Carlos Lobatón ha ganado cinco títulos nacionales con Sporting Cristal. (Foto: Jesús Saucedo).
Carlos Lobatón ha ganado cinco títulos nacionales con Sporting Cristal. (Foto: Jesús Saucedo).
Pedro Canelo

A Carlos Lobatón le ha costado adaptarse a sus nuevos funciones en Sporting Cristal. Vive con pausa esa nostalgia del futbolista que acaba de decir adiós a las canchas. Aún despierta muy temprano y se pone a entrenar con la reserva en el complejo de La Florida. En el Rímac han decidido darle tiempo para que no pase sobresaltos en estos días de transición. Aún no le piden que cambie los chimpunes por un saco y corbata. Las fotos para esta entrevista fueron en la sala de trofeos del equipo cervecero. Cerca de las copas que algún día ganó, ‘Loba’ posa como si estuviera aún en el centro del campo del Alberto Gallardo. Se pone las manos a la cintura y mira a la cámara como el futbolista habilidoso que fue. Que todavía es.

-¿Ha sido un inicio de año muy difícil para ti?

Ha sido un poco difícil el cierre del año y el comienzo de este. Ha sido una etapa con diferentes sensaciones. Estoy dando un paso hacia otro nivel, con el mismo profesionalismo de cara a todo lo que tendré que hacer en el futuro del club. Todavía es complicado manejar algunas situaciones. Yo vengo al club como si tuviera horario de jugador, a veces me toca más tiempo para retirarme con los de la Reserva. Han sido días al comienzo temerosos, no sabía cómo iba a reaccionar mi mente y mi cuerpo. Pero he tenido el apoyo de todos con los que llevo el trabajo diario en Sporting Cristal. Eso ha hecho que las cosas sean más fáciles, el cariño retribuido aquí es muy lindo. Quiero trabajar para seguir recibiendo ese afecto.

-¿El apoyo de tu entorno es clave para esta etapa de cambios?

Es un tema que debo sobrellevarlo a diario. El apoyo más importante allí es de la familia. Eso va a ayudar a que tengas el impulso de salir en el día a trabajar con las mismas ganas y con el mismo entusiasmo. Cuando llegas aquí todo es más fácil, aquí saben muy bien que soy nuevo en este cargo. Por eso me brindan todas las facilidades para poder trabajar lo más tranquilo posible. Igual tengo que asumir responsabilidades en el día a día. Esto es fútbol así que a veces surgen problemas que tengo que solucionarlos.

-¿Lo que más te cuesta quizá es despertarte y que el cuerpo te pida el desgaste físico de antes?

Por ese lado no tengo problemas porque yo entreno e interactúo con la reserva. Por ahí de vez en cuando doy algunas indicaciones, pero para hacerlo debo pedirle permiso al profesor, no puedo pasar por encima de él. Básicamente les converso cosas tácticas y técnicas para acortar el tiempo de adaptación.

-¿Por qué demoró la decisión de quedarte en Sporting Cristal?

Porque las ganas de seguir jugando siempre han estado, como lo escribí esa vez en el Twitter. Me reuní con los dirigentes de Cristal y me comunicaron que no contaban conmigo para la próxima temporada. Fueron pasando los días y llegaron algunas ofertas que me hacían sentir seguro que podía seguir. Luego sopesé las cosas y pensé en qué quería para mi futuro. Por eso decidí dejar mi carrera de futbolista profesional y escalar el siguiente peldaño. Yo quiero ser director deportivo.

-¿Fue más el poder de persuasión de los dirigentes o fue la familia la que te convenció a que te quedes en Cristal?

Fueron muchas cosas, la familia me hizo pensar en qué era lo que quería. Además se dieron algunas situaciones. Si bien yo quería jugar, lo más importante para mí ha sido siempre ser feliz y disfrutar del fútbol como lo he hecho en los últimos años. Después sentí que en ningún otro club iba a poder ser feliz y dedicarme solo a jugar. Sentí que en otro lugar no iba a tener las armas necesarias y que mi mente se iba a ir por otro lado, que mis ganas se iban a ir diluyendo. No quería tener un mal recuerdo de mi último año.

-¿Cuál fue el día más feliz en tu carrera futbolística?

El día más feliz fue el 2005, cuando llegué a entrenar por primera vez a Sporting Cristal. En realidad era un retorno, porque ya había estado antes.

