

Como en los viejos duelos de Coca Cola vs Pepsi, o de Ford contra Chevrolet, en Argentina, o eras de Fillol o eras de Gatti. En rigor ser del ‘Pato’ era ser un arquero atajador, más clásico, volador. Ser del ‘Loco’, en cambio, era ser intuitivo, impredecible, más arquero-líbero.
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El título de campeón mundial de 1978 le dio a Fillol más reconocimiento a nivel internacional, pero Gatti, que jugó hasta los 45 años, también ganó mucho en clubes y lo aventajó en potenciar un estilo que vino con look incluido. La idea del arquero-jugador (“yo soy un futbolista que además puede usar las manos”) lo hizo fundador de una escuela de líderes de pelo largo, ropa llamativa, polos multicolor y funciones de líbero. Sucesores locales tuvo en Navarro Montoya o Comizzo, pero imitadores internacionales le sobraron: el colombiano René Higuita y el mexicano Jorge Campos, por ejemplo. Más acá en Perú, Ramón Quiroga -que también reconoce influencia en Santoro y Errea- le debe ciertas locuras y su apodo al modo que popularizó Gatti, personajón de área a área.
Ya retirado, gastó fama de comentarista bocón en el Chiringuito de televisión española y probó que era capaz de la ansiada internacionalización también fuera de los campos. Se ha ido el ‘Loco’, pero quedan sus maravillosos modos orates. Un estilo de entender el deporte como algo más lúdico y menos formal. Si me preguntan, soy de Pepsi, Ford y Gatti. Cuando vea a un arquero-líbero, siempre me acordaré de él.
Un 9 de noviembre de 1980, en la previa al enfrentamiento entre Argentinos y Boca por la fecha 12 del Torneo Nacional, el arquero xeneize había confesado ante la prensa que “le preocupaba la tendencia a engordar” de Pelusa.
Hasta ese momento, Diego era una de las máximas promesas del fútbol mundial y Gatti era uno de los mejores arqueros del fútbol argentino y ya era idolatrado por la hinchada de Boca. La historia comenzó cuando el 31 de octubre salió publicada una entrevista en el diario El Litoral en la que Gatti aseguró: “¿Sabes lo que me preocupa? Su físico… tengo la sensación de que en pocos años más no va a lograr contener su tendencia a ser un gordito”. Aquella declaración enfureció a Maradona, incluso, cuenta la leyenda que Diego le dijo al entrenador Miguel Ángel López que en la mañana previa al partido lo miró a su DT y le dijo: “Le voy a hacer cuatro goles, Miguel”.
El encuentro se disputó en el estadio José Amalfitani, de Vélez. El Bicho venía puntero de la Zona B con 16 puntos y Boca tenía 11 unidades. Diego hizo los cuatro tantos que prometió -dos de tiro libre y uno de penal- para los de La Paternal, pero lo más curioso es que los hinchas xeneizes lo ovacionaron. Maradona contó en una entrevista algunos de sus recuerdos de aquella tarde: “En uno de los tiros libre me dijo ‘mira que yo no dije nada’. Y bueno, a mí me sirvió igual, ja. Uno de esas tardes que le pegas al arco y es gol”.
Un año después, Gatti fue campeón en Boca junto a Diego Maradona. Ambos son ídolos del club.

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