentes: Claudia Weis, arquitecta. claudiawc2001@gmail.com / Melissa Fernández, arquitecta. www.organicarquitectura.com

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