-¿Esa vez llamaste a Chemo para saber si había opción de volver a Cristal?

Sí, conversamos y él llamó al ‘Chino’ Benavides. El acuerdo fue rápido con la gente de Cienciano.

-¿En toda tu trayectoria cuál fue el momento que estuviste más cerca de irte al extranjero?

En el 2008 me pude ir a Fluminense, donde ahora irá Pacheco. También tuve una opción en Vasco da Gama, pero la situación se entrampó por los intermediarios. El 2009 pude llegar a Rosario Central, el 2011 surgió una chance en San Lorenzo, pero en ambas situaciones los clubes pasaban por días difíciles. Hasta el 2015 llegaron ofertas pero ya de un fútbol menos competitivo, me acuerdo que me llamaron hasta de la India. Eso no me llamó la atención.

-¿Siempre tuviste esa cautela de no elegir cualquier opción para tu futuro?

La idea siempre fue llegar a un sitio donde podías estar cómodo y jugar, demostrar poco a poco tu jerarquía. Cuando me llamó Rosario tenía 15 puntos abajo en la zona de descenso. Era un buen reto, pero ese club estaba lapidado. Al final bajó de categoría.

-Tu carrera también tuvo otro momento estelar cuando campeonaste en la Sudamericana y Recopa con Cienciano.

Sí, yo jugué casi todos los partidos. Si no arrancaba, al menos entraba. Fui campeón de la Sudamericana en el 2003, de la Recopa el 2004 y el 2005 fui campeón del Apertura con Cienciano y del Clausura con Cristal. Igual yo siempre digo que cuando empecé a jugar al fútbol era mi pasión. Siempre están los sueños de campeonar, pero eso va llegando poco a poco. El hombre es un animal ambicioso, por eso siempre vas a querer ganar algo más.

-A pesar de tu carácter con perfil bajo, algunos saben que en el fondo eres bien competitivo.

Claro, mis amigos del fútbol saben que esa amistad es afuera de la cancha. Dentro te agarro a patadas (risas). Antes una parte de la prensa buscaba el conflicto entre clubes, y se exhibía todo como si fuera una batalla, no como un deporte con espectáculo. Yo opté por manejarme tranquilo, hacer que la gente vaya al estadio y no tomarme una foto con un par de guantes de boxeo. Siempre he sido así, para afuera tranquilo, por dentro caliente.

-¿Consideras que “sabías pegar” en el campo?

Siempre he pegado, con los años aprendí a dejar un poco la pierna hasta para cubrirme y protegerme.

-¿El año más difícil fue el 2007?

Sí, ese año peleamos la baja. El Clausura lo jugamos de tal manera que casi campeonamos. A partir de allí me di cuenta que este club iba a crecer como lo hizo en los últimos años en logros y en hinchas.

-¿En esa campaña el partido decisivo fue ante Cienciano en el Alberto Gallardo?

Ese fue el partido bisagra, después no perdimos casi ningún partido.

-¿Estos cuatro títulos en siete años le devolvió al club la mística de los noventas?

Todo esto ha fortalecido al grupo humano que hace andar la máquina celeste. Y no solo me refiero al grupo de jugadores o cuerpo técnico, sino a todos los trabajadores.

-En la final del 2005 jugaste de delantero porque todos los atacantes se lesionaron en Cristal. ¿De qué no jugaste en el club?

En un partido jugué hasta de marcador derecho. En ese encuentro que mencionas jugué de delantero con Jorge Soto. Así debe ser. Yo en menores les digo a los chicos que deben aprender a jugar en todas las posiciones. Sobre todo el movimiento táctico.

-¿El gol que le anotaste a Colombia en la Copa América 2011 fue el que más gritaste?

Fue el gol que soñé de niño. Un gol con mi selección y al equipo que, decían, iba a salir campeón de ese torneo. Recuerdo que ese partido comenzamos mal, falló el penal Colombia y nos fuimos encima.

-Hay gente que comenta que para tener el talento de un jugador como Lobatón, hay que pensar qué hacer con la pelota antes, incluso, de recibirla. ¿Cómo te animaste a darle con tres dedos en ese gol?

Son decisiones que debes tomar siempre y eso debe estar de la mano con la confianza, que vas ganando con el juego.

-¿Esa Copa América 2011 fue tu revancha luego del proceso de Eliminatorias 2010, donde te dejaron de llamar?

Yo nunca hablo de revanchas, prefiero decir que son oportunidades en la vida.

-¿Con Chemo se enfrió la amistad luego que dejó de llamarte a la selección?

Nunca tuvimos problemas, me dejó de llamar al igual que Gareca. Nunca discutimos, ni tuvimos pleitos. Cuando volvió al club yo fui uno de los que mejor lo recibió. Tan buena es la relación, que él fue uno de los que me llamó para que juegue este año en la César Vallejo.

-¿Sientes que parte de la prensa fue injusta contigo por meterte dentro del grupo de sancionados por el caso Golf Los Incas?

No puedo hacer nada contra alguien que con una pluma y con un papel escribe lo que piensa. Solo quiero que se me recuerde como alguien que nunca le faltó el respeto a los medios, a pesar que algunos periodistas en ese tiempo sí lo hicieron conmigo.

-¿Es la página que quizá quieres voltear?

Si yo volviera a nacer, viviría mi vida igual como lo he hecho hasta ahora.

-¿Solo te faltó hacer un gol de chalaca?

Lo intenté, pero me dolía la espalda (risas). También me faltó un gol de taco, como el que hizo Suárez en el Barcelona.

-¿Qué te dijo Markarián después de ese gol que le anotaste a Colombia en el 2011?

Después del partido me tocó doping, así que no hablamos. Al final de la Copa, cuando ganamos el tercer puesto, él me abrazó y yo le agradecí. El profesor me preguntó: “¿Gracias por qué? Si tú aprovechaste la oportunidad que yo te di”.

-Aparte de tu padre ¿qué otro modelo a seguir tuviste en el tema del buen pie para el fútbol? ¿o lo tuyo es innato?

Yo le pego así a la pelota porque practiqué demasiado. En Cristal me acuerdo mucho del ‘Pelado’ Ferreyra cuando estaba en juveniles. Después estuve en Boys y me juntaba mucho con Tempone, con ‘Kukín’.

-¿El mejor amigo que te dejó el fútbol?

Tengo muchos, los más especiales pueden ser mi compadre Paolo de la Haza, Renzo Sheput, ‘Pachito’ Vílchez, Yoshimar Yotún, Advíncula, hasta el mismo Claudio Pizarro. Se me van nombres.

-¿Para cuándo será tu partido de despedida?

Será en los dos o tres días siguientes a la culminación de la Copa América 2020.

-¿Pizarro podría ser uno de tus invitados?

Sin duda, tendría que hablar con él porque su temporada en Alemania acaba en mayo. No sé si vaya a seguir jugando, aunque él me dijo que hasta ahí nomás iba a ser. Así que debo conversar con Claudio.

-¿Tu presencia en menores ayudará a estimular el estilo de juego que quiere mantener Cristal?

El estilo va a estar siempre, es el ADN del club. Tuve la suerte de llegar a un club que tenía el estilo que me gustaba, que se adaptaba a mi juego. Mi labor en el club es que el chico que tiene entre 17 a 21 años no tengo el camino muy largo para consolidarse en Primera.

-¿Por eso te costó adaptarte en Universitario?

Llegué a un momento muy malo en la U, solo estuve seis meses. Partidos completos habré jugado tres.

-¿El futbolista peruano demora mucho en madurar?

Los futbolistas peruanos somos muy mameros, muy engreídos, hasta grande quiere que la mamá le dé de comer. Ese es el problema. Somos mameros, no dejamos la teta.

-¿En el tema del buen pie tu sucesor en el club podría ser Martín Távara?

Távara tiene mucho talento, solo le falta ganar jerarquía y podrá jugar en cualquier liga competitiva. Eso depende de él. La pegada innata que tiene Martín es extraordinaria, tiene mucha visión y le va a dar muchas alegrías a Cristal.

-¿Te gustó Fernando Pacheco en el partido ante Brasil?

Yo con Pacheco siempre he sido muy exigente. Ayer conversamos y le he pedido más. Espero que el próximo partido lo haga mejor.

La nueva camiseta 2020 de Sporting Cristal ya está a la venta a través de la web de adidas y en las tiendas de la marca.  Es una propuesta retro con la tecnología aeroready. (Foto: adidas).
La nueva camiseta 2020 de Sporting Cristal ya está a la venta a través de la web de adidas y en las tiendas de la marca. Es una propuesta retro con la tecnología aeroready. (Foto: adidas).



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